Cómo se debe hacer una mascarilla de tela para que sea efectiva, según la OMS
La Organización Mundial de la Salud asegura que cualquier mascarilla de tela, fsbricada por nosotros o comprada, debe de contar con tres capas para que consiga frenar el contagio
En estos tiempos que corren, el uso de mascarillas se ha convertido en un elemento fundamental en la lucha contra el coronavirus. Los principales organismos médicos del mundo vertebran su estrategia para luchar contra el covid-19 en tres elementos fundamentales: el primero y principal, el distanciamiento social, la medida más efectiva para evitar el contagio; el segundo, la higiene de manos de manera habitual; y, el tercero, el uso de esta protección facial… aunque no siempre es tan efectiva como debería.
Así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que es fundamental utilizar la mascarilla, si bien incide en que no es el principal elemento a tener en cuenta a la hora de evitar la transmisión de coronavirus. De sobra son conocidos los distintos tipos de mascarillas que se pueden utilizar y qué nivel de protección tanto de cara al exterior como hacia nosotros tiene cada una de ellas. Sin embargo, un tipo de mascarilla en concreto es el que más dudas despierta: la de tela. A veces, porque es más estética y, otras, porque nos la hemos fabricado nosotros, contamos con este tipo de protección, pero ahora la OMS explica cómo hacer que nos proteja.
Según explican los expertos de la OMS, no todo no todas las mascarillas de tela cumplen con los requisitos mínimos para que sean efectivas contra el coronavirus. Maria van Kerkhove, jefa de la unidad de zoonosis y enfermedades emergentes de la OMS, aseguró que su organismo ha encargado una serie de estudios para analizar qué deben de tener estas mascarillas, afirmando que deben de contar con tres elementos fundamentales: una primera capa interna que absorba, una capa intermedia que actúe a modo de filtro y una capa externa fabricada de un material que no sea absorbente, como podría ser el poliéster.
Si una mascarilla de tela cuenta con estas tres capas bien diferenciadas, será efectiva para evitar tanto la propagación como el contagio del covid-19, al convertirse en una barrera mecánica que frena la transmisión. En caso de no contar con estos tres elementos, perderá de manera importante su efectividad, aun incidiendo en la importancia de llevarla pese a ello, pues siempre es más importante contar con una protección mínima a no llevar absolutamente nada.
De igual manera, desde la OMS inciden en la importancia del uso de mascarilla tanto en áreas de transmisión comunitaria como en entornos donde el distanciamiento físico es difícil, como pueden ser los supermercados o el transporte público. También informa de la necesidad de utilizarla por parte de las poblaciones de riesgo e, igualmente, en entornos hospitalarios a pesar de que puedan ser zonas libres de covid-19, tal y como explican en su guía sobre el uso de las mascarillas.
"Las mascarillas por sí solas no nos protegerán del covid-19, pues no son un reemplazo al distanciamiento físico, la higiene de manos y otras medidas de salud pública. Las mascarillas son solo beneficiosas como parte de un enfoque integral en la lucha contra la enfermedad. La piedra angular de la respuesta en cada país debe ser encontrar, aislar, evaluar y atender cada caso, y rastrear y poner en cuarentena cada contacto. Eso es lo que sabemos que funciona", explica Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo el director general de la OMS.
Es importante señalar que la OMS resalta que la mascarilla simplemente es una protección adicional contra el coronavirus, pero que los dos principales elementos a tener en cuenta son mantener la distancia y la higiene. A pesar de ello, inciden en la importancia de mantener el cuidado de la mascarilla y, en caso de que haya dejado de ser efectiva, desecharla y optar por una nueva. Además, explican la importancia de no tocarse la cara con la mascarilla puesta: hacerlo puede provocar que el virus llegue a nuestras manos y, de ahí, introducirlo en nuestro cuerpo al tocarnos la cara, creando un foco de contagio que habíamos evitado gracias a la mascarilla.
En estos tiempos que corren, el uso de mascarillas se ha convertido en un elemento fundamental en la lucha contra el coronavirus. Los principales organismos médicos del mundo vertebran su estrategia para luchar contra el covid-19 en tres elementos fundamentales: el primero y principal, el distanciamiento social, la medida más efectiva para evitar el contagio; el segundo, la higiene de manos de manera habitual; y, el tercero, el uso de esta protección facial… aunque no siempre es tan efectiva como debería.
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