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Podemos adivinar el lenguaje gestual del que nos habla aunque no le veamos
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LA CLAVE ESTÁ EN LA ACÚSTICA

Podemos adivinar el lenguaje gestual del que nos habla aunque no le veamos

Los movimientos de manos y brazos resuenan en la voz y movemos músculos cercanos a los pulmones que afectan a nuestro tono

Foto: Podemos "oir" los gestos de alguien que nos llama por teléfono. (Pexels)
Podemos "oir" los gestos de alguien que nos llama por teléfono. (Pexels)

El lenguaje gestual es algo que todos utilizamos a la hora de hablar ya que apoya lo que decimos y nos permite explicarnos mejor, algo que hace que nuestro oyente pueda casi escucharlo. En este sentido, investigadores holandeses han descubierto que podemos ser capaces de escuchar ese movimiento de manos y brazos incluso cuando no vemos a la persona que nos lo trasmite.

Científicos del Instituto Donders (Países Bajos) y de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) han demostrado en un estudio, publicado en la revista científica 'PNAS', que incluso cuando no vemos a nuestro interlocutor, por ejemplo en una llamada telefónica o en una conversación desde habitaciones diferentes, éste está moviendo sus manos y brazos, y sus gestos resuenan en su voz. Se trata de la acústica: el tono y el volumen de una voz cambian junto con el movimiento de brazos y manos. "Ese cambio es muy sutil con un movimiento de muñeca", explica Wim Pouw, del Instituto Donders . "Es menos sutil con un movimiento de brazo. El tono salta ligeramente hacia arriba cada vez que un movimiento se ralentiza".

Foto: Foto: EC.

Según Pouw, hay dos causas diferentes para estas diferencias acústicas. Una de las causas es la creación de vibraciones, ya que las fuerzas involucradas en un movimiento causan vibraciones en el cuerpo. A través del tejido conectivo que mantiene unido el cuerpo, las vibraciones terminan en los pulmones, afectando la presión en los pulmones. La segunda causa es la tensión muscular alrededor de los pulmones que se necesita para mantener el equilibrio. No sólo usamos los músculos del brazo cuando movemos los brazos, "al iniciar el proceso de detener el movimiento del brazo, por ejemplo, otros músculos se activan repentinamente para evitar que el cuerpo se caiga. Estos músculos que mantienen el equilibrio incluyen músculos alrededor de los pulmones".

Aplicable a los sistemas de reconocimiento de voz

Como parte del estudio, Pouw instruyó a tres hombres y tres mujeres a hacer un sonido monotono, como 'aaaa'', mientras que realizaban diferentes movimientos de manos y brazos. Después de eso, se pidió a 30 personas que escucharan las grabaciones. No sólo adivinaron qué movimientos se hicieron, sino que, en muchos casos, también fueron capaces de imitar los movimientos. "Los sujetos no sólo captaron la velocidad del movimiento, sino que también escucharon la ubicación del movimiento", algo sorprendente para el investigador.

Este hallazgo "contribuye a entender que existe una relación más estrecha entre el lenguaje hablado y los gestos"

Por lo tanto, una voz es más que una colección abstracta de sonidos, según señala a Neuroscience News Pouw. "Cuando escuchas una voz, literalmente escuchas aspectos de todo el cuerpo de una persona". Estos hallazgos van en contra de la suposición de que los gestos básicamente sólo sirven para representar o señalar algo. "Contribuyen a entender que existe una relación más estrecha entre el lenguaje hablado y los gestos. Es posible que se hayan creado gestos de mano para apoyar la voz, para enfatizar las palabras, por ejemplo".

Mediante la información sobre los cambios en la voz, explican los investigadores, se puede mejorar la forma en que los asistentes de voz, como Google Home, Alexa, etc, interpretan significados y pesos de palabras. O al revés: los ruidos en una voz producida por un altavoz mientras se ejecuta, no afectan el significado de una palabra. "Podemos enseñar a este tipo de sistemas lo que deben o no deben filtrar", concluye Pouw.

El lenguaje gestual es algo que todos utilizamos a la hora de hablar ya que apoya lo que decimos y nos permite explicarnos mejor, algo que hace que nuestro oyente pueda casi escucharlo. En este sentido, investigadores holandeses han descubierto que podemos ser capaces de escuchar ese movimiento de manos y brazos incluso cuando no vemos a la persona que nos lo trasmite.

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