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La paradoja de cancelar el Mobile justo cuando el coronavirus comenzaba a remitir
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LA GSMA CLAUDICA ANTE LAS RENUNCIAS

La paradoja de cancelar el Mobile justo cuando el coronavirus comenzaba a remitir

Es imposible realizar predicciones precisas, pero el descenso en la cifra diaria de nuevos casos y el éxito de las medidas de control internacionales apuntan a que está en vías de ser controlado

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Se acabó. La GSMA, la entidad organizadora del Mobile World Congress, ha decidido cancelar el gran evento de la tecnología móvil de Barcelona por la crisis del coronavirus. A pesar de que las autoridades y los expertos han insistido en los últimos días en que no hay riesgos sanitarios, la oleada de bajas y el miedo han podido más. La paradoja es que esta cancelación llega justo cuando hay algunos indicios de que la epidemia puede estar encauzándose.

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Lo cierto es que los últimos datos epidemiológicos comienzan a ser algo más alentadores. La cifra de pacientes que se han recuperado de la enfermedad, bautizada ahora como Covid-19 por la Organización Mundial de la Salud, supera los 5.000 y, aunque los enfermos han rebasado la cifra de 45.000, el número de nuevos casos en los últimos días sufre un descenso significativo. El 4 de febrero se registraron 3.925 contagios más, fue el día récord, pero desde entonces la cifra de nuevos enfermos ha ido descendiendo con altibajos. La del pasado martes, día 11, se quedó en 2.071. Quizá las dudas planteadas por la organización en las horas previas antes de tomar la decisión de cancelar respondían, precisamente, a esta evolución.

El Mobile se cancela

No obstante, con los datos que hay actualmente sigue siendo “enormemente arriesgado” realizar proyecciones sobre el porvenir de la epidemia, afirma Juan Ayllón, virólogo y director del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Burgos, en declaraciones a Teknautas, aunque “existen motivos para ser moderadamente optimista”.

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Foto: EFE.

“Con todas las cautelas, la situación está relativamente controlada”, afirma, “llevamos días sin que aparezcan casos en países nuevos y los focos están bien controlados”. Es cierto que se están sumando algunos enfermos nuevos fuera de China, sobre todo en el crucero retenido en Japón, pero se trata una situación aislada que no tendrá mayor repercusión. El problema real está confinado en la provincia de Hubei, que acumula el 71% de los casos de su país y el 97% de las muertes. “Fuera de ese foco la tasa de letalidad es muy baja, no llega a un 0,5% de fallecimientos”, destaca el experto.

El problema está confinado en Hubei, que acumula el 71% de casos de su país y el 97% de las muertes

Por eso, dada la caída en las cifras de nuevos casos en Wuhan y su entorno, “es probable que estemos en una fase en la que ya se esté estabilizando el brote”. Además, “hay que tener en cuenta que esos números no aparecen de la nada, toda esa gente forma parte de los centenares de miles de personas que están más o menos bajo vigilancia, según las autoridades chinas. No es que el brote esté fuera de control, sino que los nuevos enfermos salen de un grupo de gente controlada en Hubei. Lo razonable es que vayan saliendo cada vez menos y que, de entre los confirmados, la mayoría se resuelvan de manera positiva”. Si la tendencia continúa, puede que en el plazo de “uno o dos meses” la situación sea muy favorable.

La llegada del calor y otras incertidumbres

Quizá incluso Donald Trump acierte al decir que el virus “se va a ir en abril con el calor”. ¿Se trata de una machada más del presidente estadounidense o sabe algo que el resto ignora? “Es posible que el cambio hacia un clima menos adverso tenga alguna influencia en un posible descenso de la epidemia”, opina José Muñoz, jefe de la Sección de Medicina Tropical y Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona e investigador de ISGlobal. No obstante, esa posible relación con la temperatura es una incógnita porque “es un virus nuevo, del que conocemos muy poco, pero ha aparecido justo en pleno invierno y en temporada de gripe, lo cual también es un problema en sí mismo, porque hay muchos sospechosos con fiebre y tos y esto se traduce en mucho más trabajo de cribado para identificar los casos”, destaca.

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Foto: Reuters.

Aparte de ese comportamiento ante la llegada de la primavera, Muñoz cree que quedan muchas cosas por saber antes de poder realizar predicciones exactas sobre el comportamiento de la epidemia, ya que “apenas llevamos unas pocas semanas conviviendo con el virus”, recuerda. Por ejemplo, “deberíamos conocer mejor cuál es el rol de los pacientes que presentan pocos síntomas en la transmisión de la enfermedad. Incluso está la posibilidad de que existan pacientes asintomáticos que la transmitan. Sin tener más información científica, es muy difícil precisar las predicciones”.

Algunas predicciones estiman que a finales de febrero se podría alcanzar el pico de afectados

Hasta ahora, “hay modelos matemáticos basados en la capacidad que tiene el virus de diseminarse que intentan predecir hasta dónde podrá llegar la epidemia, pero no dejan de ser modelos con unos intervalos de precisión relativos, pueden cumplirse o no”, opina el investigador del Hospital Clínic. Algunas de estas predicciones apuntan a que el máximo de casos podría alcanzarse a finales de este mes o principios de marzo.

El peligro de un brote fuera de China

Sin embargo, “cabe la posibilidad de que el brote se reproduzca en otro sitio y esto supondría un problema si se trata de un país con un sistema sanitario débil”, comenta el experto de la Universidad de Burgos. “Apenas hay peligro de que eso ocurra en España, porque si aparecen dos o tres casos, los vamos a poder aislar rápidamente. De hecho eso es lo que está sucediendo en todos los países aparte de China”, recuerda. Pero la hipótesis de que se produzca un brote en países con menos recursos sí abre una puerta a un nivel de diseminación de la epidemia que hasta ahora no se ha producido.

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Foto: EFE.

Otra pista sobre la evolución de la enfermedad podría estar en el comportamiento que han tenido las anteriores epidemias de coronavirus, en particular la del SARS, que se produjo entre noviembre de 2002 y julio de 2003, porque se ha comprobado que el virus tiene muchas similitudes. En aquella ocasión se registraron 8.422 casos en 29 países, muchos menos que ahora, pero fallecieron 916 personas, el 10,8% de los afectados, y la peor parte también se la llevó China.

En la curva epidémica o representación gráfica del número de afectados, se apreció un pico máximo el 28 de marzo, con 140 nuevos casos. La ONU había declarado la alerta mundial menos de dos semanas antes, el 15 de ese mes. En mayo el número total de pacientes infectados alcanza el máximo, superando los 3.500. También el ratio de mortalidad alcanza récords, más allá del 20%. Sin embargo, ambas cifras caen desde ese momento y el último caso diagnosticado es del 11 de julio.

El riesgo de pandemia y la vacuna

Un estudio publicado hace unos días, en el que científicos chinos recopilaban los datos disponibles tras los primeros casos, indicaba que el 2019-nCoV podría tener “un mayor riesgo de pandemia que el SARS”. Sin embargo, los autores consideraban que las medidas implementadas habían disminuido significativamente ese peligro.

No obstante, “la evolución de SARS no nos va decir nada en este caso”, opina Juan Ayllón, “es un virus mucho más contagioso y la velocidad a la que todo sucede también es diferente, tanto la propagación del virus como la reacción están siendo mucho más rápidas”. Además, el SARS “se escapó” y provocó brotes muy importantes en otros países, como Canadá, cosa que no ha ocurrido hasta ahora.

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Foto: Reuters.

La pandemia de gripe A de 2009 tampoco es un espejo en el que mirarse. “A estas alturas ya se había descontrolado totalmente, se había expandido por todo el mundo al cabo de un par de meses”, así que la situación es completamente distinta.

Otra diferencia con respecto a lo ocurrido en este último caso fue la existencia de una vacuna específica. Aunque esta vez se ha iniciado la carrera por obtenerla e incluso se han anunciado algunos avances, la mayoría de los expertos apuntan a que tardará muchos meses o más de un año en llegar al mercado. Habrá que ver si estar vacunado de Covid-19 será un requisito en las próximas ediciones del Mobile. De momento, ya sabemos una de las escasas víctimas del coronavirus fuera de China ha sido la edición de 2020.

Se acabó. La GSMA, la entidad organizadora del Mobile World Congress, ha decidido cancelar el gran evento de la tecnología móvil de Barcelona por la crisis del coronavirus. A pesar de que las autoridades y los expertos han insistido en los últimos días en que no hay riesgos sanitarios, la oleada de bajas y el miedo han podido más. La paradoja es que esta cancelación llega justo cuando hay algunos indicios de que la epidemia puede estar encauzándose.

Síndrome respiratorio agudo severo (SARS) Japón
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