Greta Thunberg, superestrella climática: "Soy una pequeña parte de un movimiento"
La activista adolescente llega a Madrid tras un largo periplo por tierra y mar para revitalizar las negociaciones de la Cumbre del Clima. En realidad, acaba de capitalizar la cumbre por completo
La que hasta ahora era la Cumbre del Cambio Climático pasa a ser la Cumbre de Greta Thunberg. La activista sueca ha desembarcado esta mañana en Madrid cargando con el icónico cartel de 'Skolstrejk För Klimatet' (Huelga por el Clima) con el que el mundo la conoció por primera vez hace más de un año. Su objetivo es el de revitalizar las negociaciones de Naciones Unidas, que languidecen por la falta de ambición. Como se esperaba, ha capitalizado todos los focos mediáticos.
El mensaje que trae a Madrid es el mismo que llevó a las calles de Estocolmo y a la cumbre de Nueva York en septiembre: todos los esfuerzos prometidos hasta ahora contra el cambio climático han sido palabras huecas y papel mojado, es momento de actuar. Todo esto lo enuncia con impaciencia y casi rencor hacia las generaciones que preceden a la suya, algo que además lo ha compaginado con una especie de ascetismo 'verde' ejemplar.
No tiene agenda oculta, no tiene cuentas en Bahamas, es consecuente con lo que predica: solo es una joven de 16 años con un mensaje claro sobre el cambio climático y harta de las imposturas del mundo adulto. Por todo esto se ha convertido en un icono.
Hoy en La Casa Encendida y ante docenas de micrófonos y cámaras, Thunberg ha continuado por ese sendero.
Circo mediático
La intervención estuvo precedida de un quilombo considerable. Una larga cola de periodistas venidos de todo el mundo trufada de otros que habían venido sin acreditar, fans de la ponente y la típica gente que siente una irrefrenable atracción por las colas. ¿Regalan algo aquí? Nada señor, acaso una lección de vida sostenible. Las acreditaciones al evento estaban coordinadas por Juventud por el Clima (la rama española de Fridays for Future) y se montó un cuello de botella. Se han registrado entre 400 y 420, según una de las esforzadas voluntarias que repasaba el listado para acomodarlos a todos entre el patio y el auditorio de La Casa Encendida.
En estas situaciones siempre aparece un héroe y en este caso fue el vigilante de Prosegur, que entraba y salía del edificio recorriendo la fila y gritando "¡solo acreditados, si no se han acreditado antes no lo intenten, no van a poder entrar!". Un grupo de sardónicos periodistas ingleses le observaron y uno dijo ‘he’s enjoying himself’. Es verdad que el segurata lo estaba gozando, pero vamos con la señorita Thunberg.
¿Greta que opinas de...?
Greta entró presentada como una compañera más de Fridays for Future pero su entrada al auditorio provocó que los objetivos de las cámaras comenzaran a aletear cada vez más rápido, como chicharras en un golpe de calor. "En Suecia tuvimos hoy una huelga, estamos creciendo y creciendo, pero eso no se traslada en acción política", ha comenzado diciendo Thunberg.
A su lado Vanessa, una adolescente de Uganda, explicaba después lo complicado que es organizar allí huelgas por el clima. No pareció importar mucho su historia dado que una periodista de TVE pidió la palabra y preguntó a Greta si hacían falta más figuras como ella. “Solo soy una activista climática, una parte pequeña de un movimiento muy grande”, dijo. “Por favor no me hagan preguntas solo a mí”. Pero no funcionó. Los chilenos le preguntaban sobre Chile. Los españoles le preguntaban sobre ella.
"Espero sinceramente que la COP25 lleve a algo concreto y que los líderes se tomen en serio la crisis climática porque ahora no lo parece”, respondió, y de repente dijo a sus tres compañeros “¿y vosotros qué pensáis de esto?”. A partir de aquí todos los periodistas decían “la pregunta es para Greta pero que respondan los demás también”.
Esto es un circo, sí, pero claramente es ella quien tiene el látigo.
Esta multitudinaria rueda de prensa supone la segunda parada de Thunberg en nuestro país, después de visitar la COP25 esta mañana y antes de encabezar la Marcha por el Clima, donde se rodeará de miles de personas para recorrer el Paseo de la Castellana desde Atocha hasta Nuevos Ministerios. Tras los eventos del día de hoy, la próxima aparición de la adolescente será el martes 10 de diciembre en la COP25, donde llamará a la acción climática junto a otros/as tres "jóvenes líderes" de Latinoamérica, África y Asia.
Entre medias, la perífrasis 'Greta Thunberg' aparecerá aquí y allá en noticias de todo pelaje. Los medios trataremos de buscar incongruencias en su estilo de vida, analizaremos el plástico o el cuero que contienen las sillas donde se siente, veremos si el tren en el que viajó es más o menos 'eco-friendly' que haber venido en burro y por supuesto, nos haremos eco de los mejores chistes que los tuiteros hagan de ella.
También haremos énfasis en todo el misterio que la rodea y lo poco que sabemos de su vida en Madrid. Como dijo el novelista Thomas Pynchon cuando la CNN le acusó de vivir recluido en su casa, "eso de 'recluso' es una palabra clave generada por periodistas que significa 'no le gusta hablar con los periodistas".
Sin ningún género de duda, Greta Thunberg es una superestrella del cambio climático. Lo que habría que plantearse es... en qué se ha convertido el cambio climático para que esto haya ocurrido.
La que hasta ahora era la Cumbre del Cambio Climático pasa a ser la Cumbre de Greta Thunberg. La activista sueca ha desembarcado esta mañana en Madrid cargando con el icónico cartel de 'Skolstrejk För Klimatet' (Huelga por el Clima) con el que el mundo la conoció por primera vez hace más de un año. Su objetivo es el de revitalizar las negociaciones de Naciones Unidas, que languidecen por la falta de ambición. Como se esperaba, ha capitalizado todos los focos mediáticos.