La picaresca valenciana: bombeaban cloro en las playas para ocultar la contaminación fecal

El Gobierno de la Comunidad Valenciana instaló puntos de cloración en varias playas de la provincia de Valencia para paliar los malos análisis derivados de la contaminación fecal, que este verano han obligado al cierre de varias playas por parte de las autoridades.

En lugar de atacar los focos de contaminación, la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural optó por enmascararlos diluyendo directamente cloro de piscina en el agua de la playa, según denuncian Ecologistas en Acción y el Partido Popular, que ya ha trasladado a la Guardia Civil un escrito de denuncia por un posible delito medioambiental.

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Antonio Villarreal Mapa: Cristina Suárez

Concretamente, los puntos de cloración fueron instalados en playas como Alboraia, en Valencia capital, y Medicalia, en El Puig, a una distancia de entre 20 y 50 metros de la orilla del Mediterráneo.

Como contaba El Confidencial el pasado mes de junio, la playa de Medicalia, una de las escogidas por la 'conselleria' para instalar los dispensadores, fue una de las tres playas españolas que suspendieron los análisis de contaminación fecal durante cinco años consecutivos, motivo por el cual fue excluida este año de los muestreos para detectar bacterias. Sencillamente, la playa estaba declarada como de calidad insuficiente para el baño.

Según ha denunciado Sabela Martínez, de Ecologistas en Acción País Valencià, "se trata de una medida que no se ha aplicado en ninguna playa del resto del España, por lo que estamos ante una actuación fuera de la legislación y altamente peligrosa para los micro y macroorganismos de las acequias, humedales y el mar", explica la ecologista. "Además, el encauzamiento con hormigón de las acequias en el tramo final ha supuesto la destrucción de zonas húmedas que actuaban como filtro verde".

Otro de los lugares donde se han recogido imágenes de estos dispensadores es en Port Sa Platja, al norte de la capital.

Los ecologistas, primeros en denunciar esta situación, dicen que la solución es, en primer lugar, ineficaz para el objetivo de desinfectar el agua del mar, y añaden que desde el Govern valenciano no han tenido en cuenta que el cloro, al reaccionar con la materia orgánica, puede generar sustancias peligrosas para la salud como las cloraminas o los trihalometanos.

La portavoz de Medio Ambiente del grupo popular en Les Corts, Elisa Díaz, ha detallado este lunes que Mireia Mollà, 'consellera' de Agricultura, "ha ordenado la retirada de las dispensadoras de cloro en la desembocadura de varias acequias en playas de l'Horta tras la visita el pasado martes de los portavoces del PP en los ayuntamientos de Alboraia, Meliana, El Puig, Massamagrell y Pobla de Farnals a la cloradora instalada entre Pobla de Farnals y Massamagrell, junto a la marjal".

Según la portavoz popular, cuando visitaron la desembocadura de estas acequias, comprobaron que la fauna anfibia había desaparecido y que la señalización de advertencia de peligro estaba "descuidada e incluso tapada", recoge Europa Press.

Además de vulnerar la Ley de Aguas, los ecologistas insisten en que esta decisión, "fruto de la improvisación y de una mala planificación", ha tenido diversas consecuencias que no se tuvieron en cuenta, como no valorar la incidencia sobre el medio marino de un vertido continuo (no puntual) de cloro, capaz de dañar las branquias de los peces incluso en concentraciones bajas, o sobre los bañistas. "La posible manipulación por niños, adolescentes o personas malintencionadas puede tener consecuencias desastrosas, ya que el cloro es un elemento químico peligroso para la salud", dicen desde Ecologistas en Acción.