Las nanopartículas de las agujas para tatuar, otro peligro para nuestra salud
Una investigación ha concluido que las agujas de los tatuajes también pueden introducir niquel y cromo en nuestro organismo
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Los tatuajes pueden ser más contaminantes de lo que pensábamos. Un equipo de científicos ha descubierto que no solo las partículas de la tinta y ciertos productos se introducen en nuestro organismo cuando nos tatuamos sino que también podemos recibir nanopartículas de las agujas con las que se realizan.
Hiram Castilla, científico del Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón (ESRF) y coautor de un estudio que se publica este martes en la revista 'Particle and Fibre Toxicology', sostiene que estas partículas que se desprenden de las agujas incluyen níquel y cromo, que pueden provocar sensibilidad y alergias.
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En unas declaraciones para Science Alert, este investigador indica que hay más riesgos de los que creíamos: "Ya no es solo una cuestión de la limpieza del estudio, de la esterilización de los equipos o de los pigmentos, nos hemos dado cuenta de que el desgaste de las agujas también tiene un impacto en el cuerpo. Hay más en los tatuajes de lo que se ve a simple vista".
Alergias y sensibilidad
Las nanopartículas son potencialmente más peligrosas que las partículas más grandes, ya que tienen más superficie por volumen, lo que significa que son potencialmente más eficientes en la liberación de elementos tóxicos. Éstas pueden llegar a distribuirse por el organismo afectando a nuestros ganglios linfáticos. Eso sí, debido a su tamaño, son más fáciles de expulsar por nuestro organismo.
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Y ojo con los tatuajes de colores más brillantes ya que, advierte este estudio, contienen dióxido de titanio y la aguja sufre mucho más desgaste que cuando se usa la tinta negra, con lo que hay más posibilidades de que se reciban esas nanopartículas de níquel y cromo. "El mensaje principal es que hay prestar más atención a los pigmentos", afirma Castilla.
Por norma general, las agujas de tatuaje pueden contener entre un 6%y un 8% de níquel y entre un 15% y un 20% de cromo, elementos que provocan mayor sensibilidad e incluso reacciones alérgicas. Si se quedan en el organismo, existe la posibilidad de que causen más daños a largo plazo. Aunque, según Castillo, “esto aún no se ha evaluado”.
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Finalmente, el estudio recomienda que si nos vamos a tatuar, elijamos un sitio de fiabilidad contrastada y que nos informemos del tipo de tinta se usan para comprobar que ingredientes usan.
Los tatuajes pueden ser más contaminantes de lo que pensábamos. Un equipo de científicos ha descubierto que no solo las partículas de la tinta y ciertos productos se introducen en nuestro organismo cuando nos tatuamos sino que también podemos recibir nanopartículas de las agujas con las que se realizan.