Mucho cuidado con estos insecticidas: pueden matar al insecto que no deben
La nueva generación de insecticidas está matando al insecto equivocado, al que es bueno para el ecosistema, según un estudio de científicos españoles
La nueva generación de insecticidas que se usan a nivel profesional en el campo pueden estar matando a los insectos equivocados, según denuncia un estudio realizado por expertos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y publicado en la prestigiosa revista científica PNAS, publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Este estudio ha concluido que muchas poblaciones de insectos están disminuyendo de forma importante por el uso de una familia de insecticidas denominados neonicotinoides, y entre estos insectos están algunos vitales para el mantenimiento de los ecosistemas, como las abejas, las avispas y un tipo de mosca depredadora de pulgones.
Según los responsables de este informe, los neonicotinoides, un tipo de insecticida que afecta al sistema nervioso central de los insectos y de uso generalizado en los últimos tiempos para controlar las plagas en el medio rural, pueden caer en el néctar de las plantas, del que se alimentan algunos insectos. Estos insectos excretan melaza, que es consumido por otra serie de insectos como abejas, hormigas, parasitoides y depredadores de insectos, por lo que el efecto tóxico del insecticida se multiplica.
Melaza "contaminada"
“Hasta ahora se pensaba que los neonicotinoides llegaban a los insectos beneficiosos a través del néctar contaminado. Este estudio demuestra que hay una nueva ruta y que, además, afecta a más insectos que el néctar contaminado”, explica Alejandro Tena, uno de los masimos responsables del estudio.
Este estudio "made in Spain" ha sido realizado por expertos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias
En el experimento realizado por los investigadores españoles, se recolectó melaza producida por una especie frecuente en plagas de cítricos que se alimentó de arboles tratados con neonicotinoides.
Esta melaza se usó como alimento para una mosca que se aplica como controlador biológico de los pulgones (Sphaerophoria rueppellii) y para una avispa parásita (Anagyrus pseudococci), que controla las plagas de algunas cochinillas. La mayoría de las moscas y avispas que lo consumieron murieron en un período de tres días.
Para los autores del estudio, este “efecto secundario” debe ser tenido en cuenta en las evaluaciones de riesgo sobre los neonicotinoides con el objetivo de desarrollar estrategias de gestión de plagas que no dependan de estos insecticidas.
La nueva generación de insecticidas que se usan a nivel profesional en el campo pueden estar matando a los insectos equivocados, según denuncia un estudio realizado por expertos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y publicado en la prestigiosa revista científica PNAS, publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.