El nivel de los océanos se ha acelerado desde 1993… y el futuro no es halagüeño

El nivel de los océanos sigue un crecimiento que parece imparable. Un reciente estudio publicado por la revista Nature, y que cita ABC News, señala que este aumento se viene acelerando desde los años 60 y va a peor.

Se conocía que desde principio de la década de los 90, a causa del deshielo en la Antártida y Groenlandia, el nivel de los mares había estado aumentando, pero este nuevo estudio señala que el alza proviene de 30 años antes y que ha influido otro factor aparte del deshielo.

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Se trata de la absorción de calor, que provoca una expansión térmica de las aguas, incrementando su volumen en todo el planeta, aunque esto no es uniforme en todos los océanos del globo, ya que los niveles de los océanos se comportan de manera diferente dependiendo de su localización.

Oceanía, la más perjudicada

Según indica Sonke Dangendorf, investigador jefe de la Universidad de Siegen (Alemania) y uno de los autores de esta investigación, con este trabajo "se ha demostrado que la aceleración global del nivel del mar ha sido dominada principalmente por el hemisferio sur, con los valores más grandes obtenidos en el Pacífico subtropical, al este de Australia y Nueva Zelanda”.

Para final de siglo se prevé que el nivel del mar aumente 10 mm al año (ahora solo 3 mm)

Desde 1960, cuando el nivel del mar aumentaba menos de un milímetro por año, se ha pasado a una alteración de más de tres milímetros por año (a partir de 1993), con lo que la situación no es nada halagüeña.

En este aumento tan importante tienen mucho peso las emisiones de gases de efecto invernadero, que han estado calentando paulatinamente el planeta. Ese incremento de la temperatura provoca que el nivel del mar crezca en todo el globo.

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Las estimaciones para el futuro no son nada optimistas. Los expertos sostienen que podrían alcanzarse subidas medias del nivel del mar de 10 mm por año para el final del siglo XXI si se continúa con los niveles actuales de deshielo, de expansión termal y de emisiones contaminantes.

Algo muy llamativo en todo esto es que, aunque parezca paradójico, una gran erupción volcánica podría frenar ese alza, ya que reduciría la masa de calor de los océanos.