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Los expertos hablan sobre el clorpirifós: "No debemos jugar más a la ruleta rusa"
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INVESTIGACIÓN SOBRE EL CLORPIRIFÓS

Los expertos hablan sobre el clorpirifós: "No debemos jugar más a la ruleta rusa"

El clorpirifós es un plaguicida que daña el desarrollo cerebral y el sistema nervioso de los niños. Los científicos abogan por su veto para "dejar de jugar a la ruleta rusa" con nuestra salud

Foto: Ilustración: Pablo López Learte.
Ilustración: Pablo López Learte.

El clorpirifós es un pesticida muy desconocido para la opinión pública. Sin embargo, es el principio químico más usado en la agricultura de España y Europa para acabar con las plagas de insectos que amenazan las cosechas. Esto se debe a su gran eficacia para matar bichos, pero su problema es que provoca daños, a veces irreparables, en el feto y en el primer desarrollo de los niños. La mayoría de los numerosos científicos consultados para esta investigación señala que influye negativamente en la evolución del cerebro y del sistema nervioso, originando en muchos casos autismo, trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, obesidad o la pérdida de puntos en el cociente intelectual de los afectados.

Foto: Ilustración: Irene de Pablo Molinero.

Publicamos en primicia que la Comisión Europea lo prohibirá por sus efectos adversos en la salud y en el medio ambiente desde enero de 2020, después de que se haya usado en la agricultura de forma masiva durante más de medio siglo. En varios países de nuestro entorno europeo ya ha sido prohibido o simplemente nunca ha sido permitida su utilización. Entre ellos, podemos citar los casos de Alemania, Finlandia, Irlanda o Suecia.

Recopilamos aquí los testimonios de cuatro expertos que han estudiado las consecuencias del empleo del clorpirifós en la agricultura, su presencia en la cadena alimenticia y cómo su uso abundante repercute perniciosamente en la salud humana y el medio ambiente.

“Efectos nocivos para el cociente intelectual”

Barbara Demeniex es profesora de Biología en el Laboratorio de Regulaciones Endocrinas del Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia. Su trabajo científico se centra en el estudio de la evolución de las hormonas tiroideas.

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Barbara Demeneix

"Las evidencias científicas muestran claramente que la exposición prenatal al clorpirifós tiene efectos nocivos en el cociente intelectual y el grosor de la corteza cerebral. El clorpirifós resulta tóxico para el sistema nervioso central, es decir, neurotóxico, y es un disruptor endocrino, especialmente para las hormonas tiroideas. Así, este insecticida interfiere en el desarrollo normal del cerebro”.

"En 2012, se demostró que el grosor de la corteza cerebral se reduce significativamente como resultado de la exposición prenatal al clorpirifós. En fechas recientes, el investigador francés Vincent Laudet ha evidenciado inequívocamente que el clorpirifos es un químico que altera la tiroides. Una se pregunta por qué no ha sido ya prohibido”.

"En 2015, calculamos el coste económico de la exposición a los pesticidas organofosforados, siendo el clorpirifós de los más utilizados en la UE. Descubrimos que esa exposición está relacionada con la pérdida de 13.000 millones de puntos de cociente intelectual en Europa y con 59.300 casos de discapacidad intelectual, lo que implica un coste de 146.000 millones de euros por año”.

“Presente en el 80-90% de la población estudiada”

Vicent Yusà es doctor en Química, profesor de la Universidad de Valencia y jefe de Laboratorios de Salud Pública de la Generalitat Valenciana. Gran parte de su labor profesional se centra en analizar la repercusión de los pesticidas en la salud humana a través de la dieta alimentaria.

“Actualmente, el clorpirifós es uno de los insecticidas más utilizados en la agricultura en España. Este uso masivo se refleja en que es de los más detectados en los controles de plaguicidas en vegetales que se realizan en el ámbito de la Unión Europea. Si bien las muestras que exceden el límite máximo de residuos son inferiores al 0,3-0,4%. Por otro lado, su uso masivo implica que la población española está expuesta a los residuos del clorpirifós, fundamentalmente a través de la dieta (en algunas zonas y en algunas poblaciones, la inhalación del aire también contribuye a la exposición). Prueba de ello es que en los análisis de orina que se han realizado en niños, mujeres o en la población en general, el metabolito del clorpirifós se detecta en el 80-90% de la población estudiada”.

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Collage: 'Le Monde'.

“Muy probablemente, la UE prohibirá el clorpirifós en enero de 2020 porque, comparado con otros insecticidas, es más peligroso para la salud humana y tiene mayor impacto negativo en el medio ambiente que otros. Es muy potente porque no solo elimina las plagas agrícolas sino también otros animales y afecta al medio ambiente. No debemos jugar más a la ruleta rusa con el clorpirifós”.

“Nosotros estudiamos la repercusión que tiene en la salud humana a través de la dieta. Para la población general, vemos que el principal problema es la exposición a través de los alimentos. Hemos analizado su presencia en la orina de los niños y es cierto que en el 90% de los casos se evidenciaban residuos de clorpirifós en las muestras, aunque no supone un riesgo directo para la salud porque la exposición no supera el nivel de seguridad. Exposición y riesgos son dos conceptos diferentes”.

“Mermas en el desarrollo cognitivo de los niños”

Leonardo Trasande es pediatra y académico. Está reconocido como uno de los mayores expertos en el estudio empírico y teórico de la salud de la infancia en relación con el medio ambiente. Es, entre varios cargos académicos, vicedecano de investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York en el área de Pediatría y es autor del libro ‘Sicker, Fatter, Poorer’ (‘Más enfermos, más gordos, más pobres’), recientemente publicado.

PREGUNTA. Dr. Trasande, por favor, dígales a los lectores qué estamos haciendo mal cuando usamos masivamente insecticidas organofosforados como el clorpirifós en la producción de nuestras frutas y verduras.

RESPUESTA. El problema esencial es que los agroquímicos dañan el cerebro de los niños y tienen un impacto negativo durante el embarazo. Una de las peores consecuencias es que los pesticidas causan la pérdida de puntos en el cociente intelectual de nuestros hijos. Cuando echas un vistazo a los estudios elaborados por la Universidad de Columbia, estos muestran que la exposición a sustancias químicas está directamente vinculada a la pérdida de potencial cognitivo. El clorpirifós es uno de esos plaguicidas que provocan esas mermas en el desarrollo cognitivo de los niños, y son perfectamente cuantificables, tenemos muchas evidencias científicas acumuladas en ese sentido.

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P. En su libro ‘Sicker, Fatter, Poorer’ (2019), usted da muchos ejemplos de estudios científicos multidisciplinares que demuestran que los pesticidas dañan la salud de las personas y los animales, además de perjudicar el medio ambiente. ¿Qué les diría a las autoridades de Europa y Estados Unidos?

R. Desgraciadamente, en los Estados Unidos no se está implementando una prohibición federal de los pesticidas organofosforados, ni para el clorpirifós ni para otros. El principal argumento de las autoridades es que los pesticidas son el único medio para garantizar el suficiente suministro de productos agrícolas a la población. Sin embargo, eso no es cierto. En primer lugar, existen alternativas que parecen ser más seguras para la salud, además de que muchos estudios demuestran que a día de hoy la agricultura ecológica no tiene por qué disminuir el valor de producción de los alimentos. Las consecuencias a largo plazo por el uso de pesticidas para la salud humana y el suelo pueden ser catastróficas, y eso deberían tenerlo en cuenta las autoridades.

P. El comienzo de uno de mis reportajes sobre las repercusiones del uso y consumo de pesticidas podría ser como sigue: “Este artículo no va solamente sobre las valoraciones de radicales activistas del medio ambiente o de científicos locos, sino que también trata sobre cómo proteger nuestro sistema capitalista mediante la salvaguardia del cociente intelectual de nuestros hijos”. ¿Qué error cometería escribiendo esto?

R. Nada en absoluto, ningún error. Ya contamos con un cierto número de ensayos que hablan de que la pérdida de puntos de cociente intelectual debido al uso de químicos organofosforados supone una pérdida de productividad económica anual de 319.000 millones de dólares en Estados Unidos y de 163.000 millones en Europa.

P. ¿Cómo podemos reducir nuestra exposición a insecticidas como el clorpirifós en nuestra dieta? La comida ecológica es cara y no todo el mundo puede permitírsela en su día a día.

R. En primer lugar, las autoridades deben regular para reducir al máximo la convivencia entre los químicos y la población. Igualmente, deberíamos reducir el uso de los plásticos en el mercado alimentario. También podemos comer alimentos ecológicos. De hecho, poco a poco estamos haciendo presión al mercado para que cada vez haya más comida ecológica en tiendas de alimentación. En los Estados Unidos, los hipermercados ya están colocando al mismo nivel de exposición en tienda los alimentos ecológicos y los convencionales. El mercado a menudo muta en función de los cambios de hábito de los consumidores.

“Los estudios financiados por la industria tienen mayor peso”

Axel Mie es profesor del Karolinska Institute de Estocolmo en el Departamento de Ciencia Clínica y Educación. Sus investigaciones científicas se centran en el estudio de los efectos de los métodos de producción agrícola en la salud humana.

placeholder Axel Mie. (Ki Sös)
Axel Mie. (Ki Sös)

"Resulta obvio que muchos estudios independientes han hallado efectos nocivos en el desarrollo del cerebro, mientras que las investigaciones financiadas por las empresas no encuentran tales efectos. La actual evaluación del clorpirifós se basa en gran medida en cientos de estudios sufragados por Dow Chemical Company. Así es como funciona. Esto es bien conocido”.

“Las autoridades deberían tomar en consideración todas la evidencias, también los estudios académicos. Pero, por lo general, los estudios financiados por la industria tienen mayor peso”.

"Mi opinión es que el permiso para usar clorpirifós no será renovado porque las pruebas existentes y las evidencias explícitas de sus perjuicios en la salud humana y el medio ambiente son muy sólidas. Será más interesante ver cómo la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria evalúa el clorpirifós metil, que está menos estudiado y nos falta aún mucha información relevante sobre el mismo".

"Afecta al desarrollo del cerebro"

El profesor Philippe Grandjean, profesor de Medicina Ambiental en la Universidad Sur de Dinamarca y en la Harvard School de Salud Pública en EEUU, también fue entrevistado para esta investigación. Puede ver la entrevista en inglés más abajo.

Una investigación periodística transnacional

El trabajo ha sido coordinado por Nils Mulvad desde Investigative Reporting Denmark. Una ayuda de Journalism Fund ha sufragado parcialmente este trabajo sobre el clorpirifós. En la investigación han colaborado los periodistas que siguen: Stéphane Horel, de 'Le Monde', Anuška Delić, de 'Oštro', Staffan Dahllöf y Oluf Jørgensen, de Investigative Reporting Denmark, Louise Voller, de 'Danwatch', Eiliv Frich Flydal, de 'Dagblet', Wojciech Ciesla, de 'Newsweek', Pamela G. Dempsey y Brant Houston, de Midwest Center for Investigative Reporting, Kristof Clerix, de 'Knack', y Marcos García Rey e Irene de Pablo Molinero, de El Confidencial.

El clorpirifós es un pesticida muy desconocido para la opinión pública. Sin embargo, es el principio químico más usado en la agricultura de España y Europa para acabar con las plagas de insectos que amenazan las cosechas. Esto se debe a su gran eficacia para matar bichos, pero su problema es que provoca daños, a veces irreparables, en el feto y en el primer desarrollo de los niños. La mayoría de los numerosos científicos consultados para esta investigación señala que influye negativamente en la evolución del cerebro y del sistema nervioso, originando en muchos casos autismo, trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, obesidad o la pérdida de puntos en el cociente intelectual de los afectados.

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