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Estos tres colegas crearon una 'startup' y la acabaron vendiendo a Medtronic por 100M
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nutrino health, vendida a finales de 2018

Estos tres colegas crearon una 'startup' y la acabaron vendiendo a Medtronic por 100M

Pensaron en hacer una 'app' para los aficionados al gimnasio y acabaron revolucionando el mercado de la diabetes en todo el mundo. Así pasó Nutrino Health de local a global

Foto: Los creadores de Nutrino Health. (Foto: cedida)
Los creadores de Nutrino Health. (Foto: cedida)

Cuando Eduard Ros, un experto en finanzas, estaba preparándose para un triatlón hace algunos años, Jonathan Lipnik, un compañero israelí del máster que estudiaban en el IESE le comentó que estaba jugueteando con algoritmos matemáticos para que cada persona pudiera optimizar individualmente su entrenamiento. En aquel momento se les encendió una bombilla y, junto con otro compañero de clase, José Luis Martín de Bustamante, se lanzaron a buscar su propio unicornio.

Meses más tarde nacía Nutrino Health, una 'start-up' que no tenía absolutamente nada que ver con el triatlón o el entrenamiento. De ahí la clave de su posterior éxito.

Foto: Foto: iStock.

"La primera idea era hacer una plataforma que pudiera ayudar a la gente a tener un estilo de vida saludable", explica Ros a Teknautas, "entender cómo la comida se adapta a cada uno de nosotros y podernos recomendar lo que mejor se adapte a nuestro metabolismo y a quiénes somos".

Empezaron pensando en gimnasios y en 'wellness' pero pronto se dieron cuenta de que había un mercado aún más potente en el 'healthcare'. Es decir, no centrándose en individuos sanos y atléticos sino en aquellos que tuvieran algún problema de salud que la tecnología pudiera solucionar. ¿Obesidad, hipertensión? No estaban mal, pero había un candidato mucho más propicio.

¿Por qué la diabetes?

Según el CDC estadounidense, los costes sanitarios de una persona diabética son 2,3 veces mayores que la de un norteamericano normal. El coste sanitario de la enfermedad en este país alcanzó el año pasado los 327.000 millones de dólares. Una enfermedad crónica y que requiere de bastante instrumental para su cuidado: bolígrafos de insulina, lancetas, un glucómetro o tiras para medición de glucosa. En resumen, el contexto perfecto para introducir una herramienta tecnológica que mejorara todos estos pronósticos.

"Todos utilizamos dispositivos tipo relojes inteligentes o móvil, cualquier cosa que nos pueda dar información es útil para el algoritmo de Nutrino y su inteligencia artificial", explica Ros. Ahí fue cuando pusieron su mirada en el glucómetro, el medidor que los diabéticos utilizan para hacerse controles de glucosa en sangre.

placeholder Una persona utiliza un glucómetro para hacerse un control de azúcar.
Una persona utiliza un glucómetro para hacerse un control de azúcar.

"Nos dimos cuenta de que la información que nos daba era muy relevante: la ingesta calorica de la comida tenía mucha correlación y nos da un valor único a cada uno de nosotros", dice el emprendedor. "Hicimos la prueba con zumo de naranja y nos afectaba a todos de una manera distinta, o si yo he dormido muy pocas horas, mis niveles de glucosa tienden a estar más altos".

Cómo funciona Nutrino

Una vez abiertas sus primeras oficinas en el barrio de Gracia y mientras trataban de levantar sus primeras rondas de financiación convenciendo a familiares y amigos, los emprendedores trataron de entender qué hacía falta.

"Nuestra primera idea era, cuando lanzamos un producto B2C, directo al consumidor, que el uso de los clientes no era muy alto porque requeria mucho esfuerzo introducir las comidas", explica Martín de Bustamante. "¿Qué podemos crear para que el usuario actue de manera pasiva? Por ejemplo, ¿por qué hace la gente tanto deporte ahora? Porque hay aparatos que de manera pasiva lo registran todo". Cuando uno sale a correr con una pulsera FitBit no tiene que introducir cuántos kilómetros ha recorrido ni cuántas calorías ha consumido. "Faltaba eso en la alimentación y nos comimos la cabeza viendo cómo podíamos conseguirlo".

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La frustración de los usuarios venía porque se veían obligados a introducir en una 'app' todos los alimentos que ingieren al cabo de un día y las calorías que tiene cada uno. Lo que Nutrino propuso es que "cuando tú tienes el pico de glucosa, te manda una notificación 'push' y pregunta ¿qué ha pasado? Y tú le dices qué has comido, mandas una foto o introduces el código de barras, hay muchas maneras", explica Ros. La aplicación incluye un programa de 15 días en el que el usuario va metiendo toda la información para obtener finalmente un informe que le ofrece todas las recomendaciones alimentarias personalizadas.

"Por ejemplo, te dice que a primera hora de la mañana, cuando estás en ayunas, te tomes una tostada o lo que sea", dice Ros. "Con eso podemos medir, cruzar con información de muchos otros perfiles y en definitiva aplicar el 'machine learning'. Cuanta más información tienes, más preciso es".

Nutrino no sólo tiene en cuenta la información suministrada por el usuario sino que la cruza con datos obtenidos de otros usuarios, dietas, literatura científica. horas de sueño, actividad, insulina, etcétera. "Esto fue lo diferencial y lo que nos provocó el mayor quebradero de cabeza", dice Martín de Bustamante.

Ahí fue cuando empezaron a ofrecer el producto a cualquiera que quisiera usarlo, principalmente fabricantes de glucómetros como Medtronic, Abbott, Sanofi...

Más allá de la diabetes

Obviamente, Nutrino tiene un potencial que va mucho más allá de la diabetes. Cuando empezaron hace siete años, era necesario sacarse una gota de sangre para conocer los niveles de glucosa. pero hoy en día existen sensores capaces de obtener estos datos sin necesidad de pincharse.

"Esa evolución también permite convertir el glucometro no solo en un aparato para diabeticos sino para gente no diabética que quiere medir sus curvas de glucosa, porque ya no es tan invasivo", explica Martín de Bustamante.

placeholder Sede de Nutrino en Barcelona
Sede de Nutrino en Barcelona

Sólo el mercado de personas diabéticas en el mundo, que se estima en 415 millones de personas, sería suficiente como 'target' de la empresa, pero la idea desde el principio fue ampliarlo todo lo posible.

"Obviamente a los diabéticos es a quienes más les afecta, pero esto también se puede llevar a un mercado de consumidor creando un producto, porque los picos de glucosa están directamente relacionados con el aumento de peso", dice el fundador de Nutrino. "La idea era, más adelante, que la gente se comprara un producto que te ayudara a perder peso midiendo sus picos de glucosa y diciéndoles cómo les afecta la comida y qué recomendaciones tienen para manejar esa curva".

Medtronic saca la billetera

Así que ocurrió lo que esperaban. Medtronic, la principal multinacional de tecnología sanitaria del mundo, les hizo una oferta que no pudieron rechazar. 100 millones de dólares por Nutrino Health. Jonathan Lipnik permaneció en la empresa y ahora es el CEO, mientras que Ros y Martín Bustamante hicieron efectivo el 'exit' en noviembre de 2018. Ahora el catalán trabaja como CFO de Glovo y el otro es director general en la plataforma de 'streaming' Tidal.

placeholder Los fundadores de Nutrino en su época del IESE
Los fundadores de Nutrino en su época del IESE

"Llevábamos varios años trabajando con Medtronic como clientes así que era el siguiente paso natural", confirma Ros. "La parte de la curva es muy bonita pero donde Nutrino marca la diferencia es en la segunda parte, en el análisis y recomendación de qué hacer con esto. Ahí es donde imagino que la utilizarán, con la marca Nutrino o no".

Hoy, Nutrino Health es ya considerada una compañía israelí adquirida por una multinacional estadounidense, pero su huella española sigue presente, gritando a los cuatro vientos que la aplicación nació, creció y se hizo adulta en Barcelona.

Cuando Eduard Ros, un experto en finanzas, estaba preparándose para un triatlón hace algunos años, Jonathan Lipnik, un compañero israelí del máster que estudiaban en el IESE le comentó que estaba jugueteando con algoritmos matemáticos para que cada persona pudiera optimizar individualmente su entrenamiento. En aquel momento se les encendió una bombilla y, junto con otro compañero de clase, José Luis Martín de Bustamante, se lanzaron a buscar su propio unicornio.

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