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El último año del perezoso terrestre gigante: así vivió este bicho de cuatro metros de alto
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un megatérido que se extendió por toda américa

El último año del perezoso terrestre gigante: así vivió este bicho de cuatro metros de alto

Antropólogos descubren restos fósiles de esta especie mitológica que pisó la Tierra hace más de 25.000 años y reconstruyen a partir de ellos cómo transcurrió su último año de vida

Foto: Ilustración del perezoso gigante (Rodolfo Nogueira / USP)
Ilustración del perezoso gigante (Rodolfo Nogueira / USP)

En el Paleolítico Superior, hace unos 27.000 años, mientras en el norte de España unos primeros humanos dibujaban bisontes en Altamira, a miles de kilómetros de allí, en Belize, un perezoso terrestre gigante (Eremotherium laurillardi) se las veía y se las deseaba para encontrar agua. Por aquel entonces la península del Yucatán no era el vergel que es hoy en día, dado que el Último Máximo Glacial había confinado gran parte del agua de la Tierra en los polos y la disponibilidad del preciado líquido era baja en la superficie.

Sin embargo, el suelo calizo de esta zona permite la filtración de gran parte de la lluvia y la formación de cenotes subterráneos. El perezoso gigante encontró uno de estos, en una zona particularmente escarpada, y ahí tomó su último trago. Varios milenios después, unos buzos que buscaban antiguos artefactos mayas cerca de la ciudad de Cara Blanca dieron con algunos restos fosilizados de este megaterio, en concreto un diente, un húmero y un fémur.

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Afortunadamente para el grupo de antropólogos estadounidenses que ahora publican sus hallazgos en 'Science Advances', el diente parcialmente fosilizado del perezoso gigante conservaba aún tejido como para realizar un análisis de los isótopos estables de carbono 13 y oxígeno 18, lo que ha ofrecido claves sobre lo que este ejemplo de megafauna comió durante el último año de su vida.

"Comenzamos nuestro estudio con la esperanza de obtener una mejor comprensión del paisaje en el que se extinguieron los grandes mamíferos y surgieron los seres humanos en el centro de Belice", ha dicho Jean Larmon, de la Universidad de Illinois y quien dirigió la investigación junto a dos antropólogos de la Universidad de Michigan, Lisa Lucero y Stanley Ambrose. "En el proceso, descubrimos qué parte del diente había mantenido mejor su integridad para el análisis y refinamos los métodos para estudiar especímenes similares en el futuro".

placeholder Parte del fémur de un perezoso gigante (Science Advances)
Parte del fémur de un perezoso gigante (Science Advances)

Estos descubrimientos se suman a la evidencia de que muchos factores, además de un clima cambiante, "contribuyeron a la extinción de la megafauna en las Américas", explica Lucero, encargada de estudiar a los antiguos mayas que habitaban en el centro de Belize. "Uno de esos factores potenciales es la llegada de humanos a este lugar hace entre 12.000 y 13.000 años". Aproximadamente uno o dos milenios antes de que esta especie gigante se extinguiera.

Los perezosos, milenario o actuales, tienen la particularidad de que sus dientes se van desarrollando durante toda su vida y, a diferencia de otras especies, carecen de esmalte, algo que en el caso de los humanos prehistóricos suele analizarse para descubrir cosas sobre la dieta. Sin embargo, mediante el uso de la microscopía de catodoluminiscencia, una técnica que hace que los minerales brillen y se pueda discernir el grado de mineralización en los fósiles, los investigadores descubrieron que un tipo de tejido dental, la ortodentina densa, estaba prácticamente intacto.

Entonces, Larmon perforó 20 muestras de esta ortodentina para realizar un análisis de los isótopos. Cada uno de los fragmentos abarcaba algo más de un año de crecimiento dental. "Esto nos permitió rastrear los cambios mensuales y estacionales en la dieta y el clima de los perezosos por primera vez, y también seleccionar la mejor parte del diente para una datación confiable de radiocarbono", revela Ambrose.

placeholder Comparación del tamaño de un perezoso terrestre gigante y un humano (Science Advances)
Comparación del tamaño de un perezoso terrestre gigante y un humano (Science Advances)

Este análisis ofreció que el gigante pasó una estación seca bastante larga, de unos siete meses, bordeada por dos breves estaciones lluviosas. Las variaciones estacionales afectaban de forma notable a su dieta, que tenía lugar principalmente en la sabana y no en el bosque.

"Pudimos ver que esta enorme criatura podía adaptarse con bastante facilidad al clima seco", dice Larmon. Era capaz de cambiar su dieta en función de lo que hubiera disponible en cada momento.

placeholder Trozo del diente rescatado en Belize (Science Advances)
Trozo del diente rescatado en Belize (Science Advances)

"Eso ayuda a explicar por qué estaban tan extendidos y por qué duraron tanto", añade Lucero. "Es probable que fueran muy adaptables".

En el Paleolítico Superior, hace unos 27.000 años, mientras en el norte de España unos primeros humanos dibujaban bisontes en Altamira, a miles de kilómetros de allí, en Belize, un perezoso terrestre gigante (Eremotherium laurillardi) se las veía y se las deseaba para encontrar agua. Por aquel entonces la península del Yucatán no era el vergel que es hoy en día, dado que el Último Máximo Glacial había confinado gran parte del agua de la Tierra en los polos y la disponibilidad del preciado líquido era baja en la superficie.

Estudio científico