La NASA volverá a buscar vida en Marte. ¿Dónde? En un río tan viejo como la Tierra
Se trata de un cráter de 45 kilómetros de longitud en el que se podrían haber preservado moléculas de agua y sedimentos que fluyeron por allí hace miles de millones de años
Llevaban cinco años eligiendo el lugar idóneo para el aterrizaje de su próxima expedición científica a Marte y, por fin, la NASA lo ha encontrado: será en el cráter Jezero, una extensión de 45 kilómetros de largo que se ha escogido entre otras 60 posibles localizaciones de la superficie del planeta rojo. El lanzamiento de la nave está programado para el año 2020.
El cráter Jezero es un terreno geológicamente rico y sus formas se remontan a 3.600 millones de años, debido a que albergó el delta de un río, por lo que se podrían haber preservado moléculas orgánicas u otras formas vitales procedentes del agua y los sedimentos que por allí fluyeron.
Para Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, este lugar “podría responder preguntas importantes en la evolución planetaria y la astrobiología. Conseguir algunas muestras del cráter revolucionaría lo que hasta ahora sabemos de Marte y su capacidad para albergar vida”.
El mejor lugar posible
En un comunicado, la NASA explica que el cráter Jezero contiene, al menos, cinco tipos distintos de rocas, entre las que se encuentran la arcilla o los carbonatos. Ambas serían capaces de preservar señales de vida miles de años después.
En las muestras tomadas del suelo en anteriores expediciones se encontró materia orgánica con más de 3.000 millones de años. También se detectó metano en la atmósfera, por lo que ahora es vital conocer nuevas sustancias presentes en el suelo de Marte. El hecho de que el cráter Jezero albergara el delta de río significa que puede contener una enorme variedad de componentes orgánicos y minerales procedentes de sus aguas, tanto dentro como fuera del cráter.
Our @NASAInSight lander just needs some peace and quiet to get its work done. After next week's #MarsLanding, the spacecraft will study the entire Red Planet by... staying put. Learn how: https://t.co/kxsuAibH7j pic.twitter.com/KkLFL0PjZE
— NASA (@NASA) 20 de noviembre de 2018
Además del delta del río, el lugar escogido está rodeado de rocas al este y un acantilado al oeste, a la vez que contiene diversas depresiones formadas por el viento que podrían suponer un problema para la nave, al poder quedar atrapada allí.
¿Por qué es tan difícil?
La NASA lleva desde 1965 estudiando el planeta rojo, orbitando primero y consiguiendo aterrizar después sus naves. Sin embargo, sólo el 40% de las misiones que se han enviado a Marte han logrado su objetivo, y esto tiene un motivo: la atmósfera marciana sólo tiene el 1% del espesor de la Tierra, por lo que no hay nada que frene a cualquier objeto que se dirija hacia Marte a la enorme velocidad que viajan las misiones espaciales.
“Nada ha sido más difícil en la historia de la robótica planetaria que aterrizar en Marte”, reconoce Zurbuchen. De hecho, la NASA es la única agencia que ha conseguido aterrizar sus misiones en el planeta rojo, por lo que su conocimiento es aún muy rudimentario. Este lunes 26 de noviembre está previsto que aterrice allí la Mars InSight, la primera vez en seis años que una nueva misión llega a Marte. Será a las 9 de la mañana hora española y se encargará de investigar una de las zonas más desconocidas hasta el momento: el interior profundo del planeta.
Llevaban cinco años eligiendo el lugar idóneo para el aterrizaje de su próxima expedición científica a Marte y, por fin, la NASA lo ha encontrado: será en el cráter Jezero, una extensión de 45 kilómetros de largo que se ha escogido entre otras 60 posibles localizaciones de la superficie del planeta rojo. El lanzamiento de la nave está programado para el año 2020.