¿Conspiración alienígena? Aclarado el misterio del observatorio evacuado por el FBI

Hace más de una semana, un helicóptero negro del FBI aterrizó en el Observatorio Solar Nacional de Sunspot (Nuevo México) y varios agentes bajaron de él para evacuar el centro y el área colindante "por razones de seguridad". La noticia tenía los ingredientes necesarios para desatar todo tipo de especulaciones: ¿los investigadores habían detectado vida extraterrestre? ¿El telescopio había sido 'hackeado' por una potencia extranjera?

"El 6 de septiembre nos dijeron que nos iban a evacuar y no nos contaron por qué", explicaba a la cadena ABC 7 un funcionario de correos. Más allá iba el 'sheriff' del condado de Otero, Benny House, que echó más leña al fuego anunciando "sospechas" sobre lo ocurrido que no quería hacer públicas para evitar que cundiera el pánico entre la población: "El FBI se niega a decirnos qué está pasando. Nadie explica en detalle cuáles son las circunstancias y por qué el FBI está en Sunspot".

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La agencia gubernamental echaba balones fuera y remitía a las explicaciones de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA), organización que gestiona la instalación científica. "Estamos abordando un problema de seguridad en Sunspot y hemos decidido desalojar temporalmente la zona como medida de precaución", insistía.

Una semana más tarde, el observatorio permanecía clausurado —excepto para el director y su asistente— y la entrada se encontraba precintada por una cinta amarilla escoltada por dos guardias de seguridad, según informó 'The Washington Post'. "No sabemos nada de lo que hay aquí dentro. Somos tan curiosos como cualquier otra persona", se limitaron a aclarar.

"Amenaza potencial" para los científicos

Este lunes, el centro reabre sus puertas y AURA ha desvelado, por fin, las razones de la evacuación: la institución colaboraba en una investigación policial relacionada con actividades delictivas y decidió emprender el desalojo para "garantizar la seguridad del personal" ante la "amenaza potencial" de que un sospechoso atacara al equipo de científicos. "Puedo decir que definitivamente no eran extrarrestres", ironiza una portavoz del grupo.

"Dada la gran cantidad de interés que ha generado el cierre temporal y la consiguiente expectativa de un número inusual de visitantes, hemos contratado un servicio de seguridad mientras la instalación regresa a un entorno de trabajo normal", aseguran desde la organización astronómica. Aunque reconocen que "la falta de comunicación podría ser frustrante para algunos", justifican que "debía equilibrarse con el riesgo de que las noticias alertaran al sospechoso".