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El ideólogo de la presa-puente de Gibraltar: "Sería una obra normalita, nada faraónica"
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'spin-off' del proyecto oficial de túnel a marruecos

El ideólogo de la presa-puente de Gibraltar: "Sería una obra normalita, nada faraónica"

Frente al ritmo parsimonioso de la empresa pública encargada del túnel del Estrecho, el constructor Juan Valle propone una fantasiosa alternativa, una presa-puente de orilla a orilla

Foto: Juan Valle, constructor e ideólogo de la presa-puente de Gibraltar. (EC)
Juan Valle, constructor e ideólogo de la presa-puente de Gibraltar. (EC)

La semana pasada, El Confidencial publicó la historia de SECEGSA, una empresa pública dependiente de Fomento que lleva 37 años estudiando la forma más viable de construir un túnel que atraviese el Estrecho de Gilbraltar y conecte Europa con África. Entre otras cosas, nuestra investigación revelaba que la cifra gastada en estudios técnicos durante estas tres décadas superaba ya los 53 millones de euros y un gasto anual en salarios de casi 700.000 pese a no saber aún cuándo o cómo tendrá lugar el proyecto o quién lo financiará. En definitiva, sin ver todavía —con perdón— la luz al final del túnel.

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El proyecto de enlace fijo España-Marruecos es, se habrán dado cuenta, como una serie de muchas temporadas. Y como todas las series, cuenta con sus propios 'spin-off'. El más importante es el de Juan Valle, estandarte del proyecto 'Presa-Puente Estrecho de Gibraltar'. Según comenta a Teknautas este jienense de 66 años, en el pasado llegó a convencer a SECEGSA de la idoneidad de su fórmula e incluso logró reunirse con los representantes marroquíes en una de las comisiones mixtas que se celebraron hasta 2010.

Sin embargo, hace años que su intento de enlazar ambos continentes ha quedado relegado a una nota al pie.

Pregunta. Señor Valle, ¿cuál es su perfil profesional?

Respuesta. Siempre me he dedicado a la construcción.

P. ¿Y por qué se metió en esta aventura?

R. Fue hace más de 30 años. Tengo una casa en la Manga del Mar Menor y vi un vídeo de Greenpeace donde anunciaban el cambio climático y decían que La Manga iba a desaparecer por el aumento del nivel del mar. En efecto, a lo largo de estos años he ido comprobado cómo la playa es cada vez más corta. Como pertenezco al Club de Inventores de España y me dedico a hacer cosas, me puse a trabajar sobre este tema viendo que el cambio climático es una realidad y que el nivel del mar ha subido 20 centímetros. Entonces, pensando en una solución ideé esta presa, al principio pensando sólo en proteger el Mediterráneo: con esta presa se lograría mantener el mar en su nivel actual.

[Nota del redactor: la subida del nivel del mar lleva midiéndose con precisión sólo desde 1992 y en el Mediterráneo se estima en unos 6,5 centímetros desde entonces. Sí es probable que, en el peor escenario de cambio climático útil para las proyecciones pero considerado poco realista por los expertos pudiera llegar a alcanzar los 25 centímetros de aumento para 2050]

P. ¿Pero eso cómo lo haría? ¿Sólo como consecuencia del estrechamiento?

R. Estrechando aún más el Estrecho, valga la redundancia. ¿Qué va a pasar? Que el Atlántico va a subir su nivel en tres, cuatro, cinco, siete metros y lo que hacemos es dejarle menos entrada para que sólo entre el agua que el Mediterráneo evapore.

[Nota del redactor: la NOAA, Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, calcula en su peor escenario una subida de siete pies o 2,1 metros para el año 2100]

P. ¿Pero uno tampoco puede controlar eso con tanta precisión, no?

R. Depende de la profundidad que se le dé de paso. Y ya si la subida fuese muy grande, se harían esclusas para separar el Atlántico del Mediterráneo y permitir que entre agua. Por ejemplo, en el Canal de Panamá el Pacífico tiene 17 metros más de altura que el Atlántico, ¿y cómo lo regulan? Con esclusas. Ahí fue cuando decidí crear el concepto de presa-puente.

P. ¿Cómo ha tratado de venderle esta idea a la administración, es decir, a SECEGSA?

R. Me puse en contacto con ellos y he ido varias veces a vendérselo a su sede. Al principio les encantó, se quedaron flipados con el proyecto. 'Este tío sí ha dado en el clavo'. Porque tengo que decirle que el túnel no resuelve el problema de la inundación del Mediterráneo. Si yo hago un túnel, el agua sigue pasando igual. No es la solución. Insisto, mi primera solución era centrarme sólo en la subida del nivel del mar.

P. ¿Pero y qué pasa con las especies que pasan por allí? ¿No afectaría esto al tráfico de cetáceos, por ejemplo?

R. Claro que lo he pensado. Les he dejado un paso de dos kilómetros.

P. Pero es acortarles mucho los 14 kilómetros que tienen actualmente en la parte más estrecha. Aunque para nosotros pueda haber margen, a un banco de ballenas le podría desincentivar, que siguieran al Norte y provocar cambios poblacionales de estas y otras especies en el Mediterráneo. ¿No?

R. Sí, sí, pueden pasar muchas cosas, y ya expliqué en un vídeo que hice que habrá algunos problemas ecológicos, pero tenemos que mirar esto con una visión amplia: si el Mediterráneo que es la cuna de la civilización del mundo, con El Cairo al nivel del mar, con Barcelona... ¡Con tantas ciudades que no soy capaz de nombrar ahora en un momento! Si queremos salvarlo, algo habrá que sacrificar. Lo que no podemos dejar es que ciudades como Estambul se inunden. O las 15.000 islas que tiene el Mediterráneo. Y hay una posibilidad certera de salvarlo con este proyecto.

P. Pero está usted hablandome dentro de unos cuantos siglos.

R. Bueno, los científicos del documental 'La Tierra bajo el agua' anuncian que, en los ochenta años que quedan de este siglo, el mar subirá siete metros. Es decir, hace dos meses sólo hubo un iceberg enorme que se desprendió. Sólo ese iceberg aumentará tres metros el nivel del mar. Esto va muy deprisa, va más deprisa de lo que pensamos, lo que pasa es que no lo vemos. En Miami ya hay calles inundadas y en Nueva Orleans han tenido que hacer una presa de 280 metros.

[Nota del redactor: un estudio en la revista de la Unión Europea de Geociencias calculó el impacto del iceberg Larsen C, que se desprendió el año pasado, en la subida del nivel del mar y lo valoró en 4 milímetros]

P. Pero me está usted hablando de una zona donde hay huracanes habitualmente. El Estrecho de Gibraltar no es así.

R. Sí, es cierto que aquí no se dan. Aquí el problema, repito, es el nivel del mar. A SECEGSA le interesó mucho, hablé con su secretario, con la presidenta, fui a reuniones con los marroquíes a Rabat y todo muy bien. El problema es que yo dí con la solución, porque la presa-puente no lleva ni un saco de cemento y además no costará un euro ni a España ni a Marruecos. ¿Por qué? Porque se haría con una concesión, empresas privadas lo construirirían y luego se financiarían a través de los peajes.

placeholder  Imagen renderizada de cómo quedaría el proyecto (Presa Puente)
Imagen renderizada de cómo quedaría el proyecto (Presa Puente)

P. ¿Y ha hecho un estudio del tráfico que necesita el puente para que sea viable?

R. ¡Claro!

P. ¿Y cómo está tan seguro? En España muchas concesionarias de autopistas de peaje están quebradas.

R. Es que no se pueden comparar las radiales de Madrid, que ahora parece que se están activando, con un proyecto que permitirá cruzar a África en diez minutos.

P. Pero en cualquier caso harán falta estudios de viabilidad.

R. Esta obra que tanto se me critica, Antonio, no está hecha con la idea de que crucen los africanos. Todo lo contrario. Servirá para modernizar África y que la gente se quede allí. Eso es lo que tiene que hacer Europa.

P. ¿...?

R. Europa no puede dejar que África caiga en manos de los chinos, sino que tienen que apoyarlos. El único que ha dicho algo interesante al respecto es Pablo Casado, que ha dicho que África necesita un Plan Marshall y yo estoy totalmente de acuerdo. Y esta obra sería para África un paso importantísimo para su modernización.

Foto: Pablo Casado. (Rodrigo Jiménez/EFE) Opinión

P. ¿Cuánto mediría el puente?

R. Dos kilómetros.

P. O sea, que tendría que avanzar cada orilla unos seis kilómetros mar adentro.

R. Sí, la presa se avanza seis kilómetros en cada orilla.

P. ¿Y cómo solucionarían el tema de las brechas?

R. ¿Qué brechas?

P. Los surcos que se crearon en el fondo marino con la formación del Estrecho y que llegan hasta los 900 metros de profundidad. Es la principal dificultad para hacer el túnel.

R. Rellenarlas de roca hasta dejarlas a un nivel de 50 a 100 metros. Depende del agua que tengamos que dejar que entre. Eso se rellena todo y quedarían unidos por las rocas, que se sustentan por su propio peso y no necesitan mortero. Además esta construcción de escollera, en caso de un terremoto, resistiría los movimientos tectónicos. Se movería, pero quedaría todo en su sitio porque no es algo rígido.

placeholder Así sería por debajo la presa-puente de Gibraltar.
Así sería por debajo la presa-puente de Gibraltar.

P. ¿Y eso no afectaría a la consistencia de la presa?

R. En absoluto, la presa tiene dos kilómetros en la base y un kilómetro arriba. Es superancha. No sería en ningún caso una obra faraónica sino normalita, sería echar la misma roca que se levantará en los lados para hacer las vías de comunicación. Esa roca se echa aquí y estaría solucionado el problema. No es nada del otro mundo.

P. Me concederá que para rellenar dos agujeros de 900 metros de profundidad hace falta mucha roca.

R. No, no. Donde está proyectada la presa no tiene 900 metros.

P. ¿El puente no iría por el tramo más corto, el de 14 kilómetros entre Tarifa y Tánger?

R. No, no, iría un poco más al Oeste, hacia Cádiz.

P. ¿Por Punta Paloma, donde estaría proyectado el túnel?

R. Sí, por ahí.

P. Pero ahí el Estrecho se abre, le harían falta 28 kilómetros de presa-puente.

R. El puente seguiría siendo de dos kilómetros. A ver, no me he explicado bien. Tengo dos soluciones. Una en el punto más Estrecho, que tiene 600 metros de profundidad y otra un poquito más al Oeste, donde la profundidad es la mitad. Pero el gasto en roca es el mismo en un lado que en otro. Verá usted, cuando se inundó el Mediterráneo se formaron dos cascadas: una tiene 300 metros, otra tiene 600 y la otra 900.

P. Entonces son tres cascadas.

R. Hay tres cascadas, efectivamente.

placeholder ¿El Manhattan hispano-marroquí?
¿El Manhattan hispano-marroquí?

P. Por reconducir un poco, ¿ha calculado el coste que tendría este proyecto a día de hoy? O más bien, cada una de las dos soluciones.

R. Económicamente no varía mucho porque la cantidad de roca es prácticamente igual y el puente sería el mismo. Pero como digo, está pensado para que lo haga un fondo de inversión o un grupo. He estado dos veces reunido en Dragados y hay también un fondo chino que se ha puesto en contacto conmigo. Esto no costaría dinero, lo que sí costaría es unirlo luego con las carreteras africanas y europeas. Eso sí sería ya una obra.

P. Ya. Una obra social.

R. Muy necesaria, porque si a África le llevamos medios de vida los africanos no se vendrán a Europa. Si no, se nos inundará esto de africanos sin más remedio. Porque un africano que está en una choza en el Magreb y tiene un móvil, ve lo que hay aquí y se viene como sea, como estamos comprobando. Esta obra tiene esa función de modernizar África para que no tengan que venirse aquí.

placeholder Valle lo ve todo bastante fácil, la verdad (Presa-Puente)
Valle lo ve todo bastante fácil, la verdad (Presa-Puente)

P. Por último, ¿cuánto se tardaría en construir esto?

R. Tres años de reloj. Trabajando día y noche durante los siete días de la semana.

P. Sinceramente, ¿cree que sus ojos verán esto algún día?

R. Pues dependerá de lo rápido que vaya el cambio climático. Esa es mi respuesta. Tengo 65 años y, aunque yo no lo vea, me moriré con la tranquilidad de que se hará.

P. ¿Y no sería mejor pensar en reducir el cambio climático antes que en hacer presas-puente?

R. Hombre... lo suyo sería dejar de quemar carbón.

La semana pasada, El Confidencial publicó la historia de SECEGSA, una empresa pública dependiente de Fomento que lleva 37 años estudiando la forma más viable de construir un túnel que atraviese el Estrecho de Gilbraltar y conecte Europa con África. Entre otras cosas, nuestra investigación revelaba que la cifra gastada en estudios técnicos durante estas tres décadas superaba ya los 53 millones de euros y un gasto anual en salarios de casi 700.000 pese a no saber aún cuándo o cómo tendrá lugar el proyecto o quién lo financiará. En definitiva, sin ver todavía —con perdón— la luz al final del túnel.

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