Preservar la capa de ozono: consejos para no seguir causando más daño al planeta Tierra

La capa de ozono es nuestra barrera protectora y es muy frágil. Esta capa de la atmósfera actúa como filtro protector de las radiaciones nocivas que pretenden llegar a la Tierra ejerciendo una labor de selección con la que solo permite el paso hasta la superficie terrestre de radiaciones como la ultravioleta de onda larga, que posibilita a las plantas realizar la fotosíntesis y dota al planeta de habitabilidad.

Pese a que la esta capa fue descubierta en 1913 y estudiada unos años más tarde por el físico y meteorólogo británico Gordon Dobson, no fue hasta 1988 cuando la comunidad internacional tomó conciencia de la importancia que tiene para el planeta Tierra su preservación. Al poco tiempo, el 1 de enero de 1989 entró en vigor el 'Protocolo de Montreal', un documento que ha sido revisado y adaptado con el paso de los años pero que sembraba ya entonces las bases para la preservación de esta capa atmosférica: fijaba en negro sobre blanco la necesidad mundial de reducir la producción y el consumo de productos que agotan esta capa.

En este tratado, que en España llegó al Boletín Oficial del Estado el 17 de marzo de 1989, se establecieron medidas preventivas para controlar la emisión de ciertos productos químicos utilizados sobre todo en la industria de la refrigeración y para la generación de aerosoles (clorofluorocarbonos) tanto a nivel nacional como regional, que sumadas a las de los demás países miembros de las Naciones Unidas y sus socios han contribuido al control de emisiones y conservación de esta capa protectora a lo largo de los años y a su paulatina regeneración.

En 2016 se detectó por priemera vez en 30 años una reducción del agujero en la capa de ozono

De hecho, según los estudios científicos, la obertura de que se detectó a mitad de los '80 en esta cobertura atmosférica está regenerándose poco a poco, y en 2016 el agujero ya se había reducido en 4 millones de kilómetros, disiminuyendo por primera vez en 30 años, respecto a la su superficie máxima, los 25 millones de kilómetros que alcanzó en el año 2000. Un hecho que los científicos atribuyeron a las políticas internacionales que se habían empezado a llevar a cabo años atrás.

"Un esfuerzo internacional conjunto ha permitido la eliminación y reducción del uso de sustancias que agotaban la capa de ozono, ayudando no solo a protegerla para la generación actual y venideras, sino también a mejorar los resultados de las iniciativas dirigidas a afrontar el cambio climático", destacan desde Naciones Unidas, organismo que promueve el Día Internacional de la Preservación de la Capa de ozono, que se celebra este domingo 16 de septiembre y que defiende que las medias tomadas en los últimos años han ayudado a proteger la "salud humana y los ecosistemas reduciendo la radiación ultravioleta del sol que llega a la Tierra".

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Pero además de los esfuerzos institucionales, la protección de la capa de ozono también es un tema individual. Cada uno de nosotros tiene en su mano poner su granito de arena para colaborar con la protección del planeta Tierra. De hecho, desde ONU dan algunos consejos para contribuir de manera sencilla a la reducción del impacto sobre la capa de ozono mediante el ahorro energético en el hogar.

Reciclar electrodomésticos

El foco principal de la ONU está en los electrodomésticos, y más concretamente en los refrigeradores. Desechar correctamente los electrodomésticos y los equipos que contengan refrigerantes es es esencial. Por eso, lo más recomendable es que cuando se compre un electrodoméstico nuevo de este tipo se lleve el viejo a un lugar de recolección en el que personal experto y certificado se encargue de extraer y recuperar los refrigerantes y frigoríficos que contenga antes de reciclar las demás partes.

Colocar la nevera de manera adecuada y limpiarla

Para garantizar la mayor eficiencia de este electrodoméstico es importante colocarlo bien, es decir, establecerlo en una posición en la que el aire circule con facilidad por su parte trasera y alejado del horno o el lavaplatos.

Además, también es recomendable limpiar la parte posterior de la nevera y el congelador de manera periódica centrándose sobre todo en la zona en la que se encuentra el condensador. Además, descongelarlo con regularidad también mejorará su funcionamiento y ayudará a ahorrar energía.

Regular el termostato del congelador

Hay que evitar las temperaturas demasiado bajas. Para eso lo ideal es programar el termostato de la nevera y el congelador de manera distinta para cada época del año. Además, también es recomendable apagarlo cuando no se encuentre en uso para evitar el consumo de energía.

Retirar lo que no se va a usar

A veces almacenamos comida en el congelador que acabamos por no comer nunca. Es importante concienciarse sobre esto y retirar del electrodoméstico aquello que no se vaya a usar para favorecer su buen funcionamiento y evitar su saturación. Además, sacar la comida del congelador con la previsión suficiente como para que esté descongelada de manera natural cuando la vayamos a comer también ayudará a ahorrar energía.

Revisar el aire acondicionado

Llevar a revisión el aire acondicionado del coche o del hogar también es importante para descartar posibles fugas que puedan resultar contaminantes. Eso sí, ante cualquier reparación la institución recomienda solicitar el servicio a una compañía con certificado que garantice una reparación adecuada y que se reciclan los gases que pueda contener el equipo.

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Instalar el condensador en la sombra

Otra recomendación es la de instalar el condensador del aire acondicionado en una zona en la que no de mucho el sol. Además también favorecerá su buen funcionamiento que se limpie de manera regular.

Aislar las paredes de la casa

Una manera de ahorrar energía en casa es contar con un buen aislamiento térmico. Aislar las paredes, puertas y ventanas de manera correcta mejorará la eficiencia energética de la casa y prolongará la vida de aparatos de aire acondicionado y refrigeradores.

Conducir primero con las ventanas abiertas

En el coche será buena idea conducir durante los primeros minutos con las ventanas abiertas para que el vehículo se airee y después encender el aire acondicionado. Además, aparcar en la sombra no estará de más.