El eclipse solar de julio casi no será visible, pero el de luna será el más largo del siglo

En agosto de 2017 tuvo lugar uno de los fenómenos astronómicos más esperados del verano: un eclipse total de Sol, ese brutal fenómeno que ocurre cuando la Luna se interpone entre la tierra y el Sol tapando la luz de este último. Fue visible principalmente en Estados Unidos, a lo largo de una franja de más de 100 kilómetos de ancho, y desde España sepudo ver cómo el Sol se tapaba parcialmente por un semicírculo lunar durante vrios minutos. Si bien es cierto que este viernes, 13 de julio, hay otro eclipse solar —en esta ocasión, parcial— éste no tiene la importancia que muchos le han otorgado.

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De hecho, el planeta no será escenario de otro eclipse solar total hasta febrero de 2019, y el de este viernes, 13 de julio, parcial, no será visible en la mayor parte de la tierra habitada. En concreto, solo será visible parcialmente desde australia. El 11 de agosto, coincidiendo con la lluvia de estrellas más famosa del verano —las 'lágrimas de San Lorenzo' o Perseidas—, habrá otro ecipse solar parcial, que sí se verá en más zonas de la tierra, sobre todo en el norte de Europa y el noreste de Asia. Además, el de este viernes será un eclipse bastante parcial: el porcentaje de Sol que será tapado será muy poco significativo.

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No obstante, una fecha que sí es interesante anotar en la agenda es la del 27 de julio, ya que durante esa noche tiene lugar el eclipse lunar más largo del siglo XXI, un fenómeno que muchos denominan 'Luna de sangre' porque, mientras dura, el satélite adopta un tono de color rojo que recuerda a la sangre. En España se podrá disfrutar casi en su totalidad, aunque no solo levantando la cabeza y mirando al cielo. Durante tres horas podremos disfrutar del espectáculo en el cielo, siempre y cuando sigamos las recomendaciones de los expertos: buscar un punto alto de tu ciudad o pueblo que te permita mirar al sureste sin ningún tipo de obstáculos.

Y después, lluvia de estrellas

No inmediatamente después, pero apenas unas semanas después del eclipse de Luna arranca una de las lluvias de estrellas más esperadas de todo el año: las 'lágrimas de San Lorenzo', que este año coinciden en su punto máximo en 13 de agosto y que coincide en fase de cuarto creciente de la Luna, por lo que se podrá disfrutar de los meteoros con muchísima oscuridad.

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Antes incluso de ésta habrá otras lluvias de meteoros, pero mucho más suaves. El 21 de julio, por ejemplo, llegan las Alfa Cígnidas, pero su actividad es relativamente baja y hay que estar muy atentos para ver algún meteoro.

Además, el 28 tendremos las Delta Acuáridas, el día 2 de agosto las Alfa Capricórnidas y el 6 las Eta Acuáridas. Todas estás se caracterizarán por su poca actividad, pero para el final del verano llega el plato fuerte: las Píscidas. El 3 de septiembre, con la Luna en estado de Luna nueva, tendremos esta lluvia que a pesar de dejar solo 5 meteoros por hora llegará en un cielo verdaderamente oscuro.