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Contra los 'homeópatas' del cambio de hora: Franco acertó al adoptar la hora de Berlín
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Contra los 'homeópatas' del cambio de hora: Franco acertó al adoptar la hora de Berlín

Un nuevo estudio compara el uso del tiempo en 17 países europeos y destierra esa idea tan extendida de que España debe adaptar sus horarios a los de Portugal y Reino Unido

Foto: El húngaro Bela Hatvani cambia la hora el pasado octubre. (EFE)
El húngaro Bela Hatvani cambia la hora el pasado octubre. (EFE)

Hay una corriente de pensamiento en España que insiste en que retrasar el reloj una hora resolvería de un plumazo los problemas de conciliación laboral, mejoraría la calidad de vida, aumentaría nuestra productividad e incluso provocaría un repunte en las exportaciones a los mercados europeos. Todo ello sería posible simplemente alineando nuestros relojes con los de Portugal o Reino Unido, en lugar de compartir la hora de París y Berlín, como hacemos actualmente.

[¿Cuándo es el cambio de hora y por qué no será el último?]

Esta idea, defendida principalmente por la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe) y que lleva años generando debate en nuestro país, es pura homeopatía intelectual, según demuestra un nuevo estudio, realizado por el físico José María Martín Olalla, de la Universidad de Sevilla, y publicado en la revista 'Scientific Reports'.

Foto: En marzo se adelanta una hora el reloj; en octubre, se retrasa | EFE

En resumen, el trabajo dice que cambiar la hora no serviría de nada porque básicamente es el amanecer lo que marca nuestra actividad diaria. O como dijo Shakespeare, "lo que llamamos rosa, con cualquier otro nombre olería igual". Para llegar a este hallazgo, Martín Olalla analizó encuestas de empleo del tiempo en 17 países europeos y dos americanos para descubrir que en España no hacemos nada especialmente peculiar en comparación con nuestros vecinos.

"La discusión sobre los horarios españoles ha sido acientífica y, más bien, clerical: parece que viviéramos en el pecado", dice el físico a Teknautas. "Lo cierto es que tenemos un reloj adelantado, como en Francia, Bélgica, Chile, Argentina, Saskatchewan, Islandia o Bielorrusia, y una de las posibles estrategias en estas circunstancias es retrasar los horarios".

Cuando eso ocurre, la gente compensa, anula, deroga el adelanto del reloj y, básicamente, sigue viviendo acompasada con el ciclo de luz y oscuridad, como predijo en el año 1884 Sandford Fleming, diseñador del sistema de husos y de la hora universal, durante la Conferencia Internacional del Meridiano. Esta misma idea sirvió de base a los estudios actuales sobre ritmos circadianos y el papel regulador que desempeña la luz ambiental.

placeholder Dos hombres salen del agua al amanecer en la playa de Ondarreta de San Sebastián. (EFE)
Dos hombres salen del agua al amanecer en la playa de Ondarreta de San Sebastián. (EFE)

"En España, el reloj marca la hora de Berlín, pero la vida se sigue haciendo en la hora de Londres y las personas no tienen un problema con esto, ni viven con 'jet lag' ni tienen alterados los ritmos circadianos: eso es superchería", explica Martín Olalla​, "el día en España sigue durando 24 horas, que a veces hay que recordar lo más obvio".

Para el físico, el único problema lo tienen quienes comparan: "En España, comer a las 14:00, dos horas después del mediodía en Berlín, no es comer tarde porque estás comiendo a las 13:00 de Londres, una hora después del mediodía allí, y cenar a las 21:00 no es cenar tarde porque estas cenando a las 20:00 hora de Londres: el debate en España ha estado dominado por expertos que hacen comparaciones groseras y pseudocientíficas, incapaces de entender algo tan simple como que es perfectamente razonable que comamos y cenemos más tarde que en Berlín o en Roma".

¿Cómo pudo Franco hacer algo bien?

El 2 de mayo de 1942, Franco decidió alinear a España con la hora de Berlín y esto, según los defensores del cambio de huso horario, se mezcló con la calamitosa situación de posguerra para crear un escenario donde había que tener dos trabajos para llegar a fin de mes, uno hasta las dos de la tarde y otro hasta bien entrada la noche. Hoy, según Arhoe, no existe ese pluriempleo pero sí una situación de jornada partida con un almuerzo largo y una cultura de presentismo. ¿Podría esto cambiar retrasando una hora los relojes?

Hasta ahora, la forma de ver el dilema GMT (Greenwich Meridian Time, la hora en Reino Unido) o GMT +1 (la hora de Europa Central) era esta. Si nos guiamos por los meridianos, en el siguiente mapa España debería estar pintada de verde, como Reino Unido, Portugal y Marruecos, no de azul como los países centroeuropeos.

placeholder Mapa con los husos horarios de los países europeos.
Mapa con los husos horarios de los países europeos.

Ese es precisamente el mensaje que lanzan los defensores del cambio de huso.

placeholder Parte de una presentación de Arhoe en el IESE.
Parte de una presentación de Arhoe en el IESE.

Pero ¿y si iluminamos este debate con otra luz? Por ejemplo, la del amanecer invernal.

placeholder El amanecer invernal en Europa.
El amanecer invernal en Europa.

En efecto, en Madrid amanece al mismo tiempo que en Limoges, Colonia, Copenhague o Tallin, pese a que en esta última ciudad el reloj esté adelantado una hora con respecto a España.

¿Queremos conciliación u hora inglesa?

En el fondo, tanto Martín Olalla como los defensores del cambio de huso horario quieren lo mismo: que pasemos menos tiempo en el trabajo y más con nuestras familias o amigos. Eso que se ha dado en llamar conciliación.

"Otro error en la discusión horaria española es mezclar la conciliación con el huso horario, lo que da idea de una falta de competencia en el asunto", explica el investigador. "Mezclarlos es tan absurdo como abordar los problemas de tráfico discutiendo si es mejor tener el kilómetro cero en la Puerta del Sol o en Canaletas".

Mezclar la conciliación con el huso horario da idea de una falta de competencia en el asunto

Sin embargo, cree que este trabajo estaría bien empleado "si sirve para sacar el problema del huso de la mesa de debate y centrarnos en la conciliación: si hay que salir antes, o entrar después, o comer más deprisa".

Cosas todas ellas que se pueden abordar y que no dependen del huso. Porque si podemos salir de trabajar a una hora que nos permita estar antes en casa, ¿qué importa dónde apunta en ese momento la aguja pequeña del reloj?

Hay una corriente de pensamiento en España que insiste en que retrasar el reloj una hora resolvería de un plumazo los problemas de conciliación laboral, mejoraría la calidad de vida, aumentaría nuestra productividad e incluso provocaría un repunte en las exportaciones a los mercados europeos. Todo ello sería posible simplemente alineando nuestros relojes con los de Portugal o Reino Unido, en lugar de compartir la hora de París y Berlín, como hacemos actualmente.

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