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Agujas en los ojos y destellos nocturnos: el precio de la cirugía para librarse de las gafas
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el lado oscuro de estas operaciones

Agujas en los ojos y destellos nocturnos: el precio de la cirugía para librarse de las gafas

Cada vez son más los pacientes que padecen serios problemas tras operarse la vista, algo que achacan a la poca información facilitada o a la falta de ética de algunos oftalmólogos

Foto: Los oftalmólogos defienden que la cirugía refractiva es una de las más seguras de la medicina actual (Pixabay)
Los oftalmólogos defienden que la cirugía refractiva es una de las más seguras de la medicina actual (Pixabay)

No volver a utilizar gafas o lentillas es el sueño de muchos, pero también puede convertirse en su peor pesadilla. Deslumbramientos, halos nocturnos, pérdida de calidad visual y hasta dolores difíciles de soportar son algunas de las posibles consecuencias —a menudo desconocidas— de la cirugía refractiva. Este conjunto de técnicas, con las que las clínicas privadas de oftalmología prometen corregir los defectos más comunes de la vista (miopía, hipermetropía, astigmatismo y/o presbicia), no siempre dan el resultado esperado.

"No somos simples pacientes insatisfechos, somos damnificados con secuelas incapacitantes por una cirugía no necesaria", explica Alejandro L. Vila, presidente de la Asociación Española de Afectados por las Intervenciones de Cirugía Refractiva (ASACIR), en declaraciones a Teknautas. Sobre estas intervenciones planean serias dudas. Mientras los oftalmólogos afirman que están entre las más seguras que se practican en la actualidad, sus afectados denuncian lo contrario, y más tras comprobar cómo algunos doctores hablan de levantar la mano con pacientes a los que no se debería operar.

Foto: Un quirófano en la Unidad de Cuidados Intensivos.

La situación la describía, en el marco de una charla informal con otros médicos, el reconocido oftalmólogo Juan A. Durán durante el Congreso Facoelche de 2013: "Estamos haciendo más laxas alguna indicación, y esa laxitud va aumentando a lo largo del día cuando llevas 3 o 4 negativas; y al último, ‘lo siento, te ha tocado’ porque tengo que pagar a fin de mes". Este comentario del director Médico del Instituto Clínico-Quirúrgico de Oftalmología y catedrático de la Universidad del País Vasco no parecía sorprender en una mesa redonda repleta de reputados oftalmólogos donde se hablaba sobre los efectos de la crisis económica en el día a día de sus clínicas privadas.

"Es una manera de hablar y no es la práctica general, porque al final a una persona que haga eso muchas veces se le va al garete la consulta", se justifica el doctor Durán cuando Teknautas le pregunta sobre sus polémicas declaraciones. No obstante, teniendo en cuenta que las operaciones de cirugía refractiva (ya sea mediante láser o por implantación de lentes intraoculares) cuestan entre 1.500 y 3.000 euros, parece que los números sí podrían llegar a ser decisivos en un momento dado.

Las víctimas de la cirugía refractiva

Tatiana Verdión tenía 36 años cuando se operó de la vista. Su médico de toda la vida llevaba años insistiéndole, y finalmente en 2013 decidió olvidarse de su miopía y astigmatismo. "Fue la peor decisión de toda mi vida”, asegura esta asturiana. Hoy está diagnosticada de ojo seco y padece halos nocturnos, sensibilidad al contraste y lo peor de todo, un dolor neuropático corneal que no logra calmar con nada. “Ahora mismo mientras hablo contigo me gustaría poder arrancarme la piel del lado izquierdo de la cara", ejemplifica.

Antes de la intervención en una prestigiosa clínica del norte de España, no recuerda que en ningún momento le explicaran los riesgos de la técnica LASIK, que utiliza un láser de baja potencia para moldear la córnea y corregir el defecto visual. La intervención le afectó al nervio trigémino y ahora el dolor es continuo, como si le clavaran agujas en los ojos. "Incluso a veces siento como un latigazo", explica Verdión.

placeholder Un momento de una operación con la técnica LASIK (Peretz Partensky / Wikimedia)
Un momento de una operación con la técnica LASIK (Peretz Partensky / Wikimedia)

Su vida no ha vuelto a ser la misma. Es administrativa, y algunos días no es capaz de acabar todo el trabajo. Aunque en ese aspecto se siente afortunada: sus jefes comprenden lo que le ocurre, pero asegura que hay otras personas que se ven forzadas a ocultar sus síntomas por miedo a ser despedidas.

"Y de vida social mejor no hablamos". Por ejemplo, ir al cine o a un concierto es casi imposible para ella. Los ruidos o las luces se vuelven tal suplicio que prefiere quedarse en casa. “Los dolores le impiden hacer vida normal y relacionarse con su entorno”, cuenta uno de sus amigos, Cos Cueva. "Es injusto que tu vida pueda llegar a cambiar tan radicalmente por una operación ocular y que nadie te lo diga antes". Natalia, otra amiga, la recuerda como "una persona alegre, risueña, divertida”, y ahora dice: “Te convirtieron en otra persona".

A todo esto se suma el coste de los nuevos tratamientos. Verdión calcula unos 2.000 euros al año entre viajes y medicamentos. Ahora, además de librar su propia batalla, lucha como secretaria de ASACIR para que no haya más gente "engañada" como ella. "Cuando me fui a operar nadie me dijo que podía acabar así", se queja.

Esa misma desinformación denuncia la valenciana Concha Llistó. Residente en Oviedo (Asturias), siempre había tenido miopía y astigmatismo y con los años le llegó la presbicia. Entonces decidió operarse de la vista en una de las clínicas más prestigiosas de nuestro país, en noviembre de 2014. "La única información que me dieron fue que podía tener un poco de ojo seco y que con el tiempo podía necesitar gafas para cerca", explica. "Son quienes son y confías plenamente en ellos", puntualiza esta enfermera de 58 años. Pero Llistó no sabía por todo lo que tendría que pasar una vez operada con lentes intraoculares.

Nada más salir de la intervención tuvo un edema en el ojo izquierdo, luego pasó por una limpieza de lente y le recomendaron volver al quirófano para aplicarle LASIK. Ahora ve peor que antes. Además de padecer halos nocturnos y de no ver casi nada por la noche, se le ha desarrollado hipermetropía, un defecto que nunca había tenido y para el que vuelve a necesitar gafas.

"Lo que me siento es engañada totalmente", asegura. Incluso teme desarrollar nuevas secuelas con el paso del tiempo, "como he visto que le ha pasado a otra gente". No obstante, quiere ser objetiva: "También hay gente que ha quedado muy bien, pero ahí estamos los que hemos quedado mal y es un riesgo que todo el mundo corre".

ASACIR no cuenta con datos concretos del número de afectados en toda España. "Lo único que podemos decir es que, desde diciembre de 2015, hemos superado con creces la cifra de 1.000 personas que se han puesto en contacto con nosotros", señala Vila.

Lo que sí certifican desde la Asociación es que "los mal llamados efectos secundarios afectan a alrededor del 30% de los intervenidos, y son muy habituales y comunes a todas las técnicas". Se refieren al deterioro de la calidad visual, especialmente por la noche o en sitios con luz artificial (deslumbramiento, destellos o los llamados halos…), y a consecuencias comunes que van desde serios problemas para conducir de noche hasta una incapacidad para leer que no se soluciona con gafas.

Aunque desde ASACIR admiten como obvio que hay pacientes satisfechos, no quieren que estas operaciones se banalicen. "Un ojo siempre se verá afectado a nivel clínico, por ejemplo, jamás cicatriza al nivel preoperatorio tras la cirugía láser", señala Vila. Además, asegura que miembros de su asociación han tenido problemas aún mayores, como "las ectasias que provocan una disminución visual severa, no tienen cura y pueden acabar en trasplante corneal". Incluso, aunque es muy raro, entre ellos hay también quien ha perdido la visión total de uno de los ojos.

La falta de información, a estudio

Una de las mayores quejas de estos pacientes con secuelas es la desinformación. Nadie les dijo lo que les podía ocurrir. Para saber si realmente eso se estaba produciendo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) visitó 30 clínicas de Madrid, Barcelona y Sevilla. Su conclusión fue que la información facilitada era insuficiente para los pacientes que se querían operar de miopía. Solo la Clínica de Oftalmología Barraquer, en Barcelona, aprobaba según los estándares de la OCU.

Desde Teknautas nos hemos puesto en contacto con las principales clínicas para saber si se han tomado medidas. Desde LaserVisión, su director médico, el cirujano-oftalmólogo Ángel López Castro, quien atiende personalmente a todos los pacientes interesados en operarse por cirugía refractiva, asegura que a todos se les informa debidamente de las posibles consecuencias de cada intervención y nos muestra el consentimiento informado que se les entrega en cumplimiento del artículo 10 de la Ley General de Sanidad (25 de abril de 1986), el cual reconoce el derecho a la información del paciente.

En ese documento figura de forma comprensible la descripción del procedimiento y los posibles problemas que podrían surgir. Entre las llamadas "complicaciones menos graves de baja frecuencia" se especifican desde los halos nocturnos o deslumbramientos en situaciones de baja iluminación hasta la aparición o empeoramiento de un cuadro de ojo seco que produce molestias y mala visión o la posibilidad de que quede algún defecto residual.

Sin embargo, López Castro asegura que en "la estadística de los pacientes satisfechos es abrumadora", y reconoce que hay personas que no lo están "porque todas las operaciones pueden tener riesgo y no cumplir las expectativas". Sin embargo, para él, lo más importante es que el paciente sepa desde el principio todo lo que le puede suceder. "Si tanta gente se sigue operando no puede ser que sea malo. Sería tanta la gente que le dice a sus amigos que no se opere que no se operaría nadie, porque al final todo se sabe", argumenta.

Por otra parte, desde la Clínica Real Visión aseguran que a raíz del informe de la OCU han empezado a trabajar en la mejora de los consentimientos informados, a la vez que están ampliando la información que se ofrece a los pacientes a través de su web. También admiten que las consecuencias adversas pueden darse. "Son efectos secundarios que se avisan siempre a los pacientes en las consultas previas a la cirugía", detalla el doctor Hernández Matamoros, director médico de Real Visión.

La clínica Baviera ha preferido no responder a las preguntas de este medio y nos remite al comunicado de la Sociedad Española de Cirugía Ocular Implanto-Refractiva (SECOIR), en el que se recogen afirmaciones genéricas como que "las técnicas para la corrección de la miopía, el astigmatismo, la hipermetropía y la presbicia, empleadas en cirugía refractiva, tales como LASIK, LASEK, PRK, SMILE, ICL, LRE, MTF, están validadas por la ciencia médica y forman parte de la práctica oftalmológica de modo universal".

No todo el mundo puede operarse

Los responsables de ASACIR afirman que en España se opera unas tres veces más que la media europea y, en algunos casos, sin ser del todo recomendable. La curvatura y el espesor de la córnea, la falta de suficiente lágrima en la superficie corneal (el ya citado ojo seco) o incluso la profesión a la que se dedica el paciente influyen a la hora de decidir si es apto o no para la intervención. "Estamos convencidos de que se opera a gente que no cumple estrictamente con los requisitos previos por cuestiones meramente económicas", sentencia Vila.

placeholder Desde ASACIR han iniciado varias campañas en busca de más afectados por la cirugía refractiva (ASACIR)
Desde ASACIR han iniciado varias campañas en busca de más afectados por la cirugía refractiva (ASACIR)

Los médicos, como es lógico, están al tanto de las buenas prácticas. "Lo fundamental es estudiar bien al paciente y, según sus necesidades y las características del ojo, realizar una técnica u otra", advierte el doctor Ramón Lorente, presidente de SECOIR.

Sin embargo, parece que no siempre se impone la profesionalidad. "Hay determinados pacientes que no cumplen los requisitos mínimos para una intervención y, bien por empeño del paciente o bien porque algunos oftalmólogos son más lanzados de la cuenta, se arriesgan en estos casos, y esos casos son los que pueden presentar más complicaciones y menos garantías en cuanto al resultado", señala Francisco José Muñoz Negrete, jefe del servicio de oftalmología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. "Actualmente creo que la mayoría de los oftalmólogos son bastante sensatos", matiza, "y no operan a ningún paciente en el cual pueda haber algún riesgo de complicaciones".

Para el responsable de SECOIR, la principal fuente de malentendidos está en la falta de comunicación entre médico y paciente. "El problema surge cuando no se cumplen las expectativas que el paciente quiere, por lo que lo más importante es explicar bien claro las expectativas y que tanto el médico como el paciente estén de acuerdo en ellas", fundamenta.

Algo que, denuncian desde ASACIR, no se produce en muchas ocasiones. "Al paciente se le minimizan u ocultan secuelas y consecuencias a largo plazo que son muy frecuentes o inevitables. Obviamente se fía del médico, al que se le presupone una ética, pero lo que está ocurriendo en realidad es una relación comercial", explica Vila.

Buscando amparo en las instituciones

La principal batalla de los afectados se libra por llevar sus casos a las instituciones. El pasado septiembre se reunieron por segunda vez con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Aportaron un dosier de más de trescientas páginas que acreditaba, según ASACIR, todos los peligros y prácticas irregulares del sector. "Lo único que se hizo, según nos consta, es pasar la responsabilidad a SECOIR", aseguran. Además, denuncian que en dicho encuentro se les dijo textualmente que la información aportada no iba a ser leída.

placeholder Los representantes de ASACIR tras la reunión en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a finales del pasado verano (ASACIR)
Los representantes de ASACIR tras la reunión en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a finales del pasado verano (ASACIR)

Desde Teknautas nos hemos puesto en contacto con el gabinete de comunicación del Ministerio y no han querido hacer declaraciones sobre la reunión ni han facilitado una entrevista con la Subdirectora General de Calidad y Cohesión, Paloma Casado, presente en el encuentro con los afectados. Se limitan a asegurar que todos los casos que llegan son estudiados.

Una de las demandas de ASACIR para la Administración es que se lleve a cabo un estudio epidemiológico en profundidad que recoja y cuantifique las secuelas a corto, medio y largo plazo. Además, tomando como referencia las medidas adoptadas en Estados Unidos, piden la creación de una plataforma coordinada por el Ministerio de Sanidad donde los propios pacientes puedan reportar sus casos. "Es significativo que en Estados Unidos, hasta 2011, más de la mitad de los informes fueron remitidos por los propios pacientes y no por los cirujanos", apunta Vila.

Hasta que lleguen estas reclamaciones, ASACIR exige una moratoria inmediata. También siguen en esto el ejemplo de países como Estados Unidos, donde existe una petición ciudadana para la paralización de la técnica LASIK. Esta campaña la lidera Morris Waxler, antiguo funcionario de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) que estuvo a cargo de poner a prueba los ensayos clínicos con esa técnica entre 1996 y 2000. Junto con otros extrabajadores de la agencia, Waxler ha denunciado la manipulación de los estudios, la corrupción en la industria y las presiones políticas para la aprobación de estos métodos de cirugía refractiva.

Los oftalmólogos no encuentran justificación alguna para esta demanda. El doctor Durán la ve como una "tontería". "La tecnología cada vez es mejor, los conocimientos y la experiencia son mayores y la información que hay en general es mayor. Esto hace que todo vaya mejorando, de cómo empezó el laser o las primeras lentes multifocales a las actuales", concreta.

Desde SECOIR también la consideran una petición sin base científica. "A nivel mundial está considerada la cirugía más segura que hay en oftalmología", afirma Lorente. "¿Por qué vamos a eliminar algo que ha ayudado a tanta gente? Por ejemplo, personas con 10 o 12 dioptrías que ahora pueden ver mucho mejor", añade López Castro. "No tiene ningún sentido".

¿Por qué vamos a eliminar algo que ha ayudado a tanta gente? Por ejemplo, personas con 10 o 12 dioptrías que ahora pueden ver mucho mejor

En el mismo informe aportado por ASACIR al Ministerio de Sanidad también se solicita que la información oral aportada al paciente por las clínicas sea grabada, y se denuncian casos de publicidad engañosa. Aunque en los últimos años se ha endurecido la regulación que se aplica a las campañas de 'marketing', cuyo cumplimiento debe vigilar el Colegio de Médicos de cada provincia, lo cierto es que desde SECOIR confirman la existencia de estas prácticas. "Es totalmente cierto que hay publicidades que no se deben de hacer, pero es una mínimamente parte", puntualiza el doctor Lorente.

No cabe duda que ante la cirugía refractiva y sus consecuencias, las partes están divididas. De un lado, quienes padecen secuelas lo ven como una "estafa generalizada" y, del otro, los que se ganan la vida con estas operaciones afirman que, con las indicaciones correctas, estamos ante una de las cirugías más seguras que existen. Lo importante, en cualquier caso, es que todos sepan a lo que se atienen antes de entrar en el quirófano.

No volver a utilizar gafas o lentillas es el sueño de muchos, pero también puede convertirse en su peor pesadilla. Deslumbramientos, halos nocturnos, pérdida de calidad visual y hasta dolores difíciles de soportar son algunas de las posibles consecuencias —a menudo desconocidas— de la cirugía refractiva. Este conjunto de técnicas, con las que las clínicas privadas de oftalmología prometen corregir los defectos más comunes de la vista (miopía, hipermetropía, astigmatismo y/o presbicia), no siempre dan el resultado esperado.

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