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Fosfatos ¿sí o no? El aditivo que Europa no quiere en tu kebab pero sí en las salchichas
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Fosfatos ¿sí o no? El aditivo que Europa no quiere en tu kebab pero sí en las salchichas

La normativa europea permitió el uso del E 338-452 en una serie de alimentos. El kebab no está entre ellos y el Parlamento Europeo debate si incluirlo o no en la lista

Foto: Un puesto de döner kebab y perritos calientes en Viena. (Reuters)
Un puesto de döner kebab y perritos calientes en Viena. (Reuters)

Europa emprendió hace varios años una batalla contra los fosfatos —un aditivo habitual en la comida rápida o en las carnes procesadas— y gran parte de la población se acaba de enterar. El culpable de todo: el kebab. Una serie de noticias falsas aseguraban este domingo que la Comisión Europea se planteaba prohibir este plato de comida debido a los peligros para la salud de los fosfatos que supuestamente contiene. Sin embargo, Europa no permite el uso de fosfatos en el kebab, aunque sí en otros muchos productos, como las salchichas o algunos tipos de queso. Entonces, ¿por qué esta discriminación con el kebab?

Lo que se debate entre Bruselas y Estrasburgo es muy distinto a lo que se viralizó en redes y medios de comunicación. La normativa europea prohibió el uso del E 338-452 (el aditivo en discordia que generó todo este embrollo) en una serie de alimentos en 2008 por los posibles riesgos para la salud que podría conllevar. En concreto, cuando el Parlamento Europeo aclaró lo que estaba ocurriendo tras el revuelo de una serie de 'fake news', avisó de que entre las enfermedades que hasta ahora se ha asegurado que puede provocar el uso de fosfatos como aditivo están las cardiovasculares. Así lo explicaban.

Ahora, el debate está centrado en revisar si estos aditivos son seguros o no y los alimentos incluidos en esta lista. Según varios documentos publicados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), los peligros no serían tales. De esta agencia partió la discusión sobre si se debería permitir o no su uso en la carne del kebab. El pasado martes, la comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo (ENVI) rechazó esta propuesta de la Comisión Europea para volver a permitir el uso de este tipo de aditivos. Y ahí se generó todo el embrollo.

Primero: ¿qué es un fosfato?

Este aditivo "es una sal mineral que necesita el cuerpo humano. No es ningún químico maligno, pero en cuanto a tipos puede haber muchos, haciendo que varíe su composición química. Pero es típico en carnes y salsas", explica Mario Sánchez, de la Asociación Nacional de Investigadores, Doctores, Licenciados, Graduados y Estudiantes de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ANCyTA).

placeholder Un empleado de un restaurante corta carne de kebab. (Reuters)
Un empleado de un restaurante corta carne de kebab. (Reuters)

El 85% de los platos de comida rápida tiene fosfatos, algo que en la etiqueta no se suele especificar. Se trata de aditivos que están marcados con la letra E y un número, como el E 338-452. Otra fuente artificial de fosfatos la encontramos en productos que son tan consumidos como los refrescos o las galletas.

[Esta es la nueva lista que quiere aprobar la Comisión Europea]

La versión oficial que explica la ciencia es que este tipo de aditivos no puede "provocar ningún problema" si se usa de manera responsable. Se añaden a quesos o a las salchichas y otros muchos productos "como conservantes". Cualquier aditivo, "manteniéndose a un nivel tolerable, no debería causar ningún problema. Pero hay veces que se utilizan demasiado", explica Sánchez.

"No es que sea en el kebab no y en el resto sí"

"El problema de la carne de kebab es su difícil clasificación y que está dentro de un 'limbo' legal sin definir, por eso ha ocurrido este revuelo. No es que sea en el caso del kebab no y en el resto sí". Según Sánchez, es importante remarcar que "los fosfatos se utilizan con propósitos tecnológicos tales como la retención de agua en carnes, por lo que también se utilizan para mejorar la estabilidad de emulsiones y salmueras".

Fuentes de la Comisión Europea explican a este diario que uno de los principales problemas para incluir a la carne del kebab en esta lista es que, además de poder exceder en su uso, también sirve para "engañar" y que la carnes parezcan mucho más recientes de lo que en realidad son. En el caso de Alemania, por ejemplo, aunque su uso lo prohíba la normativa europea, está generalizado que los kebabs contengan estos aditivos.

[Consulte aquí en qué casos la normativa europea permite su uso]

El discurso oficial de la EFSA es que los fosfatos no presentan ningún problema para la salud humana en niveles aceptados, según estudios que llevan presentando desde 2013. Sin embargo, la Eurocámara ha rechazado la petición por parte de la Comisión Europea (que se apoya en el dictamen de EFSA) del uso de fosfatos basándose en estos dos estudios más recientes que vinculan el uso de fosfatos con el aumento del riesgo cardiovascular.

Sin embargo, el Parlamento no tiene la última palabra. Durante el próximo año, la EFSA tiene previsto continuar reevaluando la seguridad de los fosfatos como aditivos.

Europa emprendió hace varios años una batalla contra los fosfatos —un aditivo habitual en la comida rápida o en las carnes procesadas— y gran parte de la población se acaba de enterar. El culpable de todo: el kebab. Una serie de noticias falsas aseguraban este domingo que la Comisión Europea se planteaba prohibir este plato de comida debido a los peligros para la salud de los fosfatos que supuestamente contiene. Sin embargo, Europa no permite el uso de fosfatos en el kebab, aunque sí en otros muchos productos, como las salchichas o algunos tipos de queso. Entonces, ¿por qué esta discriminación con el kebab?

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