El error más común que cometes al navegar por internet es guardar tus contraseñas en el navegador web
Muchos de nosotros lo hacemos de forma intuitiva, pero es una práctica que esconde varios riesgos. El problema está en el lugar en el que se almacenan esos datos tan valiosos
Has de tener cuidado con el lugar elegido para guardar tus contraseñas (Freepik)
Guardar contraseñas en el navegador puede parecer una opción cómoda, pero los especialistas en ciberseguridad advierten de que supone una amenaza para la privacidad de los usuarios. Aunque esta práctica facilita el inicio de sesión, expone las credenciales personales ante posibles accesos no autorizados o ataques informáticos.
Cuando Chrome, Edge o Safari preguntan si se desea “guardar la contraseña”, muchos aceptan sin pensarlo. Sin embargo, los navegadores almacenan los datos en carpetas locales y los sincronizan con los servidores de Google o Microsoft sin aplicar un cifrado de extremo a extremo. Esto implica que, si una cuenta es comprometida, las contraseñas quedan expuestas a terceros.
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Además, las funciones de autocompletado pueden ser aprovechadas por sitios fraudulentos para capturar credenciales mediante técnicas de phishing. Incluso los navegadores que utilizan el cifrado del sistema operativo son vulnerables ante programas maliciosos diseñados para robar datos almacenados en el dispositivo.
Una opción más segura
Los expertos recomiendan el uso de un gestor de contraseñas especializado, ya que emplea algoritmos de cifrado avanzado como el AES-256 y una arquitectura de conocimiento cero. Esto significa que solo el usuario tiene acceso a la información, reduciendo así el riesgo de robo incluso en caso de ciberataque o filtración masiva.
Herramientas como Bitwarden o 1Password incorporan además funciones que verifican los dominios antes de rellenar formularios, evitando que se introduzcan datos en webs falsas. También notifican al usuario si alguna de sus cuentas aparece en una brecha de seguridad, algo que los navegadores no siempre detectan.
Si mantener la comodidad del navegador te resulta imprescindible, es posible reforzar la seguridad activando el cifrado local en el gestor de contraseñas de Google, que vincula la protección a la pantalla de bloqueo del dispositivo. Otra medida útil es desactivar el autocompletado de contraseñas y revisar periódicamente las claves guardadas para eliminar las más sensibles.
También conviene activar la autenticación en dos pasos en todos los servicios que lo permitan. Este método añade una capa de protección adicional ante intentos de acceso indebidos. Aun así, los especialistas insisten en que la forma más fiable de salvaguardar los datos personales sigue siendo confiar en un gestor de contraseñas dedicado, una herramienta creada exclusivamente para proteger la identidad digital del usuario.
Guardar contraseñas en el navegador puede parecer una opción cómoda, pero los especialistas en ciberseguridad advierten de que supone una amenaza para la privacidad de los usuarios. Aunque esta práctica facilita el inicio de sesión, expone las credenciales personales ante posibles accesos no autorizados o ataques informáticos.