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Mi ordenador viejo ya iba demasiado lento. Así he conseguido devolverlo a la vida
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CAMBIARLO SIEMPRE NO ES LO MEJOR

Mi ordenador viejo ya iba demasiado lento. Así he conseguido devolverlo a la vida

Hay una solución que nunca falla para lograr que un ordenador vuelva a ir como el primer día, y no te costará ni un euro. Al menos en la mayoría de casos

Foto: Cambiar la RAM es una de las mejores maneras de actualizar un equipo viejo.
Cambiar la RAM es una de las mejores maneras de actualizar un equipo viejo.

Por mucho que los cuides, llega un momento en el que los ordenadores ya no dan para más. Todo comienza a ir lento, los programas tardan una eternidad en abrir, y hasta mover un archivo de un sitio a otro es toda una odisea. La buena noticia es que hay un método probado para devolver tu PC (o Mac) a la vida. La mala es que tienes que dedicarle un poco de tiempo, de cariño, y quizá algo de dinero en algunos casos extremos. Eso sí, al terminar te garantizo que tendrás un equipo completamente renovado que podrás seguir usando (en la medida de sus posibilidades) por muchos años.

El método que sigo no es ningún secreto. Simplemente es un conjunto de buenas prácticas básicas que he ido convirtiendo en hábitos con los años hasta el punto de que hoy son mi procedimiento estándar para resucitar equipos viejos. Tan solo hay que tener en cuenta una cosa que, por otra parte, es bastante obvia. Por mucho que los pongas a punto, la mayor parte de los PC de hace 10 años no podrán ejecutar un juego triple A actual a menos que hagas cambios sustanciales en el hardware, y para eso probablemente sea mejor comprar uno nuevo. Para todo lo demás, siga leyendo.

Antes de empezar, conviene recordar un paso previo, y es que hay que limpiar físicamente tu PC. Te sorprendería lo mucho que la mugre acumulada afecta al rendimiento. Bajo estas líneas tienes una guía completa sobre cómo asear tu PC por dentro. Si tienes un portátil o un Mac es posible que el acceso al interior esté más limitado, pero siempre hay rejillas de ventilación y zonas intermedias que merece la pena repasar con el soplador de polvo, la aspiradora y un pincel. La idea es que los componentes internos puedan respirar correctamente para que el polvo no eleve demasiado la temperatura interna y ese calor no afecte al rendimiento.

Restaurar un PC con Windows

Ahora que el PC está limpio por fuera, es hora de limpiarlo por dentro. Los discos duros llenos de archivos basura suelen ser el principal culpable de que el PC vaya lento, pero no son el único. Si el ordenador va insufriblemente lento, quizá el problema sea que tienes algo ejecutándose en segundo plano que está consumiendo demasiada memoria. Pulsa Ctrl+Alt+Del para abrir el Administrador de tareas. En la ventana que se abrirá verás los procesos (básicamente el software) que están ejecutándose en ese momento, así como la memoria que consume cada cosa. Si ves algo que está devorando la RAM de tu PC sin permiso, selecciónalo con el botón derecho del ratón y pulsa Finalizar Tarea. Ten en cuenta que esto cerrará el software por las bravas y perderás lo que quiera que tengas abierto en esa aplicación sin guardar. El método tampoco impide que ese software vuelva a activarse en el futuro. Tan solo nos da un respiro para poder seguir limpiando.

Foto: limpiar-el-pc-era-un-martirio-hasta-que-descubri-esta-combinacion

Liberada la memoria que teníamos cautiva, el siguiente paso es chequear las aplicaciones que pudieran estar ejecutándose en segundo plano cada vez que inicias Windows. Para ver la lista completa puedes pulsar sobre la pestaña Aplicaciones de Arranque en el mismo Administrador de tareas en el que estabas cuando revisabas el uso de memoria, o acudir a Configuración, abrir el menú Aplicaciones, y de ahí ir a Inicio.

Estés donde estés, desactiva todas las aplicaciones en inicio que no uses, así como las que usas, pero no necesitas que estén siempre activas en segundo plano. Recuerda que hacer esto no cierra el software que ya tengas abierto en esta sesión. Simplemente previene que se abra de forma automática la próxima vez que reinicies o enciendas el equipo.

Foto: actualizar-windows-10-windows-11-pc-incompatible

Doy por hecho que estás usando Windows 11 en tu PC y que está actualizado a su última versión. Lo de las actualizaciones suena a cantinela, pero es importante. Un PC desactualizado no solo puede no gestionar de manera óptima sus archivos. Además puede tener brechas de seguridad y virus de los que sí consumen recursos. Si tienes Windows 10 y no has actualizado aún, deberías hacerlo. Los requisitos de sistema ya no son un impedimento salvo en casos muy serios, y ahora que Windows 10 ha llegado al fin de su vida útil, es buena idea tener todo actualizado. En el artículo bajo estas líneas tienes más información sobre cómo dar el salto.

Sin salir de Sistema, ve a Almacenamiento, selecciona Archivos Temporales y vacíalo todo. Aquí sí que no tienes por qué tener piedad. De todos modos, el propio sistema te explica para qué sirve cada categoría de archivos temporales, así que puedes ser todo lo selectivo (o destructivo) que quieras. A continuación, activa el Sensor de Almacenamiento de Windows 11 si es que no estaba activo ya. Lo que hace esta opción es borrar de forma automática ciertos archivos temporales.

La pestaña Almacenamiento también muestra el contenido de carpetas que normalmente acaban muy llenas como la de vídeos, la de documentos, la de descargas o la papelera de reciclaje. Desde aquí se pueden vaciar todas esas carpetas con un solo clic, pero mi recomendación es que, salvo en el caso de la papelera, vayas borrando archivos manualmente y poco a poco, no sea que pierdas algo de lo que luego te vayas a arrepentir.

placeholder Desde esta parte de la configuración se pueden mejorar muchas cosas.
Desde esta parte de la configuración se pueden mejorar muchas cosas.

El siguiente paso es limpiar el sistema operativo de programas innecesarios. En la misma pestaña de configuración abre Aplicaciones y ve a Aplicaciones instaladas. Borra todo lo que no uses. Si no sabes lo que es un software concreto, googléalo antes de borrar. Si sigues teniendo dudas, déjalo. En general, es mejor que no toques nada relacionado con Microsoft sin saber lo que haces porque suele tratarse de aplicaciones de sistema de Windows.

Un apartado complejo a la hora de quitar programas es el del Bloatware, o sea, el software que los fabricantes de computadoras instalan en sus equipos nuevos para ofrecer servicios adicionales a los de Windows. Identificarlo ya es, de por sí, todo un reto porque no hay ninguna lista oficial y varía de un fabricante a otro. Hay muchos usuarios que demonizan el bloatware, pero la realidad es que eliminarlo no significa mucha ganancia en términos de espacio en el disco duro. La mejor forma de lidiar con él es aplicar la siguiente máxima: si te molesta, elimínalo. Cuando hayas acabado de desinstalar programas, reinicia el PC.

¿Hemos terminado? Más bien acabamos de empezar. Ahora que hemos limpiado lo peor y el sistema comienza a ir un poco más fluido, es hora de… reinstalar Windows desde cero. Sí, suena radical, pero hacer una instalación limpia es la mejor manera de devolver la vida a un PC viejo. Nunca falla. En mis ordenadores suelo aplicar esta medida de higiene una vez al año, o cada dos años máximo. Tan solo recuerda hacer una copia de seguridad de los documentos importantes que tenías en el ordenador antes de formatear el disco con una nueva instalación.

placeholder Lo mejor para devolver la vida a tu PC es una instalación limpia de Windows.
Lo mejor para devolver la vida a tu PC es una instalación limpia de Windows.

En el menú Recuperación de la pestaña Sistema existe una opción llamada Restablecer este equipo que permite reinstalar Windows manteniendo todos los archivos que ya estaban en el disco duro, pero mi recomendación es hacer una instalación limpia creando un disco de arranque de Windows 11 en una memoria USB. Suena complicado, pero hace tiempo que dejó de serlo. Reinstalar Windows a día de hoy es un procedimiento que ya está al alcance de cualquiera que sepa leer y seguir unas instrucciones. El disco de arranque se crea desde esta página oficial de Microsoft. Recuerda tener a mano tu licencia de Windows.

Tras reinstalar el sistema operativo, es posible que algunos componentes del equipo pidan reinstalar sus controladores o drivers. Normalmente, es el propio sistema operativo el que se encarga de esta tarea, pero en algunos casos hay que visitar la página del fabricante. De nuevo, nada que no puedas hacer.

Cambiar el hardware

Hasta aquí, todo lo que hemos hecho ha sido tocar el sistema operativo para tratar de recuperar la velocidad original del equipo, pero puede que esa velocidad ya no sea gran cosa. Los PC viejos suelen tener problemas ejecutando software reciente porque este está pensado para equipos mucho más potentes. ¿Qué hacer en estos casos? Mi recomendación es actualizar alguna de estas tres cosas: memoria RAM, disco duro y gráfica.

Cambiar la RAM es una forma barata y muy rápida de hacer que tu viejo PC vaya más ágil. Además, es muy sencillo de hacer a nivel técnico. Tan solo necesitas chequear qué tipo de chips de memoria usa tu PC. Para ello puedes examinarlos físicamente abriendo la caja o descargar CPU-Z, que es una aplicación de diagnóstico gratuita. Desde el Administrador de tareas (recuerda el Ctrl+Alt+Del) puedes consultar cuánta memoria RAM tienes, en cuántos chips y el tipo general de esos chips.

Cuando reúnas esos datos, solo tienes que comprar un par de chips con más memoria (normalmente se instalan por parejas). No está de más que compruebes cuál es el máximo de memoria que soporta la placa. Lo normal es pasar de 8 a 16 GB, o de 16 a 24 o a 32. Raro es el caso en el que un PC con 8 GB de RAM puede actualizarse a 64, y el desembolso no merece la pena. Una vez los tengas solo hay que soltar las pequeñas palancas a los lados de cada chip, sacarlos, y poner los nuevos. Es imposible ponerlos mal porque solo entran en un sentido. En portátiles puede darse el caso de que la RAM esté soldada a la placa base, en cuyo caso no podrás cambiarla tú mismo.

Si realmente necesitas más memoria y no puedes cambiar los chips, tienes una alternativa barata en una función llamada ReadyBoost. Lo que hace esta opción es usar el espacio disponible en una unidad externa (una memoria USB o una tarjeta de memoria) para apoyar a la memoria RAM. La función solo está disponible si tenemos Windows instalado en un disco duro convencional, no en un SSD. Podemos acceder a ella haciendo clic sobre la unidad de disco que queramos usar y seleccionar Propiedades. Huelga decir que, si extraemos la unidad, perdemos la ventaja que nos pueda dar.

placeholder Una base para clonar discos, una carcasa USB-C para discos M.2, y una para discos SSD SATA.
Una base para clonar discos, una carcasa USB-C para discos M.2, y una para discos SSD SATA.

El segundo paso que puedes dar para actualizar un equipo viejo es reinstalar Windows sobre una unidad en estado sólido o SSD. Podemos optar por una unidad SATA que sustituya a nuestro viejo disco duro, pero si contamos con un puerto M.2, podemos instalar una unidad de memoria en ese formato con una velocidad muy superior a la de cualquier disco duro. Para saber si tenemos ranura M.2, y qué formato soporta: (SATA, Nvme, PCI…) hay que inspeccionar físicamente la placa base, o bien averiguar el modelo de placa por software (CPU-Z puede darnos esta información). Lo ideal es buscar las especificaciones de la placa en la página web del fabricante. En los equipos portátiles es posible a veces cambiar el disco duro por un SSD, pero es una operación menos frecuente, y que requiere acceder al interior del laptop, lo que no siempre es tarea sencilla

Una vez conectado el nuevo disco, mi recomendación, de nuevo, es hacer una instalación limpia de Windows 11. Si necesitas forzosamente dejar los contenidos de tu disco tal y como estaban, siempre puedes clonar tu disco duro en la nueva unidad SSD. Para ello necesitas algún software que sirva para clonar unidades enteras. La versión gratuita de AOMEI Partition Assistant Standard permite esta opción. En algunos casos también necesitarás un adaptador que permita conectar un SSD SATA o M.2 a un puerto USB 3.0 o USB-C. Existen carcasas o cajas que sirven exactamente para eso, y no son muy costosas. Una vez clonado tu disco en la nueva unidad, solo hay que intercambiarlos. Tu PC iniciará como siempre, pero mucho más rápido.

Lo último que podemos hacer para mejorar el rendimiento de un PC de sobremesa antiguo es añadirle una gráfica discreta. Esto es especialmente útil en los PC que no tienen ninguna tarjeta gráfica más allá de la que va integrada en el procesador. Instalar una gráfica, por sencilla o antigua que sea, contribuye mucho a aliviar la carga de trabajo del procesador principal. Para ello hay que chequear si la placa tiene un puerto para gráficas libre y comprobar qué modelos de gráfica son compatibles.

Restaurar un Mac

En los equipos con Mac OS, el procedimiento que has leído hasta ahora es más o menos el mismo, con la salvedad de que aquí es Apple el que determina qué versión del sistema operativo puede correr tu equipo. Si tu Mac es muy viejo, es posible que no sea merecedor de la última versión. Eso puede derivar en aplicaciones de terceros que no funcionen. En esta página oficial de soporte de Apple puedes consultar exactamente hasta qué versión de macOS puede soportar tu viejo Mac.

placeholder Un Mac Mini de 2013, cuando aún se podían actualizar sus componentes sin pasar por el Apple Store.
Un Mac Mini de 2013, cuando aún se podían actualizar sus componentes sin pasar por el Apple Store.

Para liberar espacio de disco en los Mac hay que acudir a Ajustes de sistema desde el icono de la manzana y seleccionar Almacenamiento. Las opciones aquí son más limitadas, pero se puede ganar algo de espacio. Lo mismo ocurre con las aplicaciones, que son más fáciles de desinstalar que en Windows. Si no tienen archivo de desinstalación propio, basta con arrastrarlas a la papelera. Para chequear qué programas están consumiendo RAM hay que abrir la aplicación Monitor de Actividad, mientras que para comprobar qué aplicaciones se están ejecutando desde el inicio solo tienes que entrar en Ajustes del Sistema, seleccionar General, y de ahí ir a Ítems de inicio y extensiones.

El apartado de mejoras de hardware está incluso más limitado en los Mac. En su día tuve la suerte de poder actualizar dos Mac Mini con chips de memoria y SSD nuevos, pero era porque se trataba de modelos de 2013. Todos los Mac actuales tienen la memoria RAM y el almacenamiento soldados a placa, lo que obliga a pasar por un Apple Store para cualquier mejora. La visita te saldrá más cara que hacerlo tú mismo, pero puede ser una buena opción en algunos casos.

A la postre, el secreto de mantener un ordenador en óptimas condiciones no es otro que hacer un mantenimiento básico de lo que tenemos instalado, tirar todo aquello que no vamos a consumir, y no dejar que su espacio se llene de cosas que no usamos. Un poco lo mismo que ocurre con las neveras.

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Por mucho que los cuides, llega un momento en el que los ordenadores ya no dan para más. Todo comienza a ir lento, los programas tardan una eternidad en abrir, y hasta mover un archivo de un sitio a otro es toda una odisea. La buena noticia es que hay un método probado para devolver tu PC (o Mac) a la vida. La mala es que tienes que dedicarle un poco de tiempo, de cariño, y quizá algo de dinero en algunos casos extremos. Eso sí, al terminar te garantizo que tendrás un equipo completamente renovado que podrás seguir usando (en la medida de sus posibilidades) por muchos años.

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