China asegura haber convertido residuos plásticos en un nuevo material que aumenta la potencia y duración de las baterías
El material solucionaría dos grandes problemas. Por un lado, la contaminación derivada del plástico desechado. Por otro, los principales inconvenientes del coche eléctrico y otros dispositivos
Un ingeniero trabaja con una máquina para testar baterías (EFE/Ana Escobar)
China ha dado un paso decisivo hacia la sostenibilidad con un avance científico que podría cambiar el rumbo de la gestión de residuos plásticos. Un grupo de investigadores del país asiático ha logrado transformar desechos plásticos en materiales de carbono con capacidad para mejorar la potencia y durabilidad de las baterías, según recoge la revista Sustainable Carbon Materials.
El trabajo, impulsado por la Shenyang Agricultural University y la Academia China de Ciencias, demuestra que el plástico puede dejar de ser una amenaza ambiental para convertirse en un recurso energético valioso. La investigación apunta a que estos nuevos materiales podrían revolucionar el sector del almacenamiento de energía gracias a su alta conductividad eléctrica y estabilidad estructural.
Transformar el problema en oportunidad
Los científicos han conseguido convertir los residuos en materiales de alto rendimiento como grafeno, carbono poroso y nanotubos de carbono, todos ellos esenciales en la fabricación de baterías de litio y supercondensadores. Estos elementos no solo mejoran el rendimiento energético, sino que también favorecen la creación de dispositivos más ligeros y sostenibles.
Researchers are converting plastic waste into useful carbon products that could serve as essential parts for next-generation batteries and supercapacitors. https://t.co/po5NY5XYI6pic.twitter.com/B9yCp7cEGX
Entre las técnicas más destacadas se encuentra el calentamiento Joule instantáneo, un proceso capaz de generar grafeno en apenas milisegundos consumiendo menos de 0,1 kilovatios hora por kilogramo. Este procedimiento se complementa con métodos de pirolisis catalítica y sintetización en un solo paso, lo que permite obtener materiales con propiedades de alto valor tecnológico y económico.
Una alternativa a la contaminación global
El planeta genera cada año más de 390 millones de toneladas de plástico, una cifra que continúa en aumento. La mayoría de esos desechos acaban contaminando el entorno, ya que los métodos tradicionales, como el reciclaje o la incineración, resultan poco efectivos y pueden generar contaminación secundaria. En este contexto, el descubrimiento chino ofrece una alternativa real para aprovechar los residuos como fuente energética limpia.
“Nuestro objetivo es convertir los desechos plásticos en un recurso sostenible”, explicó la doctora Gaixiu Yang, del Guangzhou Institute of Energy Conversion. “Mediante tecnologías avanzadas de carbonización, podemos recuperar el carbono de los plásticos y reutilizarlo en aplicaciones energéticas y medioambientales”, añadió la investigadora en un comunicado difundido el 27 de octubre.
Los ensayos realizados demuestran que el carbono poroso derivado del plástico puede alcanzar niveles de almacenamiento energético cercanos al máximo teórico de las baterías de selenio, manteniendo su estabilidad durante múltiples ciclos de carga y descarga. Además, estos materiales podrían emplearse para capturar CO₂ o eliminar metales pesados del agua, contribuyendo así a la descontaminación ambiental.
Para la profesora Yan Chen, de la South China University of Technology, este avance “representa una vía prometedora hacia una economía circular del carbono”. El investigador subrayó que “transformar los plásticos en materiales funcionales puede cerrar el ciclo entre el control de la contaminación y la energía renovable”, consolidando una transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible.
China ha dado un paso decisivo hacia la sostenibilidad con un avance científico que podría cambiar el rumbo de la gestión de residuos plásticos. Un grupo de investigadores del país asiático ha logrado transformar desechos plásticos en materiales de carbono con capacidad para mejorar la potencia y durabilidad de las baterías, según recoge la revista Sustainable Carbon Materials.