Rusia pondrá publicidad en sus naves espaciales y eso demuestra la gravedad de la crisis que atraviesa
Roscosmos atraviesa una situación muy delicada que la ha alejado de EEUU, China y otras potencias en la carrera espacial. Con esta medida, Putin espera darle un nuevo impulso
El astronauta Dale Gardner de la NASA, con un cartel de 'Se vende' (NASA/Wikimedia Commons)
Rusia atraviesa una etapa crítica en su programa espacial. La falta de financiación, las sanciones internacionales y el deterioro de su capacidad tecnológica han llevado al presidente Vladímir Putin a aprobar una medida insólita: permitir que la agencia espacial Roscosmos utilice sus naves como vallas publicitarias en el espacio para atraer inversión privada y reducir la dependencia del presupuesto estatal.
El decreto, que entrará en vigor el 1 de enero de 2026, modifica la normativa sobre actividades espaciales y publicidad, otorgando a Roscosmos la potestad de incorporar anuncios en los objetos espaciales de propiedad estatal y federal. La medida, respaldada por la Duma Estatal y promovida por el Kremlin, busca generar nuevas fuentes de ingresos en un momento de fuerte contracción presupuestaria.
Según el comunicado oficial al que ha tenido acceso ArsTechnica, los anuncios no podrán afectar la seguridad ni el funcionamiento de las naves. Además, el Kremlin establecerá un sistema de tarifas para regular este tipo de patrocinios, que estarán disponibles únicamente para empresas rusas o de países aliados, debido a las sanciones internacionales que impiden la participación de compañías occidentales.
Publicidad en órbita: un recurso polémico
Durante décadas, Rusia fue una potencia líder en la exploración espacial, pero la situación actual dista mucho de aquellos tiempos. El número de lanzamientos de la nave Soyuz hacia la Estación Espacial Internacional ha disminuido notablemente y el desarrollo de un vehículo que sustituya a este modelo, en servicio desde hace casi 60 años, sigue sin concretarse. Mientras tanto, Estados Unidos y China incrementan su presencia en el espacio con programas cada vez más competitivos.
El cohete con el logotipo de Pizza Hut (Centro Estatal de Investigación y Producción Espacial Khrunichev)
La práctica de exhibir logotipos o símbolos en cohetes no es nueva, aunque nunca ha sido habitual. En el año 2000, la cadena Pizza Hut supuestamente pagó alrededor de un millón de dólares para estampar su logotipo en un cohete Protón que puso en órbita el módulo Zvezda de la Estación Espacial Internacional. Aquella acción fue vista como una curiosidad, pero la actual iniciativa rusa institucionaliza esa idea con el propósito de generar ingresos regulares.
La medida no está exenta de críticas. Muchos expertos del sector consideran que la decisión es una muestra del deterioro estructural de la industria aeroespacial rusa, que ha pasado de ser un emblema nacional a buscar financiación en el ámbito comercial. Pese a ello, el Kremlin defiende el proyecto como una herramienta “para atraer capital y fortalecer el papel de Roscosmos en la economía nacional”.
En agosto, el director de RSC Energía, Ígor Maltsev, advirtió públicamente sobre la gravedad de la situación económica de la compañía. “Debemos dejar de engañarnos creyendo que todo va bien”, declaró el responsable de la principal empresa de fabricación de naves espaciales rusas. Sus palabras reflejan el malestar creciente entre los trabajadores del sector, afectados por retrasos en los pagos y falta de inversión en proyectos tecnológicos.
Rusia atraviesa una etapa crítica en su programa espacial. La falta de financiación, las sanciones internacionales y el deterioro de su capacidad tecnológica han llevado al presidente Vladímir Putin a aprobar una medida insólita: permitir que la agencia espacial Roscosmos utilice sus naves como vallas publicitarias en el espacio para atraer inversión privada y reducir la dependencia del presupuesto estatal.