La tela inteligente china que convierte tu ropa en un 'control remoto' para tus electrodomésticos

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Un equipo de investigadores de la Universidad de Soochow, en China, ha desarrollado una innovadora tela inteligente capaz de transformar cualquier prenda en un control remoto para los electrodomésticos del hogar. Este tejido, conocido como A-Textile, utiliza inteligencia artificial para reconocer comandos de voz y ejecutar acciones sin necesidad de dispositivos adicionales.

El invento supone un hito en el campo de los textiles interactivos, ya que hasta ahora la mayoría de las prendas con sensores requerían componentes rígidos o micrófonos voluminosos que comprometían la comodidad. La A-Textile logra integrar todas las funciones en un material flexible y lavable, lo que permite convertir camisas, chaquetas o uniformes en auténticos asistentes personales.

Cómo funciona esta tela inteligente

El funcionamiento de la A-Textile se basa en el efecto triboeléctrico, un fenómeno mediante el cual se generan pequeñas cargas electrostáticas con el movimiento de las fibras. Estas cargas se transforman en señales eléctricas que el sistema interpreta como patrones de voz. La combinación de una capa de silicona con nanoflores de disulfuro de estaño (SnS₂) y una base de algodón carbonizado permite capturar y almacenar dichas cargas con gran eficacia.

Gracias a esta tecnología, la tela puede detectar vibraciones tan suaves como un susurro y producir hasta 21 voltios de salida, con una sensibilidad de 1,2 voltios por pascal. Además, su flexibilidad y resistencia al lavado la hacen ideal para integrarse en el diseño de prendas cotidianas sin alterar su aspecto ni su textura original.

Interacción con IA

Para interpretar las órdenes, los investigadores desarrollaron un modelo de aprendizaje profundo que permite a la tela reconocer comandos con una precisión del 97,5%, incluso en entornos con ruido ambiental. La prenda transmite las señales a un teléfono u ordenador, donde la IA ejecuta la acción solicitada por el usuario.

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Durante las pruebas, el tejido fue capaz de controlar aparatos domésticos como lámparas o aires acondicionados y de interactuar con herramientas digitales. También permitió hacer consultas a ChatGPT o acceder a Google Maps para obtener rutas, demostrando su versatilidad en diferentes contextos.

Este invento supera a los proyectos anteriores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 2022 o al compuesto piezoeléctrico de Wang en 2019, que presentaban limitaciones por su rigidez o baja sensibilidad. La inclusión de las nanoflores de SnS₂ ha permitido alcanzar una respuesta acústica más clara y una integración más natural en materiales blandos.