He probado las 'powerbanks' gigantes que quieren rebajar tu factura de la luz

La factura de la luz sigue siendo un lastre mensual para miles de hogares. La opción de aspirar a un sistema de autoconsumo con placas solares es una solución que no está al alcance de todos porque requiere una gran inversión inicial. No depender de nada ni de nadie para disfrutar de energía eléctrica ha sido una utopía para muchos; sin embargo, poco a poco comienzan a llegar soluciones cada vez más interesantes, asequibles y fáciles de instalar.

Porque, además de tener que desembolsar una gran cantidad por el material necesario para dar vida al sistema, completar el proceso de instalación a manos de personal cualificado también supone un buen pico del presupuesto final. ¿Y si pudieras montar tú mismo las placas y la batería sin demasiadas complicaciones? ¿Se puede vivir sin pagar electricidad con una instalación de menos de 2.000 euros?

He tenido la oportunidad de probar dos sistemas de almacenamiento de energía y captación solar, y he podido comprobar cómo ya hay soluciones que cualquier usuario final podría poner en marcha en casa y comenzar a ahorrar dinero de inmediato. ¿Merece la pena la inversión? ¿Hasta qué punto llega a ser rentable? Esas y otras preguntas ya tienen respuesta.

Una powerbank solar para tu casa

Uno de los modelos probados es de EcoFlow. Esta marca lleva lanzando soluciones de almacenamiento de energía y captación solar desde hace varios años, y su catálogo está lleno de productos de todo tipo. Pero las baterías de gran capacidad tienen un espacio destacado en su catálogo. Baterías que, según el modelo, permiten recargarse enchufándolas directamente a la corriente o, como en el caso de la versión probada, obtener energía con la ayuda de unos paneles solares.

Lo más interesante es que el producto llega como un conjunto de soluciones integradas que facilitan enormemente la instalación al usuario, ya que basta con conectar las placas solares a la batería para empezar a producir. Y es que esta EcoFlow Stream Ultra X incorpora un inversor integrado y un conjunto de baterías con una capacidad total de 3,84 kWh, lo que supone un chute importante de energía diaria para el hogar.

Gracias a su conexión inalámbrica podremos gestionar el funcionamiento del dispositivo, y será ahí cuando llegue lo importante, ya que podremos definir en qué momentos del día inyectar energía al hogar o, en el mejor de los casos, monitorizar el consumo en tiempo real que se está acumulando en la vivienda para suministrar la energía justa y necesaria.

Todo esto puede sonar a un puzle complicado y difícil de entender, pero lo cierto es que la aplicación oficial lo hace todo bastante sencillo. En las pruebas he podido conectar una placa solar de 450 W que ofrecía una potencia de 360 W simplemente apoyándola en la pared. Esto permitía recargar la batería directamente y, en caso de estar completa, ofrecer la energía directamente a la vivienda. Todo este proceso es tan simple como suena: solo necesitamos conectar la placa a la batería y esta a un enchufe de la vivienda. Nada más.

El fabricante, además, ofrece una gran variedad de soportes y anclajes con los que sujetar las placas solares en la pared, el suelo o incluso colgarlas de un balcón. Una demostración más de cómo el producto está orientado directamente al usuario final y no a los instaladores.

Como es normal, el número de placas solares determinará el tiempo necesario para cargar la batería al completo (una única placa no será suficiente), y el nivel de demanda de consumo doméstico jugará un papel decisivo en la autonomía total del sistema. Es decir, ya estarás intuyendo que una sola batería probablemente no vaya a cubrir tu consumo diario, así que tendrás que hacer cuentas y ver exactamente cuántas placas y cuántas baterías necesitas.

El Sol como energía gratis

El mejor caso práctico posible con este tipo de baterías es aquel donde el usuario pueda montar un conjunto de placas solares. Esta EcoFlow Stream Ultra X se ha diseñado para eso, y cuenta con una entrada máxima de 2.000 W, es decir, hasta 4 placas de 500 W cada una. No hay limitaciones a la hora de usar paneles de terceros, por lo que existe una gran oportunidad de ahorro si buscas paneles diferentes a los que vende la marca en su web.

Con 2.000 W de generación solar (en el mejor de los casos) podríamos recargarla en algo más de un par de horas y, a partir de ahí, utilizar toda esa energía acumulada para inyectarla en el hogar. Teniendo en cuenta que una vivienda normal podría consumir en torno a 12 kWh diarios, un sistema de 4 placas y una batería Stream Ultra X podría cubrir menos de la mitad de la energía que se necesita en un día completo (hay que recordar que, cuando está completa, la energía solar se inyecta directamente a la vivienda, por lo que también suma en el cómputo global).

Obviamente vamos a ahorrar en la factura de la luz, pero estaremos muy lejos de conseguir una factura a coste cero. A eso hay que sumar que seguiremos dependiendo de la red eléctrica, por lo que, además del consumo, habrá que seguir abonando el coste fijo de la energía, los impuestos y las tasas.

El equilibrio del autoconsumo

Pero una vez que entras en el complejo mundo del autoconsumo, comienzan los quebraderos de cabeza. En un día soleado, donde la producción de energía ha cubierto la capacidad de la batería al completo, la demanda de la vivienda podría ser inferior a todo lo que se está generando de manera solar. ¿Qué pasa con esa energía? Son los llamados excedentes, cantidades de energía que se vierten a la red y que “se regalan” a menos que tengas un contrato de venta de excedentes con tu proveedor.

Cabe destacar que verter excedentes sin registrar podría traducirse en una sanción económica, por lo que hay que cumplir una serie de requisitos para que todo esté registrado y legalizado. Por suerte, los dispositivos de EcoFlow y DJI están perfectamente homologados, así que no supondrán ningún problema en los trámites, además de ser kits autoinstalables, lo que elimina también otro requisito más. Los pasos necesarios para legalizar una instalación solar con venta de excedentes serían los siguientes:

• Redacción del proyecto técnico o memoria técnica de diseño (MTD), según los requisitos que marque la normativa vigente.
• Tramitación de las licencias o permisos municipales necesarios antes de comenzar la instalación.
• Gestión de la solicitud de acceso y conexión a la red eléctrica ante la empresa distribuidora correspondiente.
• Montaje completo del sistema solar, incluyendo los equipos de medida y los contadores que registrarán la energía vertida a la red.
• Emisión del Certificado de Instalación Eléctrica (CIE) por parte del instalador autorizado.
• Formalización del contrato de compensación o de venta de excedentes, según el modelo de autoconsumo elegido.
• En caso de acogerse a la modalidad de compensación simplificada, será necesario firmar el acuerdo de compensación de excedentes con la comercializadora eléctrica.
• Si se opta por vender los excedentes de energía, habrá que cumplir con las condiciones legales y registrarse en el Registro Administrativo de Instalaciones de Producción de Energía Eléctrica (RAIPRE).
• Inscripción final de la instalación en el Registro de Autoconsumo de la comunidad autónoma correspondiente.

Haciendo cuentas: ¿son rentables?

Comencemos desde el principio. La Stream Ultra X tiene un precio promocional de 1.499 euros, a lo que habría que sumar 4 placas solares de 520 W si lo que buscas es tener la mayor generación solar posible, por lo que la inversión inicial se va hasta los 2.099 euros. Con ese sistema he calculado que sería capaz de generar entre 7 y 8 kWh al día (vivo en Cádiz, por lo que la producción solar es excelente), suficiente para ir cargando la batería y poder ofrecer el resto a la vivienda sin generar excedentes.

Con esa cantidad de energía acumulada, podríamos estar hablando de generar unos 2.520 kWh al año con energía solar que, multiplicados por una media de 0,13 euros de precio medio de la energía en España, supondría un ahorro de 327,60 euros anuales (sin contabilizar inflación). Habrá días más y menos soleados, e incluso se podría destinar la energía a horas donde las tarifas son más elevadas, pero esa media podría ser una estimación bastante adecuada.

Esto significa que, para poder amortizar la inversión, se necesitarían unos 6 años. A eso hay que sumar que el fabricante garantiza una vida útil de la batería de unos 10 años, momento en el que su capacidad podría reducirse hasta un 70% aproximadamente si sufre ciclos constantes a diario. Por tanto, es algo para tenerlo en cuenta, ya que almacenaríamos menos energía que en los primeros años.

Comprar energía para almacenarla

Una función interesante que permiten estos dispositivos es la de programar la carga de la batería para momentos concretos del día, por lo que seríamos capaces de consumir energía de la red en las horas donde la electricidad es más barata y usarla más adelante cuando el tramo horario está en la zona de precio más elevado. Esto es algo que he estado probando y los resultados son muy interesantes, especialmente para aquellos que no pueden montar placas solares en casa.

Además de la EcoFlow Stream Ultra X, he podido probar la EcoFlow Stream AC Pro, un modelo sin excentricidades cuya única función es almacenar energía. Este modelo no cuenta con inversor para placas solares, por lo que o bien la colocamos en serie junto a la Ultra X para ampliar la capacidad total (pasaríamos de 3,84 kWh a 5,76 kWh) o la enchufamos en otro lugar de la casa para que se gestione como una segunda batería inteligente. Todo desde la aplicación oficial.

Detectando los consumos en casa

Siguiendo mis planes de eliminar el mayor consumo eléctrico posible en casa, instalé unos enchufes inteligentes con control de consumo en los electrodomésticos más demandantes. Así, cuando el termo eléctrico activa su programación, estos dispositivos detectan que hay un electrodoméstico que está pidiendo energía en grandes cantidades, y es ahí cuando la inyección de energía se produce.

A partir de ahí es cuestión de organización y control, pudiendo usar “energía comprada” en horas baratas durante los momentos en que la tarifa más aprieta al bolsillo. El uso de enchufes inteligentes es cómodo y fácil de implementar, aunque la opción más completa es la de usar un controlador de consumo directamente en la entrada de fase del cuadro eléctrico de la vivienda. EcoFlow ofrece uno en su catálogo, y sería el encargado de controlar con exactitud el consumo total del hogar, evitando así enviar excedentes a la red. Si consumes 600 W, las baterías enviarán 600 W. Si subes a 3.000 W, enviarán todo lo que su capacidad admita (2.300 W máximo en EcoFlow, 3.000 W en DJI), y obtendrás el resto de la red.

DJI también tiene baterías

Lo que comenzó siendo una powerbank al uso de grandes dimensiones ha acabado convirtiéndose también en una central de gestión energética muy capaz. La DJI Power 2000 ofrece una capacidad de 2.048 Wh, y al igual que los modelos de EcoFlow, es capaz de gestionar el consumo del hogar con un controlador de consumo de Shelly.

Gracias a este componente, sabe en todo momento qué energía debe inyectar para no generar excedentes y, además de aceptar generación solar con placas, también podremos programar cargas directamente desde la red. La interfaz de la aplicación de DJI es más minimalista y sencilla, aunque la de EcoFlow permite más ajustes.

El modelo de DJI está diseñado para transportarla continuamente, crear estaciones de energía portátiles en cualquier lugar y, en definitiva, transmitir ese espíritu de libertad que tanto impregnan sus drones. EcoFlow, por su parte, tiene una visión más doméstica, diseñando equipos que casi se mimetizan con diseños modernos y elegantes, buscando la integración de un elemento que será complicado ocultar en casa.

Con la DJI Power 2000 he podido enviar energía a nada menos que 3.000 W de potencia, lo que supone una potente inyección de energía en momentos donde determinados electrodomésticos demandaban en exceso, aunque su capacidad no es tan elevada como la de EcoFlow.

Una inversión más gratificante que rentable

¿Merecen la pena? Puede que estos sistemas de baterías compactas y tan pocas placas no cubran el 100% de la demanda de un hogar, pero existen fórmulas con las que seguir exprimiendo la optimización y sacarles más provecho. Después de probar estos dos sistemas, he llegado a la conclusión de que, obviamente, ayudan a ahorrar en la factura de la luz, pero están lejos de ser la solución que te permita desvincularte del proveedor energético. El mayor aliciente de estos equipos es su sencillez de instalación, fiabilidad y escalabilidad, ya que podríamos montar un sistema de almacenamiento energético en cuestión de minutos sin necesidad de realizar ningún tipo de obra en casa.

El ahorro existe, y además en mi caso me ha ayudado a controlar los consumos en casa y tener una gestión más precisa y real sobre la manera en la que quiero que se consuma energía.

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