La mejor manera de ver vídeo en la era del 'streaming' es un 'software' de hace 24 años

Los más veteranos del lugar recordarán perfectamente aquella época, no tan lejana, en la que con Netflix podías verlo todo. Ahora hacen falta por lo menos cuatro o cinco suscripciones para estar al día de las series y películas más recientes. Por si esto no fuera lo bastante malo, los servicios de streaming tienen por costumbre eliminar sus títulos cuando ya han pasado suficiente tiempo y visualizaciones en la plataforma. Entiendo que el espacio en los servidores no es infinito, y que hay que hacer limpieza, pero ¿qué hago si quiero ver la trilogía de El señor de los anillos? ¡Solo la he visto alrededor de 30 veces!

Luego está el tema de poder ver las películas cuando no hay conexión a Internet, como durante los vuelos largos. La mayor parte de los servicios de streaming ya permiten descargar títulos en nuestro dispositivo, pero es algo de lo que hay que estar pendiente.

Los pequeños inconvenientes acumulados han hecho que muchas personas rescaten del disco duro de los recuerdos su vieja colección de películas y series para volver a disfrutar de ellas en sus nuevos teléfonos y tabletas. Cuando lo hacen, descubren que los reproductores de vídeo nativos de Android, Windows, MacOS o iOs no siempre tienen todos los codecs para reproducir un archivo. Ni siquiera el nuevo apartado de Películas y TV de Windows está a la altura.

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¿Cuál es el mejor reproductor de vídeo que hay en 2025? La respuesta a eso es sencilla. Exactamente, el mismo que ya era el mejor en 2001.

VLC Media Player

Corría el año 1996. Un grupo de estudiantes de la Escuela Central de París decidió desarrollar un software que permitiera hacer streaming de vídeo vía satélite desde un servidor. Cómo se trataba de un cliente de vídeo en red, lo llamaron Video LAN Client, o VLC, y su imagen fue uno de los muchos conos de tráfico que jalonaban el campus y que a menudo terminaban en las aulas por diferentes motivos. No se puede decir que se devanaran mucho los sesos con la parte de marketing, pero no hizo falta.

Su creación fue tan buena que en 2001 se adaptó para convertirse en un reproductor de vídeo universal, y comenzó a distribuirse por internet bajo una licencia pública GNU. Desde entonces no ha dejado de mejorar y de crecer, con versiones para Windows, Linux, Android, Mac OS o iOS. VLC no tardó en llevarse de calle al reproductor de vídeo nativo de Windows, que por aquel entonces se había rediseñado completamente para su versión 7. Pese al lavado de cara, Windows Media Player no funcionaba tan bien como se esperaba de él.

El secreto de VLC no es otro que la versatilidad. Aún hoy, VLC tiene algo en lo que supera al reproductor de Windows, y es en su vasta compatibilidad con todo tipo de archivos y codecs de vídeo, desde MPEG-2 o MPEG-4 hasta H.264, MKV, WebM, WMV, MP3, o el reciente (y muy eficiente para streaming) AV1. VLC tiene la particularidad de que no solo permite reproducir todo tipo de archivos, además permite convertirlos de un formato a otro.

Visualmente, VLC es simple y sencillo de usar, aunque algunas de sus mejores funciones están algo escondidas dentro de su interfaz. Se puede usar nada más instalarlo, y sin tener ningún tipo de conocimientos, pero para aprovechar todas sus características hay que trastear un poco con él como era la costumbre hace un par de décadas.

Otra característica peculiar es que permite el uso de extensiones como si fuera un navegador. Estas extensiones son creadas por los miembros de la Organización VideoLAN que soporta el desarrollo de la plataforma, y añaden todo tipo de funciones exóticas desde la descarga de subtítulos y la búsqueda de texto dentro de esos subtítulos, hasta la navegación por escenas o la generación de GIFs animados a partir de pequeños fragmentos de vídeo. ¿Para qué demonios puede alguien querer buscar palabras dentro de subtítulos? Que me maten si lo sé. Lo que sí sé es que, si puedes imaginar una función que necesitas en tu reproductor de vídeo, raro será que no la encuentres en la lista de extensiones de VLC.

Hablando de streaming, VLC sigue siendo el rey cuando se trata de reproducir archivos de vídeo en remoto. Una de las funciones más brillantes de la app es la posibilidad de reproducir archivos de vídeo almacenados directamente en la nube. Para ello es preciso tener una conexión a internet activa, pero elimina por completo la preocupación de llenar la memoria de nuestro teléfono con archivos de varios gigas.

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La versión para iOS de VLC tiene esta función en nube integrada. Para activarla solo hay que seleccionar el servicio de nuestra preferencia desde el menú del reproductor de vídeo. La lista incluye los sospechosos más habituales del almacenamiento en nube: Dropbox, Google Drive y OneDrive.

Los usuarios de Android lo tienen un poco más complicado, pero no imposible. VLC para Android no reproduce directamente archivos en la nube, pero puede hacerlo si abrimos el archivo a través de un explorador de archivos para Android que sí soporte streaming. Solid Explorer, MiXplorer, o RCX son algunos de los exploradores que permiten esta función. En el caso de RCX, recuerda que hay que descargarlo desde Fdroid porque no está disponible en la App Store.

MX Player

La función de reproducir archivos de vídeo en nuestra nube personal no es única de VLC. MX Player también la tiene, y funciona de la misma manera, sirviendo los enlaces al vídeo que queramos reproducir desde un explorador de archivos compatible. Además de los mencionados arriba, podemos usar BubbleUPNP si queremos algo más especializado. Esta app tiene la ventaja de permitir enviar el streaming de lo que estemos viendo al televisor mediante Chromecast o FireTV.

La única razón por la que pongo a MX Player en segundo lugar respecto a VLC es porque VLC es mucho más fácil de usar en todos los sentidos. Para empezar, MX Player no es tan universal. Puedes encontrarlo en la Google Play Store, o para Windows en su web, pero no en la Apple Store. Para continuar, este reproductor funciona mediante gestos con varios dedos que no siempre son intuitivos (probablemente, una visita a su página web oficial te saque de muchas dudas).

A cambio del esfuerzo de aprender a manejarlo, Mx Player te regala una tonelada de opciones que van incluso más allá de lo que VLC ofrece. Su motor gráfico tiene mejor integrada la aceleración por hardware. Además, permite controlar de forma mucho más granular la velocidad de reproducción y en general lee más rápido los archivos locales, incluso los ubicados en una tarjeta microSD.

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Lo más valioso de MX Player es su capacidad para operar con subtítulos en diferentes formatos de archivo. Puede mostrar diferentes subtítulos de forma simultánea, y hasta modificar la apariencia, color y tamaño de los subtítulos en pantalla o buscar subtítulos en Internet. La mayor parte de los usuarios no requieren de tanta sofisticación, pero si acostumbras a ver cine o series en idiomas particularmente exóticos como el japonés o el coreano es una valiosa herramienta.

Financieramente, MX Player se nutre de anuncios que no se pueden evitar, lo que no es del todo conveniente. Durante mucho tiempo existió una versión Pro del reproductor a la que se podía acceder mediante una simple donación, pero los desarrolladores la retiraron. Recientemente, se suponía que iban a actualizarla, pero al cierre de este artículo el enlace aún no funciona.

Next Player, Nova, BS Player... y Plex

Hay decenas de reproductores de vídeo ahí fuera, pero son pocos los que merece la pena probar. Tres de los que sí merecen que les des un tiento son Next Player, Nova y BS Player. Next Player es relativamente reciente (tiene poco más de dos años) y aún está en desarrollo, pero funciona de manera nativa en Android, es gratuito, sin anuncios, y de código abierto. No tiene tantas opciones ni una compatibilidad de archivos tan extensa como los anteriores, pero su interfaz es muy agradable, y cumple muy bien su función.

Nova es otro viejo conocido de la escena de reproductores de vídeo. Su mayor fuerte es que está muy enfocado a televisores con sistema operativo Android. Si sueles reproducir vídeos desde un servidor NAS en tu televisor, Nova es uno de los mejores reproductores gratuitos que vas a encontrar.

En este punto es imprescindible mencionar a Plex. Más que un reproductor de vídeo, Plex es una poderosa herramienta que permite crear tu propio servicio de streaming al estilo Netflix, pero desde tus películas almacenadas en un servidor. La parte que permite configurar este servidor es gratuita, pero las aplicaciones para ver las películas y series de manera remota requieren de una suscripción. Si no me extiendo más en hablar de Plex es porque es una plataforma compleja de configurar que probablemente requiera de un artículo dedicado y de un hardware que no todo el mundo tiene en casa. Con todo, es la opción nuclear si lo que quieres es tener toda tu colección de vídeos accesibles desde cualquier lugar.

El último reproductor de vídeo de esta lista es BS Player. Está disponible en Windows y Android, aunque es sensiblemente mejor en PC que en móviles. También tiene muy buena compatibilidad con subtítulos, aunque las mejores funciones requieren un pago de licencia de 29,90 euros. Mi recomendación para cerrar este artículo es que instales todos los anteriores, los pruebes, y te quedes con el que te da la funcionalidad que necesitas. Con todo, es difícil superar a VLC, que con el paso de los años se ha convertido en el WinAMP de los reproductores de vídeo. ¿Cómo? ¿Que no sabes lo que es WinAMP? Pues verás. Corría el año 1997...

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