Ucrania 'destripa' el dron enemigo más sofisticado y descubre que de Rusia solo tiene el nombre
El dron utiliza un sistema de navegación por satélite que elude las técnicas habituales de guerra electrónica. El origen de sus componentes está dando mucho que hablar
Dos soldados ucranianos extrayendo los componentes del dron (National Police of Ukraine)
Ucrania ha logrado desmontar un dron ruso Geran-3, considerado el más avanzado de su arsenal, y ha comprobado que la mayoría de sus piezas no proceden de Rusia. Un hallazgo documentado por Business Insider deja en evidencia que la supuesta innovación del enemigo depende en gran medida de proveedores internacionales.
El Geran-3, evolución directa del Shahed-238 iraní, incorpora un motor turbojet que le permite alcanzar velocidades de 370 km/h y cubrir distancias de hasta 1.000 kilómetros. Este modelo está diseñado para ejecutar ataques kamikaze mediante un descenso terminal que culmina con su detonación en el objetivo.
Ukraine says Russia's new jet-powered attack drone is full of foreign parts and immune to electronic warfare https://t.co/KW0MdpXcnc
Su construcción mantiene elementos básicos de versiones previas, aunque perfeccionados para atravesar áreas bajo fuerte cobertura antiaérea. Gracias a estas características, se ha convertido en un desafío de primer nivel para las defensas aéreas ucranianas.
Protección frente a interferencias
De acuerdo con el servicio de inteligencia militar (HUR), el dron cuenta con un sistema de navegación por satélite reforzado contra las técnicas habituales de guerra electrónica. Este detalle supone un reto adicional, ya que limita la efectividad de las interferencias que hasta ahora permitían neutralizar parte de los ataques rusos.
Aunque el esquema interno reproduce configuraciones conocidas, la resistencia a bloqueos electrónicos otorga al Geran-3 una ventaja significativa frente a los métodos de defensa empleados en conflictos anteriores.
Componentes extranjeros
El análisis llevado a cabo por Kiev ha revelado la presencia de cerca de 50 piezas fabricadas en Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Alemania y China. Esta constatación demuestra que, a pesar de los embargos y sanciones internacionales, los materiales de doble uso continúan fluyendo hacia la industria armamentística rusa. Una dependencia de proveedores internacionales que pone en cuestión la eficacia de las sanciones y restricciones comerciales.
En cualquier caso, Rusia ha intensificado la fabricación de drones de la familia Shahed hasta alcanzar volúmenes industriales. Según estimaciones, ya se han registrado ofensivas con más de 800 aparatos en una sola noche y no se descarta que puedan coordinarse ataques de hasta 2.000 unidades en simultáneo. Esta estrategia de saturación busca desgastar las defensas ucranianas, obligando al país a responder con armamento más costoso frente a drones que resultan mucho más baratos de producir.
Para contrarrestar la amenaza, Ucrania ha puesto en marcha la producción de drones interceptores, capaces de perseguir y destruir los kamikazes en vuelo. Además, se están desplegando sensores ópticos y acústicos con el objetivo de reforzar la detección temprana y crear un sistema antidrones más flexible.
Ucrania ha logrado desmontar un dron ruso Geran-3, considerado el más avanzado de su arsenal, y ha comprobado que la mayoría de sus piezas no proceden de Rusia. Un hallazgo documentado por Business Insider deja en evidencia que la supuesta innovación del enemigo depende en gran medida de proveedores internacionales.