Así es Invictus, el avión espacial hipersónico europeo que quiere despegar en 2031

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La Agencia Espacial Europea ha iniciado el desarrollo de Invictus, un prototipo de avión espacial hipersónico diseñado para despegar desde una pista convencional y alcanzar velocidades superiores a cinco veces la del sonido. Este vehículo reutilizable forma parte de una apuesta estratégica para reforzar la autonomía tecnológica europea en vuelos orbitales y suborbitales, con vistas a su despegue en 2031.

El programa está coordinado por la consultora Frazer-Nash, en colaboración con Spirit AeroSystems y la Universidad de Cranfield, y cuenta con un presupuesto inicial de 7 millones de libras (unos 9,4 millones de dólares). El objetivo principal es diseñar un sistema completo de vuelo capaz de operar con eficiencia en entornos de alta velocidad, manteniendo al mismo tiempo la reutilización como pilar clave.

Propulsión avanzada para romper la barrera hipersónica

Uno de los avances más notables del proyecto es su innovador sistema de propulsión. Basado en una tecnología creada por la desaparecida Reaction Engines Ltd., el motor integra un preenfriador capaz de reducir drásticamente la temperatura del aire antes de que alcance el núcleo del motor. Este componente fue desarrollado originalmente para el motor SABRE, concebido para el fallido proyecto Skylon.

Gracias a esta tecnología, el sistema puede operar a velocidades extremas sin que el aire caliente dañe sus componentes internos. De este modo, se allana el camino hacia vuelos más rápidos, seguros y con menor necesidad de combustible, al aprovechar el oxígeno del aire en las fases iniciales del despegue.

Una visión estratégica para Europa

Desde la ESA, el responsable del departamento mecánico, Tommaso Ghidini, ha señalado: "El vuelo hipersónico no es solo la siguiente frontera de la aeronáutica, sino la puerta de entrada a una nueva era de movilidad, defensa y acceso al espacio". Invictus simboliza, así, un paso decisivo hacia una aviación espacial sostenible y autónoma, capaz de transformar las futuras misiones comerciales y gubernamentales.

Este tipo de vehículo, que despega como un avión y alcanza la órbita como un cohete, representa una evolución frente a los lanzadores convencionales. Su versatilidad permitiría desde despliegues de satélites hasta operaciones de seguridad o transporte de alta velocidad.

Durante los próximos doce meses, el consorcio desarrollará el diseño preliminar del sistema completo. Si los plazos se cumplen, el primer vuelo se producirá a comienzos de 2031. Este proyecto no solo busca posicionar a Europa en la carrera tecnológica global, sino también generar un impacto en el crecimiento económico y en el ámbito de la defensa.

El jefe de tecnología espacial de la Agencia Espacial del Reino Unido, Tony Forsythe, ha afirmado: "Esperamos ver cómo evoluciona el trabajo y el potencial que representa para impulsar el crecimiento económico y la seguridad nacional". Sus aplicaciones abarcan desde el transporte suborbital hasta sistemas de respuesta rápida en el espacio.