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España ya tiene el triple de nómadas digitales que hace un año. Por qué es una buena noticia
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LA VELOCIDAD A LA QUE CAMBIAN LAS CIUDADES

España ya tiene el triple de nómadas digitales que hace un año. Por qué es una buena noticia

La ley de 'startups' se ha convertido en un motor para la atracción de talento digital en un momento de caída de la inversión extranjera en España. Así se ha triplicado este colectivo y ha transformado nuestras urbes

Foto: Un hombre teletrabaja desde su portátil en una terraza de un bar. (EFE/Karla Vanessa López)
Un hombre teletrabaja desde su portátil en una terraza de un bar. (EFE/Karla Vanessa López)
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La semana pasada trascendía que Microsoft va a instalar en Valencia, en el histórico edificio de la Harinera, su base de operaciones para el desarrollo y testeo a nivel mundial de tecnología aplicada al deporte, el entretenimiento y la salud. La alcaldesa, María José Catalá, se vanagloriaba de que la ciudad levantina se ha convertido en los últimos años en un imán para las empresas y el talento internacional, ahora en forma de nómadas digitales. Ya son 42 las compañías las que han echado el ancla en la ciudad, con una inversión estimada de 260 millones de euros.

La noticia no sólo llama la atención por la enorme cantidad de dinero que está lloviendo en suelo patrio por parte de gigantes tech como Google, Meta o Apple, sino por cómo el país se está erigiendo como uno de los destinos preferidos para los profesionales extranjeros, no sólo en forma de compañía, sino en ese talento digital particular que desempeña su oficio de forma remota mientras viaja o se desplaza entre diferentes lugares, sin estar atada a una ubicación fija. Y cuyo flujo ha ido a parar, en muy poco tiempo, a nuestras fronteras.

A finales de 2024, se encontraban en vigor 27.875 autorizaciones de residencia a teletrabajadores internacionales, según datos del Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI), dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. A cierre de 2023, la cifra era de 9.568 autorizaciones. Lo que significa que en apenas un año, el número total de nómadas digitales en España se ha triplicado. En total, 14.255 de estos visados se concedieron a titulares –los nómadas digitales propiamente dichos– y 13.620 a familiares –parejas, hijos y ascendientes a cargo–. Y seis de cada diez procedían de países europeos extracomunitarios, mientras que el 17 % eran originarios de América Central y del Sur y el 12%, de Norteamérica.

El fenómeno se acentuó originalmente durante la pandemia, que impulsó el teletrabajo a niveles que nunca habíamos visto en el mundo laboral. De ahí surgió una figura que hasta entonces desconocíamos: el nómada digital. El trabajo en remoto le abría un abanico de posibilidades a los trabajadores a la hora de elegir dónde establecerse, ahora desatados de las cadenas de la oficina. Estos teletrabajadores ya podían vivir donde fuera gracias a Internet, pero aún tenían que enfrentarse a muchos requisitos para poder normalizar su situación.

Eso, sin embargo, cambió en 2022, cuando España le abrió las puertas a este colectivo en creciente expansión con la publicación de la Ley de Fomento del Ecosistema de Empresas Emergentes, también conocida como "Ley de Startups", ya que antes de la implementación de esta autorización de residencia, algunos extranjeros desistían de venir a vivir a España sólo por los líos burocráticos, apostando por otros destinos. Y los que se instalaban en España, lo hacían con una residencia no lucrativa que no les autorizaba a trabajar.

placeholder Un joven teletrabaja desde su portátil en una terraza. (Pexels)
Un joven teletrabaja desde su portátil en una terraza. (Pexels)

A fecha de junio de 2025, no todo el mundo puede recibir este tipo de autorización. Los solicitantes de visado para nómadas digitales deben demostrar que sus ingresos mensuales equivalen al doble del salario mínimo. Eso significa que ahora hay que ganar al menos 2.762 euros al mes para poder optar al visado en 2025. Y, a pesar del aumento de los requisitos de ingresos en los últimos meses, el visado para nómadas digitales de España sigue sin ser uno de los más elevados de Europa. El de Islandia, por ejemplo, está dirigido a personas con ingresos de 7.075 euros al mes, los más altos de Europa, y solo dura seis meses. El de Estonia ocupa el segundo lugar, y los solicitantes deben tener unos ingresos brutos mensuales de 4.500 euros.

Destino estrella pese a la caída de inversión

Hace unos meses, una de las mayores webs de expatriados, Expatsi, elaboró una encuesta con más de 100.000 participantes estadounidenses que estaban considerando abandonar EEUU y trabajar de forma remota desde otros lugares del mundo. El 68% de ellos mostró su preferencia por Europa como destino, siendo Portugal y España los países predilectos. No es la única encuesta que arroja resultados en la misma línea. El "Expat City Ranking" de InterNations sitúa a nuestro país y sus principales ciudades como destino favorito de expatriados, inversores y nómadas digitales. Son el clima, el estilo de vida y la oferta cultural las principales razones por las que ciudades como Málaga, Valencia, Barcelona o Madrid se consolidan como puntos de atracción para todas estas personas. De hecho, se ha materializado en un cambio social y cultural, siendo ya expats 5 de cada 100 barceloneses, una tendencia en crecimiento.

La llegada de nómadas digitales a España no solo es una moda, sino también un gran motor económico. Estos profesionales dinamizan el consumo local —ya sea pagando alquileres o saliendo a cenar—, y dan un impulso a sectores como el turismo. Pero el beneficio no se queda ahí. También engrosan las arcas públicas con sus impuestos y cotizaciones. Además, traen algo que vale oro: talento. Su presencia eleva el nivel de innovación, crea sinergias con las empresas locales y contribuye a que el ecosistema emprendedor español juegue en una liga más competitiva.

Es por esa mezcla de formación y capacidad de gasto (más poder adquisitivo), que los nómadas digitales se han convertido en una especie de expatriado codiciado por muchas ciudades. Hasta el punto que numerosos ayuntamientos han implementado reformas migratorias para atraerlos, algunas incluso con incentivos económicos. Es el caso de Extremadura, que ofrece hasta 15.000 euros a profesionales que decidan establecerse en la región.

Las cifras, además, son buenas noticias porque hace sólo unos días se conocía que la inversión extranjera neta que llegó a España en 2024, es decir, la que mide los flujos reales de entrada de capital foráneo, cayó un 5% hasta los 22.757 millones de euros. También porque España ha perdido un 13% en la confianza de los inversores extranjeros respecto al año 2024. De hecho, ha bajado del puesto 9 en el indicador de confianza Kearney al 11.

La salida del top 10 se debe, según ha enumerado el Instituto de Estudios Económicos (IEE), a cinco factores: problemas de inseguridad jurídica, dilaciones y falta de eficacia en los procesos legales; insuficiente protección de los derechos de propiedad, especialmente agudos en sectores como el de la vivienda; complejidad regulatoria y exceso de cargas burocráticas; insuficientes incentivos fiscales a la inversión directa extranjera; e inestabilidad política, gran fragmentación parlamentaria y corrupción.

Sin embargo, no todo son ventajas. La llegada de nómadas digitales también plantea retos importantes como un impacto considerable en el coste de vida. La creciente demanda de vivienda y servicios en destinos especialmente atractivos para este colectivo puede generar una presión significativa sobre los precios, afectando directamente a la población local. Ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia o Málaga ya están experimentando un alza en los precios del alquiler, impulsada en parte por la presencia de profesionales con mayor capacidad adquisitiva.

La semana pasada trascendía que Microsoft va a instalar en Valencia, en el histórico edificio de la Harinera, su base de operaciones para el desarrollo y testeo a nivel mundial de tecnología aplicada al deporte, el entretenimiento y la salud. La alcaldesa, María José Catalá, se vanagloriaba de que la ciudad levantina se ha convertido en los últimos años en un imán para las empresas y el talento internacional, ahora en forma de nómadas digitales. Ya son 42 las compañías las que han echado el ancla en la ciudad, con una inversión estimada de 260 millones de euros.

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