Es noticia
Cómo el 'software' más aburrido del mundo se ha convertido en la gran joya de Europa
  1. Tecnología
seguramente lo hayas usado alguna vez

Cómo el 'software' más aburrido del mundo se ha convertido en la gran joya de Europa

SAP, el gigante del 'software' que hace funcionar las cañerías de miles de empresas, ha llegado incluso a ser la compañía más valorada de Europa. Un aviso a navegantes de que el negocio de la IA no está solo en Silicon Valley

Foto: Christian Klein, CEO de SAP, durante un evento en Alemania. (Ronald Wittek/Reuters)
Christian Klein, CEO de SAP, durante un evento en Alemania. (Ronald Wittek/Reuters)
EC EXCLUSIVO

En los últimos años, la corona de ser la empresa más valiosa de Europa ha sido un pulso entre LVHM, el conglomerado del lujo francés, y la danesa Novo Nordisk, farmacéutica responsable de crear esa píldora convertida en dieta milagro llamada Ozempic, que es quien ostenta ese título. La tecnología ha estado a punto de mover esta silla y asaltar la cima en dos ocasiones.

La primera en 2023, cuando la holandesa ASML empezó a llamar la atención de los inversores al ser la única empresa capaz de crear las máquinas necesarias para las fábricas de semiconductores superavanzadas que todo el mundo quería.

Foto: El CEO de Apple, Tim Cook. (EFE/J. G. Mabanglo)

No logró superar a Novo Nordisk, pero estuvo muy cerca. Quien lo logró fue SAP, el vetusto gigante alemán dedicado al software administrativo. Lo logró tras aumentar el precio de sus acciones un 50% en los últimos doce meses y rozar los 314.000 millones de euros, justo el día que la farmacéutica retrocedió hasta 310.000 millones.

Aunque su victoria fue efímera y duró poco, fue una demostración notable de cómo se está ganando el favor de los inversores. Una declaración de amor bursátil que se plasma en una valoración más de 40 veces mayor al de los resultados esperados para este año, según cifras que recogió Bloomberg. Esa estadística es algo mayor a la de Microsoft o la de Amazon, el doble que la de Alphabet y tres veces superior a la de Meta.

Vientos de cola también en EEUU

SAP no es el único nombre de este sector que está elevando sus miras gracias a los vientos de cola. Al otro lado del Atlántico, Salesforce, una multinacional que sirve una solución empresarial conocida como CRM, vio en la recta final de 2024 cómo rompía su propio techo y rozaba una valoración histórica de 352.000 millones, logrando, entre otras cosas, un crecimiento del 8% en la facturación y acumulando el mayor flujo de caja de su existencia. Ambas no aparecen en el top diez de multinacionales tecnológicas, si aparecen entre las diez mayores compañías de software del mundo.

"No es sencillo contarle a la gente de a pie para qué sirve un CRM, que aunque es tecnología puntera, a veces suena un poco bajonero", dice Luis Méndez, vicepresidente global de WAM Global, consultora digital independiente.

"Cuando vienen estudiantes a la oficina, les digo que un CRM es como la tienda o el bar de barrio donde el dueño sabe lo que siempre pides. Pues Salesforce hace lo mismo, pero a lo grande, con miles o millones de clientes", explica este experto, sobre estas herramientas que funcionan detrás de escena.

Salesforce es algo que ocurre en lo que se conoce como ‘frontend’ de los negocios, que se podría resumir como el mostrador donde se atiende a los clientes. SAP es algo diferente, ya que es un servicio que opera en las cañerías, organizando lo que pasa entre bambalinas, desde finanzas hasta cadena de suministro. Aunque con roles diferentes, ambas forman parte del mismo engranaje que mueve miles de compañías en todo el mundo.

placeholder Salesforce. (EFE/J. G. Manglabo)
Salesforce. (EFE/J. G. Manglabo)

Escuchado esto es probable que el común de los mortales (aquel que conozca lo que hacen estas empresas) se pregunte cómo es posible que algo tan gris y anodino como el software corporativo y administrativo esté deslumbrando y atrayendo tanta atención y cariño bursátil en tiempos de ChatGPT, Copilot, Gemini, Perplexity o DeepSeek.

La respuesta es precisamente esa: la inteligencia artificial. Hasta que la industria encuentre una función o una forma de rentabilizar el uso que le da el común de los mortales, esta fiesta se está pagando de dos formas, principalmente. Una, tirando de los ingresos de otras líneas de negocio o el dinero de los fondos de inversión. Y, por otra, las empresas que están dispuestas a pagar por experimentar e ir incorporando sistemas y soluciones de IA. No hay una cifra exacta, pero teniendo en cuenta varios estudios e informes, se podría hablar de que más del 80% de la facturación viene por esta vía.

¿Quién paga la fiesta de la IA? Las empresas

En este escenario, SAP y Salesforce están muy bien posicionados como vía para introducir la IA en el mundo empresarial de forma real, más allá del entusiasmo general por los modelos generativos. Pero sobre todo, de forma rápida, debido a las profundas raíces que tienen este tipo de soluciones en cientos de miles de empresas del mundo. "No me sorprende el buen momento que pasan", añade Méndez en este punto.

"Salesforce, por ejemplo, fue el primer CRM en la nube. Hace veinte años nadie hablaba de esto. Han demostrado visión. Y se han ido expandiendo. Dan soporte en ventas, pero también en otras partes como analítica o atención al cliente. Y ahora lo mismo. Llevan ocho meses hablando de agentes de inteligencia artificial", detalla sobre la importancia que han adquirido en diversas organizaciones. Sobre su popularidad y cuota de mercado, este experto destaca que al final han creado una suerte de círculo virtuoso donde clientes que trabajan para terceros recurren a sus soluciones en los proyectos.

Además de la transversalidad, hay dos elementos clave para que estas compañías hayan podido subirse al tren de la IA. El primero de ellos, el de ser un servicio en la nube, lo que hace que los sistemas existentes se puedan actualizar con las novedades. El segundo, que estas plataformas trabajan con bases de datos súper estructuradas de sus clientes. Al tener acceso a eso, tienen más fácil implementar funciones y personalizarlas.

En la gran pelea del momento

Es de sobra conocido que la nueva batalla de la inteligencia artificial no va tanto de quién tiene el modelo más potente ni el chatbot más ingenioso, sino de quién consigue que la IA trabaje por ti sin que tengas que pedírselo. Microsoft lo llama Copilot, Google prefiere hablar de AI Agents, pero todos persiguen lo mismo: sistemas capaces de tomar la iniciativa, razonar con contexto y ejecutar tareas completas. En esta carrera por construir trabajadores digitales, SAP y Salesforce se han sumado con propuestas ambiciosas que apuntan más al negocio que al consumidor.

Salesforce ha rebautizado su apuesta por la inteligencia artificial como Agentforce, una arquitectura de agentes que ya está desplegada por casi todas las esquinas de su plataforma. En el área de marketing, por ejemplo, no se limitan a escribir correos o sugerir eslóganes: analizan públicos, lanzan campañas por su cuenta y ajustan los mensajes en función del perfil del cliente.

placeholder Sap. (Reuters/Ralph Orlowski)
Sap. (Reuters/Ralph Orlowski)

En operaciones, uno de sus agentes detecta incidencias en tiempo real, las reporta automáticamente en Slack y hasta sugiere soluciones antes de que el equipo técnico se entere. Todo esto se apoya en la información que la propia empresa ya tiene recopilada de sus usuarios, y en un sistema de control para evitar que los agentes se pasen de listos. Según datos de la compañía, esta parte de su negocio ya está generando más de 1.000 millones de dólares por trimestre.

Foto: Mark Zuckerberg, CEO y fundador de Meta. (Reuters)

SAP, por su parte, avanza con un enfoque menos vistoso. Su IA generativa, Joule, está pensada para encargarse del trabajo de oficina: automatizar tareas como renegociar contratos, analizar proveedores o gestionar tickets de soporte sin que nadie tenga que levantar el teléfono.

Durante su último evento prometieron 400 casos de uso nuevos antes de que acabe el año. Para coordinarlo todo han creado una especie de sistema nervioso central que conecta estos agentes con los procesos internos de la empresa. Nada de asistentes carismáticos: su apuesta es más bien un ejército discreto de IAs que hacen su trabajo sin dar mucha guerra.

Anticipar el siguiente paso

La carrera por estos agentes de IA es como esas oficinas donde nadie sabe muy bien qué hace el compañero de al lado, pero todo funciona. La diferencia: estos compañeros no duermen, no piden subida de sueldo y, con suerte, no montan sindicatos. Por ahora.

placeholder El CEO de Salesforce, Marc R. Benioff. (Reuters/Denis Balibouse)
El CEO de Salesforce, Marc R. Benioff. (Reuters/Denis Balibouse)

Aunque les va bien ahora, estas empresas no saben muy bien qué pasará con la IA en los próximos años. "La verdad, no tengo ni idea de qué estará haciendo la IA dentro de dos años", dijo Peter Schwartz, uno de los jefes de Salesforce, en una entrevista con el Wall Street Journal. "Lo que hoy parece importante, en un año puede que ya no valga para nada".

Para prepararse ante esa incertidumbre, Salesforce ha optado por moverse en varias direcciones a la vez. Su fondo de capital riesgo ha invertido más de 1.000 millones de dólares en startups de inteligencia artificial, y la compañía ha cerrado recientemente la compra de Informatica por 8.000 millones de dólares, una firma especializada en gestión y organización de datos. El objetivo de la operación es claro: tener una mejor infraestructura para alimentar sus sistemas de IA con información fiable y bien estructurada. Schwartz, que también asesora en las adquisiciones, lo resume así: "Este es el momento en el que grandes compañías pueden desaparecer si apuestan mal".

"Este es el momento en el que grandes compañías pueden desaparecer si apuestan mal"

La frase, que bien podría sonar a exageración, refleja el vértigo con el que gigantes como Salesforce o SAP se están moviendo para no perder pie en la nueva carrera por la inteligencia artificial. Ninguna de las dos quiere limitarse a añadir funciones inteligentes a sus productos: su objetivo es reescribir la forma en la que operan las empresas, anticiparse a sus necesidades y delegar buena parte del trabajo rutinario. El reto no es menor, sobre todo cuando el terreno tecnológico cambia tan rápido que incluso planificar a un año vista puede parecer ciencia ficción.

SAP también está tirando de talonario para no quedarse atrás. En 2023 anunció que participaba en rondas de empresas de la talla Anthropic o Cohere. Además, su vehículo de inversión SAP.iO ha entrado en compañías como el buscador Jina AI y, más recientemente, en Nova Intelligence, que aplica IA para modernizar los sistemas internos.

Ninguna de las dos quiere limitarse a añadir funciones inteligentes a sus productos: su objetivo es reescribir la forma en la que operan las empresas, anticiparse a sus necesidades y delegar buena parte del trabajo rutinario. El reto no es menor, sobre todo cuando el terreno tecnológico cambia tan rápido que incluso planificar a un año vista puede parecer ciencia ficción.

*Una versión anterior de esta noticia indicaba, por error, que la nacionalidad de la compañía ASML era danesa, cuando realmente tiene su origen en Países Bajos.

En los últimos años, la corona de ser la empresa más valiosa de Europa ha sido un pulso entre LVHM, el conglomerado del lujo francés, y la danesa Novo Nordisk, farmacéutica responsable de crear esa píldora convertida en dieta milagro llamada Ozempic, que es quien ostenta ese título. La tecnología ha estado a punto de mover esta silla y asaltar la cima en dos ocasiones.

Amazon Microsoft Wall Street Journal
El redactor recomienda