Es noticia
El 'tesoro' nuclear de Irán que Israel quiere destruir se llama Fordow y es (casi) inexpugnable
  1. Tecnología
Bajo una montaña

El 'tesoro' nuclear de Irán que Israel quiere destruir se llama Fordow y es (casi) inexpugnable

Su ubicación y su blindaje geológico la hace prácticamente inmune a ataques convencionales. Su existencia fue revelada en 2009 gracias a diversas operaciones de inteligencia

Foto: Vista satelital de Fordow (Maxar Technologies)
Vista satelital de Fordow (Maxar Technologies)

Israel mantiene bajo vigilancia un enclave decisivo en la pugna por el control nuclear en Oriente Medio: la planta subterránea de Fordow, una instalación construida por Irán bajo una montaña cercana a Qom. Su ubicación y blindaje hacen de esta base un objetivo extremadamente difícil de alcanzar mediante ataques convencionales, lo que ha intensificado las tensiones entre ambos países.

La existencia de Fordow fue desvelada en 2009 por una operación de inteligencia conjunta de Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Excavada a gran profundidad y protegida por capas de hormigón reforzado, esta instalación está diseñada para resistir bombardeos y continuar operativa incluso después de un ataque. Su función estratégica es garantizar la continuidad del programa nuclear iraní en cualquier escenario de conflicto.

La planta, rodeada por un cinturón de defensas antiaéreas, alberga más de 400 kg de uranio altamente enriquecido, según estimaciones del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional. Este material podría ser transformado en unas nueve bombas nucleares en apenas tres semanas si Teherán decidiera romper con los compromisos internacionales. La estructura de Fordow no está orientada al uso civil, sino a proteger capacidades clave en caso de una ofensiva extranjera.

Blindaje geológico y resistencia operativa

A diferencia de otras instalaciones como Natanz, que ha sido saboteada en el pasado, Fordow continúa operativa. Las bombas antibúnker más avanzadas, como la Massive Ordnance Penetrator de Estados Unidos, no aseguran su destrucción total. Esta realidad complica cualquier intento por parte de Israel de neutralizar la amenaza mediante una operación aérea directa

Foto: Imágenes de satélite de la planta de enriquecimiento nuclear de Natanz, atacada por Israel. (Reuters/Maxar Technologies )

La reciente Operación Am Kalavi, lanzada por Israel, fue interpretada por analistas como un mensaje claro a Irán: no se tolerará la materialización de un arma nuclear. Aunque Fordow no fue blanco directo, su papel simbólico en la narrativa israelí ha cobrado fuerza. El riesgo no se limita a esta instalación: al sur de Natanz, en la montaña Kūh-e Kolang Gaz Lā, Irán construye un nuevo complejo conocido como Pickaxe, aún más profundo y difícil de inspeccionar por la comunidad internacional.

La reactivación de Fordow tras el abandono del acuerdo nuclear de 2015 por parte de Estados Unidos refuerza la sospecha de que Irán podría estar preparando el terreno para una ruptura con el Organismo Internacional de Energía Atómica. Esta posibilidad elevaría significativamente el nivel de tensión regional y obligaría a reconfigurar las alianzas diplomáticas en la zona.

Israel mantiene bajo vigilancia un enclave decisivo en la pugna por el control nuclear en Oriente Medio: la planta subterránea de Fordow, una instalación construida por Irán bajo una montaña cercana a Qom. Su ubicación y blindaje hacen de esta base un objetivo extremadamente difícil de alcanzar mediante ataques convencionales, lo que ha intensificado las tensiones entre ambos países.

Conflicto árabe-israelí Tecnología militar Nuclear
El redactor recomienda