Yo también odiaba el Menú Inicio de Windows hasta que hice esto
El menú de inicio de Windows es poco práctico. Instalar alguna de estas alternativas es la mejor solución
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Por mucho que las lleve en su nombre, las ventanas no son el elemento diferenciador que permite distinguir a Windows de otros sistemas operativos. Ese elemento, al menos en mi humilde opinión, es el menú de inicio (que oficialmente se llama Menú Inicio). El famoso repositorio desplegable que permite acceder a todo el software que tenemos en el PC lleva con nosotros desde Windows 95, y ha pasado por múltiples lavados de cara hasta llegar a lo que es hoy, una parte del PC completamente anacrónica e inútil… espera, ¿qué?
Sí, me temo que este es uno de esos temas que no nace precisamente desde el cariño. El Menú Inicio de Windows tenía sentido en Windows 95 porque solucionaba un problema muy concreto. En aquellos tiempos permitía al usuario el acceso a la lista de programas instalados en la computadora, una lista a la que originalmente se accedía desde algo llamado Administrador de Programas. En las primeras versiones de Windows, el administrador quedaba oculto por las ventanas abiertas, así que Microsoft lo cambió por un botón siempre visible y muy conveniente que debutó comercialmente al ritmo de la canción Start Me Up de los Rolling Stones. Sí, aún recuerdo ese detalle. Han cantado señor mayor y vamos para vejestorio.
Windows 95 no solo introdujo el Menú Inicio. También añadió una función que, a la postre, se ha comido buena parte de la funcionalidad y el sentido que tenía ese menú. Esa función no es otra que la barra de tareas. Quizá es mi manera de usar Windows, pero mis aplicaciones imprescindibles están todas en la barra de tareas. Cuando necesito algo que no está en esa barra, lo invoco escribiendo sus primeras letras desde el botón de búsqueda. En cuanto a mis archivos, accedo a ellos usando directamente el explorador, o desde accesos directos en el escritorio. En ese escenario, el Menú Inicio es como el meme de Loki en su celda. Debo estar realmente desesperado para acudir a él en busca de ayuda. Normalmente, queda reservado a casos extremos en los que estoy buscando una aplicación cuyo nombre no recuerdo, o directamente cuando no sé lo que estoy buscando y ando como un acomodador de cine, revisando filas con la linterna en la oscuridad.
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Un nuevo menú a la vista
Windows 11 no ha hecho mucho por evitar la caída en desuso del Menú Inicio. Más bien lo ha precipitado aún más al vacío. Mi principal queja al respecto es que me obliga a hacer más clics para llegar a la lista de todas las aplicaciones instaladas. No debo ser el único con esa queja, porque el pasado 9 de junio Microsoft anunció la llegada de un nuevo Menú Inicio para Windows 11, y la principal novedad es precisamente que ahora permitirá acceder a la lista de aplicaciones instaladas desde un menú en forma de rejilla en el espacio principal del menú, que ahora también es mucho más grande. En las pantallas con más espacio, podremos ver hasta ocho filas de iconos en lugar de las seis actuales.
Además, se podrá quitar de la vista la sección de aplicaciones y archivos recomendados, que rivaliza con las recomendaciones de Amazon por el podio a la función más inútil. Finalmente, se podrán mantener las secciones que más usemos siempre maximizadas para evitarnos hacer scroll innecesario. No está mal.
El nuevo menú de inicio está aún en fase de desarrollo. Esto significa que solo está disponible para desarrolladores y usuarios aguerridos que gustan de probar lo último de Windows sin filtrar y antes que nadie. Probar funciones que aún están en desarrollo tiene sus riesgos porque a menudo no están completamente pulidas y tienen errores. Si, pese a todo, tienes curiosidad, puedes acceder al nuevo menú inscribiéndote en el programa Windows Insider.
Una vez registrado, solo tienes que activar la descarga de compilaciones de Insider desde el menú de actualizaciones de Windows. Puedes interrumpir tu participación en el programa en cualquier momento. También puedes volver a la versión original de Windows restaurando el sistema operativo desde una copia de seguridad, porque has hecho una copia de seguridad, ¿verdad?
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Si esto de hacer de conejillo de indias de Micrsoft te produce cierto vértigo, no queda otra que esperar a que el nuevo menú se haga público para todos los usuarios mediante la correspondiente actualización. Hasta que llegue ese día, conviene recordar que, aunque pocas y poco intuitivas, hay algunas opciones de configuración para hacer del Menú Inicio actual un lugar un poco más confortable.
Para empezar, recuerda que puedes mover de sitio los iconos de la sección de elementos anclados simplemente manteniendo pulsado el botón del ratón y arrastrándolos de un lado a otro, o haciendo clic derecho y seleccionando alguna de las opciones de mover del menú desplegable. También puedes crear carpetas dentro de los elementos anclados moviendo un icono encima de otro un poco de manera similar a cómo se hace en los iPhone o en Android.
Para añadir aplicaciones a los elementos anclados solo tienes que hacer clic derecho sobre la aplicación que quieras añadir desde la lista de todas ellas en el menú inicio.
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El Menú Inicio tiene algunas posibilidades de personalización desde Configuración / Personalización / Inicio (puedes acceder más rápidamente haciendo clic derecho sobre el propio menú), pero son escasas. La más útil es la posibilidad de añadir carpetas a la parte inferior del menú. La mala noticia es que no puedes elegir libremente qué carpetas quieres añadir y, cuando lo haces, aparecen como iconos bastante pequeños. Menos da una piedra… o Satya Nadella.
Alternativas
Si nada de lo anterior te sirve y echas de menos los tiempos de gloria de Windows 7, te alegrará saber que hay un puñado de aplicaciones de terceros que permiten sustituir el maligno Menú Inicio de Windows 11 por algo infinitamente más usable.
Comencemos por el más sencillo. Se llama Open Shell y es gratuito y de código abierto. Lo que hace Open Shell es recuperar algunas viejas funciones de Windows 7. Entre ellas está, por supuesto, el Menú Inicio tradicional, pero también la barra de estado de Explorer. Para hacer funcionar Open Shell solo hay que descargar su archivo ejecutable desde su página en Github.
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Si lo de activar ejecutables de código abierto no es tu idea de aventura, la alternativa comercial más cercana es StartAllBack. Se trata de un software que recupera el Menú Inicio tradicional de Windows 7, pero también (si así lo quieres), el panel de control y el explorador de archivos tradicionales, la barra de tareas de aquella versión, y hasta los menús contextuales. StartAllBack es una aplicación de pago, pero solo requiere un abono único de 4,99 dólares para obtener una licencia de por vida o 11,99 dólares por una licencia para tres equipos.
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Cerramos el trío de alternativas con la que sin duda es mi favorita. Se trata de Start11. Cuesta 9,99 dólares para una licencia única con una prueba gratuita de 30 días, pero te garantizo que al término de esa prueba será el último Menú Inicio que vas a necesitar. No es solo que permita cambiar el Menú de Inicio de Windows 11 por el de Windows 10 o el de Windows 7 (hay siete modalidades en total). Es que permite personalizarlo absolutamente todo, desde la posición del menú y de la barra de tareas, hasta la distribución y posición de cada icono dentro de ella.
Start11 permite modificar los colores y transparencias del menú, y hasta la manera en la que el cuadro de búsquedas nos ordena los resultados. La aplicación forma parte de la suite de personalización de Windows Object Desktop, creada por una compañía llamada Stardock. Quizá no te suene, pero en los 90 Stardock revolucionó la personalización de Windows con varias aplicaciones que permitían alterar el aspecto visual y las funciones de Windows. Ahora, todas esas aplicaciones (incluyendo Start11) se venden en un solo paquete que puede hacer que tu PC parezca una computadora sacada del laboratorio de Tony Stark o de Microsoft dentro de 20 años. Su mayor problema es que funciona por suscripción y cuesta 49,99 dólares al año. Si compras alguna de sus aplicaciones por separado puedes suscribirte con descuento.
Pagar por cambiar el menú de inicio puede sonar excesivo, pero no es algo que se deba tomar como un simple capricho estético. Tener un Menú Inicio bien organizado ayuda mucho a saber dónde está cada cosa y acceder a ella con mucha más rapidez. Las funciones de Start11 no solo son mucho más avanzadas que las del menú nativo actual. De hecho, también son mejores que los cambios que Microsoft ha anunciado este mes y que aún no han llegado. No puedo decir que desde que tengo Start11 mi productividad se hya incrementado, pero al menos no enarco una ceja cada vez que abro el Menú Inicio tratando de encontrar aquella app que llevo meses sin usar.
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Por mucho que las lleve en su nombre, las ventanas no son el elemento diferenciador que permite distinguir a Windows de otros sistemas operativos. Ese elemento, al menos en mi humilde opinión, es el menú de inicio (que oficialmente se llama Menú Inicio). El famoso repositorio desplegable que permite acceder a todo el software que tenemos en el PC lleva con nosotros desde Windows 95, y ha pasado por múltiples lavados de cara hasta llegar a lo que es hoy, una parte del PC completamente anacrónica e inútil… espera, ¿qué?