Sin explosivos ni pólvora: Japón afirma haber construido un cañón capaz de derribar el misil más rápido del mundo

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Japón ha mostrado por primera vez su nuevo cañón electromagnético montado en un navío de la Fuerza de Autodefensa Marítima, un prototipo concebido para neutralizar misiles hipersónicos sin necesidad de pólvora ni explosivos. Esta tecnología forma parte de un programa nacional de innovación militar iniciado en 2016 por la Agencia de Adquisición, Tecnología y Logística (ATLA).

El arma se ha instalado en el JS Asuka, buque experimental donde se han realizado las primeras pruebas reales en condiciones marítimas. A diferencia de los sistemas convencionales, el cañón dispara proyectiles metálicos impulsados por energía eléctrica, lo que permite alcanzar velocidades de hasta Mach 6.5 y eliminar el uso de combustión química.

Los misiles hipersónicos suponen una amenaza crítica debido a su capacidad para superar los 7.000 kilómetros por hora y modificar su trayectoria en vuelo. Esta combinación de velocidad y maniobrabilidad complica su interceptación mediante métodos tradicionales. La solución japonesa busca anticiparse a este desafío con un sistema que puede disparar en ráfagas, aumentando así las probabilidades de impacto.

El proyectil utilizado, de 320 gramos y fabricado con aleación de tungsteno, ha sido diseñado para soportar aceleraciones extremas de hasta 30.000 G. Además, la potencia de disparo puede ajustarse en función de la distancia al objetivo, lo que permite reducir el desgaste interno del cañón y optimizar la eficiencia del sistema.

Resultados técnicos y vida útil del sistema

Durante las pruebas realizadas en 2023, el sistema logró completar 120 disparos consecutivos sin mostrar daños críticos en los raíles, gracias a la sustitución del cobre por materiales más resistentes. La estabilidad en el vuelo del proyectil es otro de los objetivos del desarrollo, ya que una trayectoria mal controlada puede reducir significativamente la letalidad.

El diseño se ha complementado con un sistema de control de tiro que gestiona el lanzamiento, analiza los datos de sensores externos y calcula la trayectoria e impacto. Esta integración permite reaccionar ante amenazas en tiempo real, algo crucial ante proyectiles que cruzan el cielo a velocidades hipersónicas.

Uno de los principales desafíos tecnológicos está en el consumo energético. Cada disparo requiere más de 5 megajulios y se prevé escalar hasta los 20 megajulios. En plataformas móviles, como los buques, esto obliga a desarrollar generadores compactos y sistemas de almacenamiento específicos que garanticen una fuente de energía constante y fiable.

La miniaturización del sistema y la mejora de sus componentes son esenciales para su futura operatividad. Japón no solo trabaja en proyectiles perforantes, sino también en versiones que exploten en el aire, adaptadas para destruir amenazas aéreas en movimiento.