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España necesita un carro de combate a futuro: cómo será la próxima generación de tanques
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tanques sí, ¿pero cuáles?

España necesita un carro de combate a futuro: cómo será la próxima generación de tanques

Tanques sí, tanques no, prosigue el debate. Pero los hechos son los que son: a día de hoy, nadie renuncia a los grandes blindados. España, tampoco. La pregunta entonces es: ¿cómo será la próxima generación?

Foto: KF51 Panther. (Rheinmetall)
KF51 Panther. (Rheinmetall)
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Antes de la guerra de Ucrania, muchos analistas militares dieron al carro de combate por muerto. Un sistema de armas ya amortizado pensado para conflictos de otra época. Y aunque la invasión rusa ha demostrado que siguen siendo imprescindibles en toda operación bélica; las cifras de bajas y la llegada de los drones plantean un futuro desafiante. Tanques sí, tanques no, prosigue el debate entre expertos (y no tan expertos) en la materia. Pero los hechos son los que son: a día de hoy, nadie renuncia a los grandes blindados. España, tampoco. La pregunta entonces es: ¿cómo será la próxima generación?

Si bien no debemos sacar conclusiones precipitadas (o generalizadas) del conflicto ucraniano, han quedado demostradas al menos dos cosas: no existe el tanque invulnerable, pero es clave posicionarlos estratégicamente sobre el terreno. El punto es que deben evolucionar. Y para hacerlo hay dos claras vías.

La primera es basarse en lo que se denomina sistemas legacy. Esto es, potenciar y mejorar un modelo ya conocido. La ventaja de esta fórmula es que es barato y rápido. Ha sido el método que había utilizado tradicionalmente Rusia, cuya mayoría de blindados son modelos de herencia soviética.

La otra vía es innovar y fabricar nuevos modelos partiendo de cero. Si se acierta con el diseño, puede ser un escenario ideal. Pero es lento, arriesgado y, sobre todo, muy caro. Como no es rentable hacer nuevos diseños cada poco tiempo, la práctica habitual es evolucionar modelos probados hasta un límite razonable y, con todo lo aprendido hasta ahí, sentarse en la mesa de dibujo. Esto es lo que se ha hecho en Occidente.

El límite de la modernización

placeholder Prototipos del T-14 Armata. (Vitaly Kuzmin)
Prototipos del T-14 Armata. (Vitaly Kuzmin)

Rusia, para sorpresa de muchos, se adelantó en el diseño de tanques cuando presentó al mundo su T-14 Armata. Era algo innovador y rompía con su tradición de basarse en sistemas legacy con un concepto diferente y prometedor. Se abandonaba la clásica torre tripulada para concentrar los tres carristas en un habitáculo muy protegido en la barcaza. Ha sido la mayor innovación rusa desde la Segunda Guerra Mundial. El problema es que, aparte de los prototipos que sacaron en aquellos desfiles del 9 de mayo, no se han visto en producción y, por lo que llega por medios y analistas especializados, están plagados de problemas.

Foto: El MGCS será el carro de combate franco-alemán de nueva generación. (Hensoldt)

En Occidente, aunque también se ha investigado en conceptos radicales, pasaron cosas diferentes. Los diseños de blindados como el Leopard 2 y el Abrams demostraron ser superiores a sus homólogos rusos en casi todos los aspectos. Mucho mejor diseñadosrecordemos el vulnerable carrusel del cargador automáticos de los rusos–, mejor protegidos (bastante más pesados) y bien armados, podían mantener su hegemonía con pequeños retoques.

Todo lo anterior hizo que tanto el Abrams como el Leopard se hayan exprimido la modernización hasta el límite de lo razonable. El paradigma es el Leopard 2A8, que dispone de un cañón mejorado (120/55 A1), defensas activas, alertadores, blindaje reforzado en zonas críticas, estación remota de armas de pequeño calibre (RWS) y sofisticados sistemas de ocultación.

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El A8 es, quizás, la culminación de un diseño de éxito y es normal (y acertado) que muchos países se hayan decantado por modernizarse con este modelo, incluido España. Aquí los planes pasan porque el Ejército de Tierra adquiera 50 ejemplares nuevos y se modernice la flota de Leopardo 2E para llevarlos a ese estándar. Es la vía más pragmática y eficiente para actualizar nuestro poder blindado pesado.

Conceptos del futuro

Hay, sin embargo, varios problemas. El primero es que al A8 ya no se le puede poner nada más, pues alcanza un peso de 70 toneladas. Este es el límite marcado por la propia infraestructura viaria, que no aguantaría en muchos casos semejante tonelaje. Además, tanta sofisticación hace que cada vehículo sea muy caro y lento de fabricar, lo que nos lleva de nuevo al dilema de calidad versus cantidad. Tanto sensor y sistemas puede suponer que sufran una elevada degradación a los pocos días de entrar en combate, y esto implica una elevada huella logística y un personal, tanto en operación como en mantenimiento, muy bien adiestrado.

placeholder Prototipo del Leopard 2A8 en pruebas. Este ejemplar lleva una RCWS tras el puesto del cargador. (KMW)
Prototipo del Leopard 2A8 en pruebas. Este ejemplar lleva una RCWS tras el puesto del cargador. (KMW)

El horizonte cercano nos va a traer otro problema serio. Mientras que las armas contracarro van a seguir evolucionando y serán más eficaces y más letales, con los diseños actuales (recordemos, al límite de las 70 toneladas), no va a ser posible ninguna mejora convencional. No va a quedar más remedio que empezar algo nuevo desde cero. Pero a la hora de estudiar cómo debería ser ese nuevo diseño, se han de tener en cuenta diversos factores.

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Esta evolución hacia un nuevo modelo se debe hacer desde una óptica técnica y monetaria, con un diseño nuevo e innovador que busque economías de escala en la "familia de blindados". Es decir, aprovechar al máximo los elementos que puedan ser comunes para un carro de combate, un vehículo de combate de infantería (VCI), un blindado de ingenieros y zapadores o una artillería autopropulsada.

También se debe contemplar el aspecto doctrinal. Aquí habrá que tener en cuenta el empleo conjunto de elementos tripulados y no tripulados, analizar cuál es el número idóneo de unidades en juego y el empleo coordinado de medios pesados y ligeros. Por último, no habrá que olvidar el aspecto táctico, adaptando la forma de operar y maniobrar con estos elementos en un entorno de combate que va a ser diferente al actual.

placeholder La inspiración del Abrams se nota en el carro surcoreano K2. (Hyundai Rotem)
La inspiración del Abrams se nota en el carro surcoreano K2. (Hyundai Rotem)

Un problema de peso

Este proceso de análisis nos muestra que el tanque del futuro debería erigirse sobre los mismos tres pilares fundamentales de sus predecesores. Son sus capacidades básicas y lo que aportan al combate: movilidad, protección y potencia de fuego. El gran hándicap es el peso y, por tanto, muchas de las soluciones deben ir encaminadas a reducirlo en la medida de lo posible.

Foto: Recreación artística del Boeing Phantom Works F-47. Nótese los canards cerca de la cabina. (USAF)

En movilidad algunas de estas soluciones nos llevarían a torres automatizadas y tripulaciones reducidas, nuevos tipos de orugas más ligeras y motores más potentes y eficientes. Con esto, el carro del futuro sería más compacto y en un rango de entre las 50 y 60 toneladas, con 3 o 4 tripulantes en la barcaza, orugas de material sintético y nuevos motores híbridos con una relación potencia/peso no inferior a los 25 CV/tonelada. Como ejemplo de modelos actuales, el M1A2 Abrams SEPv3 tiene 22 CV/t, en el Leopard 2A7+ son 23 CV/t, en el Leclerc de 26 CV/t, el K2 Black Panther de 27 CV/t y el T-90M de 23 CV/t.

placeholder Carro de combate Abrams M1A2 SEPv3, una de las versiones más potentes de este modelo. (GDLS)
Carro de combate Abrams M1A2 SEPv3, una de las versiones más potentes de este modelo. (GDLS)

En cuanto a la protección, habrá que buscar soluciones integrales, con blindajes más eficientes sin incremento de peso, cámara acorazada para tripulación, defensas electromagnéticas, sensores y sistemas de ocultación mucho más avanzados.

Por último, en cuanto a la potencia de fuego, el arma principal podría evolucionar hacia los cañones de mayor calibre, por ejemplo, los de 130 mm, siempre y cuando no se vea comprometida la reserva de municiones. Aquí se genera otro intenso debate entre quienes prefieren cañones de 120 mm, pero con mayor reserva de proyectiles, o los que sacrificarían parte de esa munición por disponer de un arma más potente. En cualquier caso, no se debería contar con menos de 40 proyectiles.

Foto: Los camiones rusos GAZ-69 son piezas de museo que Rusia está sacando de los almacenes para trasladar soldados en el frente ucraniano. (Alf van Beem/CC)

Otros aspectos de este último pilar serían disponer de una segunda línea de fuego con arma de 12,70 mm (mínimo) e incluso de 20 mm. Cargador automático (con santabárbara protegida), proyectiles inteligentes y programables, ayuda a la toma de decisiones con inteligencia artificial e integración con varios tipos de vehículos no tripulados. Metan todo esto en una coctelera, agítenlo bien y, tal vez, tengan el carro de combate del futuro.

¿Y en Europa, qué?

En Europa, clave para los intereses y decisiones de España, hay tres propuestas que conducen hacia el blindado del futuro. Son el programa europeo Marte, el desarrollo alemán Panther KF51 y el franco-alemán MGCS.

El primero (Main Armoured Tank of Europe) es un programa financiado con fondos europeos, con una amplia participación de países y empresas. De España participan, entre otras, Indra, EM&E (Escribano), Piedrafita Systems, Santa Bárbara Sistemas, Sapa y Sener Aeroespacial. El presupuesto inicial para el proyecto es de algo más de 20 millones de euros y todo hace indicar que el resultado no será un nuevo vehículo, sino un compendio de posibles soluciones que luego se puedan aplicar a otros modelos.

placeholder Carros de combate Leopardo del Regimiento Acorazado Castilla. (Juanjo Fernández)
Carros de combate Leopardo del Regimiento Acorazado Castilla. (Juanjo Fernández)

El Panther KF51 es un desarrollo propio de la empresa alemana Rheinmetall sobre el que empezó a trabajar en la segunda mitad de la década pasada. No es en realidad un nuevo diseño, puesto que se basa en la barcaza de un Leopard 2A4, pero sí incorpora una nueva torre con dos tripulantes, cañón de 130 mm Rh 130 L52 y cargador automático, pero con solo 20 disparos. Este modelo ha conseguido reducir el peso a las 60 toneladas, pero más que un carro del futuro parece un paso de transición para quienes vayan a modernizar o ampliar sus flotas actuales.

El programa más importante es el MGCS o Main Ground Combat System. Es un desarrollo franco-alemán que sí busca algo nuevo para reemplazar a los Leopard y Leclerc. Originalmente era la empresa KNDS la encargada de todo, a su vez formada por la francesa Nexter (ahora KNDS Francia) y la alemana KMW (Krauss-Maffei Wegmann, ahora KNDS Alemania). Pero una vez iniciado el proceso, se unió Rheinmetall en 2019. Esto generó muchísimas tensiones en la parte francesa por lo de siempre, liderazgos y reparto de tareas, aunque se suavizaron con la incorporación en 2025 de la francesa Thales. Todo esto ya les sonará del programa del caza europeo FCAS, en el que participa España.

El MGCS busca producir el carro de combate del futuro y se creará una familia de blindados buscando esa comunalidad que consiga abaratar costes. Aún no hay propuestas concretas sobre armas o sistemas, pero es seguro que incluirá muchas de esas características deseables para la siguiente generación de blindados.

placeholder Carro de combate Leopardo 2E. Brigada Guadarrama XII. (Juanjo Fernández)
Carro de combate Leopardo 2E. Brigada Guadarrama XII. (Juanjo Fernández)

España siempre ha estado como un posible socio de este programa y ha mostrado un claro interés. De hecho, en el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa presentado recientemente por el Gobierno, se destinan 5 millones de euros al "Desarrollo de un sistema de combate terrestre superior que sustituya para 2040 a los carros de combate Leclerc (FR) y Leopard (AL)", es decir, al MGCS. Esta cantidad, es evidente, solo cubriría los estudios preliminares.

España debe hacer algo y engancharse a algún programa pensando en el futuro. De lo que se hace en Europa, el MGCS es lo que va mejor encaminado y no es mala idea subirse a este carro (nunca mejor dicho) si el liderazgo técnico lo continúa llevando Alemania. El problema, como siempre, va a ser cómo entraría España – que lo haría con Indra y Escribano – y si al final seremos iguales a la hora de poner dinero, pero comparsas en las decisiones y reparto de trabajos.

Antes de la guerra de Ucrania, muchos analistas militares dieron al carro de combate por muerto. Un sistema de armas ya amortizado pensado para conflictos de otra época. Y aunque la invasión rusa ha demostrado que siguen siendo imprescindibles en toda operación bélica; las cifras de bajas y la llegada de los drones plantean un futuro desafiante. Tanques sí, tanques no, prosigue el debate entre expertos (y no tan expertos) en la materia. Pero los hechos son los que son: a día de hoy, nadie renuncia a los grandes blindados. España, tampoco. La pregunta entonces es: ¿cómo será la próxima generación?

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