Comencé a hacer la compra con ChatGPT. Ahora ya no quiero volver atrás

Comprar algo a lo loco solo es divertido cuando se dispone de una fuente ilimitada de dinero. El común de los mortales no tenemos ese privilegio, y el margen de error a la hora de comprar un nuevo vestido, unos zapatos para correr, una cafetera, un móvil, un PC o un coche es bajo. En otras palabras, que es preferible acertar a la primera en lo que compramos, y ello requiere de un largo y tedioso proceso de investigación que puede durar meses. Eso suponiendo que no nos dé la temida parálisis por análisis y nos quedemos dándole vueltas a varios modelos tanto tiempo que las ofertas pasan de largo.

Hace un tiempo comencé a usar ChatGPT en el móvil. Al principio lo usaba como lo hacía con otros asistentes de voz, formulando preguntas sencillas que no me apetecía buscar en Google. Pero pronto, el chatbot de OpenAI demostró tener unas capacidades que ni Siri, ni Alexa ni el asistente de Google tenían. La mayor fortaleza de la IA es su capacidad para cruzar enormes cantidades de datos de manera rápida y siguiendo instrucciones formuladas de forma bastante intuitiva. Esa capacidad de entender nuestra manera de hablar y filtrar información se puede usar para muchas cosas, y una de ellas es precisamente ayudarnos a comprar con precisión.

Pongamos que queremos comprar un móvil. Las páginas de análisis como Me lo Compro son muy útiles en los últimos pasos de la decisión de compra, cuando ya hemos reducido nuestras opciones a dos o tres modelos definitivos, y queremos comprobar qué opina sobre él un experto que ya lo ha probado. El mayor problema a la hora de comprar llega en los primeros estadios del proceso de decisión. Normalmente, todos comenzamos con una marca, o un conjunto difuso de características en mente, pero materializar esas especificaciones puede complicarse mucho. Incluso aunque tengamos un modelo concreto en la cabeza, es probable que existan catorce variantes del mismo que difieren en tres o cuatro de sus cifras. La cantidad de información que hay que revisar es enorme.

TE PUEDE INTERESAR

Quería llevar una IA conmigo a todas partes. Me ha cambiado el día de forma radical

Carlos Zahumenszky

Todo eso, por supuesto, asumiendo que conozcamos perfectamente lo que significan los términos técnicos y las cifras. Si no estamos familiarizados con modelos de procesador, tipos de puertos de transmisión de datos en una placa madre, o tecnologías de iluminación en paneles LED, la cosa puede ponerse realmente complicada muy rápido. A veces podemos tener suerte y encontrar un artículo que desgrane los diferentes tipos de tarjeta de memoria que existen, pero hasta encontrar textos de ese tipo es un trabajo en sí. Para hacer las cosas más difíciles, Google parece más interesado últimamente en mostrarnos resultados patrocinados y anuncios, que en llevarnos a la información que estamos buscando.

ChatGPT como asistente de compra

ChatGPT (o cualquier otro chatbot de nuestra preferencia) es excelente encontrando y sintetizando precisamente ese tipo de datos. Eso sí, para que el proceso sea realmente efectivo es indispensable que la IA tenga acceso a Internet para poder buscar y comparar datos online.

¿Qué consume más batería, una pantalla SuperLED o una OLED? ¿Es mejor un SSD SATA o un M2? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de una cafetera de prensa francesa? Estas son solo algunas de las preguntas que podemos hacerle a un chatbot conectado. Podemos profundizar más y resolver dudas mucho más concretas como “¿Qué modelos de smartwatch Android tienen lectura de electrocardiograma?”

Es más, podemos pedirle que simule ser un asistente de compra y nos recopile lo que opinan los expertos de un producto determinado. En todos estos casos ChatGPT no se inventa las respuestas, las resume de lo que encuentra en Internet, sean páginas como la nuestra, foros especializados o casas de locos en las que se mueve muy buena información como Reddit. Además, podemos chequear las fuentes que ha tomado para su respuesta en el mismo chat, lo que siempre es una cierta garantía de transparencia. En cualquier caso, una vez la IA nos haya ayudado a afinar nuestra compra, siempre es bueno confirmar los datos manualmente pro si hay algún error. Uno de los fallos más comunes es el de nomenclatura. En el ejemplo de arriba, es posible que ChatGPT no sepa bien cuál de los smartwatch tiene o no lectura de electrocardiograma porque el fabricante ha llamado a esta función SuperHeart Rate o alguna bufonada de marketing similar.

La clave de encontrar buena información con ChatGPT es hacer las preguntas o prompts lo más concretos posible. Cuántos más datos le des al chatbot, más completa y útil será su respuesta. No es lo mismo preguntar: “¿Qué móvil me compro por 200 euros?” que “Actúa como si fueras un asistente de compras y aconséjame qué móvil Android con buena cámara y batería puedo comprar por menos de 200 euros”. A partir de ahí podemos ir afinando los resultados para que elimine una marca que nos no guste de la ecuación o busque en rangos de precios un poco mayores.

Una de las ventajas de los chatbots es que aún no están vinculados a contenidos patrocinados, por lo que sus resultados están libres del sesgo de los anuncios. Eso los hace buenos asistentes con los que buscar, por ejemplo, cuáles son los modelos de un producto con mejores reseñas o críticas a lo largo de diferentes plataformas. El quid es que, aunque ChatGPT no tiene contenidos patrocinados (aún), las páginas en las que busca sí pueden estar patrocinadas o tener sesgo. No está de más revisar las fuentes que los chatbot usan por si acaso.

Una de las cosas que más sorprende de ChatGPT es que incluso es "consciente" de las diferentes ofertas sobre un producto concreto y no duda en recordárnoslas. Buscando en Amazon, por ejemplo, no solo podemos preguntarle por los productos mejor valorados, sino que podemos curiosear si el precio ha varíado algo en los últimos meses de una manera similar a como hacen plataformas tipo CamelCamelCamel. El chatbot hasta se permite recomendar productos parecidos si detecta ofertas en ellos.

Cómo ya adelantaba arriba, en realidad no hay nada de lo que hacen las IA que no podamos hacer nosotros mismos. Simplemente, lo hacen de manera mucho más rápida y conveniente. También cometes errores y son suceptibles a sesgos preestablecidos. Eso hace que su mejor posición es la de procesar datos para dejarnos a nosotros la labor de interpretarlos.

Listas de la compra y viajes

Las IA no solo son buenas ayudándonos a elegir un dispositivo electrónico. Otro uso de los chatbots mucho más útil de lo que parece es el de elaborar listas de la compra. En mis pruebas con ChatGPT descubrí que el Chatbot no solo calculó bastante bien las cantidades de alimentos para una familia de tres miembros durante una semana. Además se ofreció a elaborar un menú con los mismos ingredientes que había seleccionado.

A partir de una lista de la compra de ese tipo se pueden hacer decenas de ajustes. Puedes pedirle al chatbot que tenga en cuenta intolerancias alimentarias o dietas específicas para eliminar ciertos alimentos de la ecuación ("Elimina los camarones de la lista que me has dado"). Hasta puedes solicitar ingredientes alternativos si no te gusta alguno ("Cambia el pollo por otra cosa que vaya bien con ese plato"), ajustar la receta para un número diferente de personas, o pedir recetas diferentes. Igual que ocurre al investigar sobre un smartwatch, conviene recordar que las IA cometen fallos y no tienen la experiencia profesional de un profesional real. Si necesitas una dieta por motivos médicos, lo que debes buscar es un médico, no un chatbot.

En lo que ChatGPT, Gemini o Copilot no son tan buenos es en calcular el precio de los productos de una lista de la compra. Es normal teniendo en cuenta la cantidad de establecimientos diferentes (muchos de ellos offline), y las variaciones locales de precios. A resultas de ello no suele acertar si le pedimos que haga una lista de la compra con un límite de precio.

La cosa cambia radicalmente cuando hablamos de sectores en los que los precios son mucho más cerrados porque proveedores forman parte de un sistema centralizado y online al que ChatGPT puede acceder a su antojo. Es el caso, por ejemplo, de las agencias de viaje. Atrás quedaron los tiempos en los que había que pasar horas consultando mapas para dar con un hotel que esté dentro de nuestro presupuesto y no nos quede a tres horas del centro de la ciudad que queremos visitar.

TE PUEDE INTERESAR

Soy un desastre con las llaves y la cartera. Este accesorio para Android lo ha solucionado

M. Mcloughlin

Igual que en los casos anteriores, un buen prompt como hace milagros cruzando datos: “Voy a viajar a Milán en septiembre. ¿Puedes buscarme habitaciones de hotel para tres personas (dos adultos y un niño de 9) que queden lo más cerca posible del centro de la ciudad y cuesten menos de 200 euros la noche? Cuántos más datos le des a la IA, mejor será su respuesta. No basta con “busca vuelos baratos a Madrid en junio”. Es mucho mejor “Voy a viajar a Madrid entre el 15 y el 30 de junio. Búscame vuelos baratos para tres personas en esas fechas”. Hasta la fecha, ChatGPT es el que ofrece respuestas más precisas en materia de viajes, aunque Gemini se le acerca mucho porque tiene acceso nativo al sistema de búsqueda de vuelos de Google.

Las respuestas de ChatGPT en materia de vuelos y hoteles se basan ahora mismo en plugins que a su vez consultan plataformas de turismo como eDreams, Skyscanner, Lastminute, o Kayak. En principio, el chatbot no puede buscar en otras plataformas sin el permiso expreso de las mismas, pero se puede llegar a ampliar la búsqueda en cierto modo si le hacemos curiosear en comparadores con los que sí haya llegado a un acuerdo. La mejor parte de usar chatbots para comprar es que también puedes preguntarles por esos pormenores sobre su funcionamiento. Poco a poco, van ganando transparencia sobre las fuentes que consultan, y eso siempre es una buena noticia.

___________________

El Confidencial elabora estas reviews, comparativas y guías siguiendo un criterio estrictamente editorial. El equipo detrás de ¿Me Lo Compro? tiene en cuenta tendencias, actualidad del sector, interés de la audiencia, así como criterios de calidad y precio para la elección de los productos y servicios que analiza. Las muestras han sido facilitadas por las compañías de manera temporal, sin ningún tipo de contrapartida, compromiso de publicación o beneficio de cualquier otra naturaleza. El texto incluye una selección de botones/enlaces para comprar el producto al menor precio posible. El Confidencial puede generar ingresos por las ventas de estos productos, pero la inclusión de estos enlaces cumple una mera función de servicio al lector dentro de un contenido periodístico. El sistema de afiliación y la publicidad programática son las únicas vías de monetización de la sección ¿Me Lo Compro?, además de las suscripciones al periódico que generan estos contenidos. En ningún caso se publican contenidos o análisis patrocinados.