Alerta a Elon Musk de un fallo de seguridad en Tesla y lo que le sucede parece una película de terror

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Christina Balan, una exingeniera de Tesla, ha logrado que la justicia ordinaria reabra su caso tras años de litigios. La extrabajadora sostiene que fue obligada a dimitir después de alertar sobre un posible fallo de seguridad en el sistema de frenado del Model S. Según su testimonio, el desencadenante fue una advertencia que trasladó directamente a Elon Musk, cumpliendo con una política corporativa que animaba a escalar los problemas sin intermediarios.

Balan sospechaba que las alfombrillas del suelo del vehículo podrían provocar interferencias en el frenado, como ocurrió en su día con Toyota. La situación dio un giro inesperado cuando acudió a una reunión esperando encontrar al consejero delegado. En su lugar, se presentó un abogado acompañado por varios empleados de seguridad. Fue entonces cuando, según ella, se le planteó un ultimátum: renunciar o exponer a su equipo, compuesto por migrantes en trámites de residencia, al riesgo de ser deportados.

La renuncia, escrita a mano por la propia ingeniera, incluía una nota en la que afirmaba haber sido coaccionada: “Me vi forzada a dejar el cargo por atreverme a hablar con la alta dirección”. Este documento fue clave para impugnar el procedimiento de arbitraje al que Tesla había derivado la disputa laboral.

El arbitraje obligatorio, extendido en grandes corporaciones de Estados Unidos, permite resolver conflictos laborales fuera del sistema judicial. Balan, que se representó a sí misma durante gran parte del proceso, incluso mientras luchaba contra un cáncer, logró que un tribunal anulase esta vía.

El relato de Balan sobre la cultura interna de Tesla

En una entrevista reciente, la ingeniera describe un ambiente laboral hostil y altamente jerarquizado. Según ella, Elon Musk apenas acudía al centro de trabajo dos veces al mes y no dudaba en adoptar represalias contra quienes cuestionaban las decisiones de la dirección. “Quiero demostrar quién es realmente este monstruo”, declaró. “Está disfrutando mientras hace daño a la gente y luego les obliga a renunciar a su libertad de expresión y al derecho a demandar”.

La compañía ya había acusado públicamente a Balan de emplear recursos internos para fines no autorizados. No obstante, hay documentos internos que contradicen esta versión y reflejan que actuó bajo órdenes de la dirección. Un antiguo alto cargo, Daniel Ho, llegó a elogiar su trabajo con las palabras: “Sin ingenieros creativos como tú, esta sería solo una marca más”.

De momento, Tesla no ha emitido comentarios públicos tras la anulación del arbitraje. La ingeniera, por su parte, confía en llevar su testimonio a juicio abierto, donde aspira a exponer lo que considera un caso paradigmático de abuso de poder dentro del sector tecnológico.