Trump exime a los teléfonos, ordenadores y chips de los aranceles a China y al resto del mundo
Las exclusiones se aplican sobre teléfonos móviles, ordenadores portátiles, discos duros, microprocesadores y chips de memoria, así como máquinas utilizadas para fabricar semiconductores
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El Gobierno estadounidense ha anunciado una serie de exenciones arancelarias para teléfonos móviles, ordenadores, microprocesadores y otros productos electrónicos que se aplicarán a los gravámenes ordenados el pasado 2 de abril por el presidente Donald Trump.
Las exenciones, publicadas en un boletín de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del país, representan una limitación de los gravámenes al excluir estos productos de dos tipos de aranceles: el arancel del 125% aplicado a China y el arancel base del 10% para casi todos los demás países.
Esta medida podría aliviar el impacto de los aranceles en los consumidores y beneficiar a empresas como Apple y Samsung Electronics, entre otras. Las exclusiones se aplican sobre teléfonos móviles, ordenadores portátiles, discos duros, microprocesadores y chips de memoria, así como máquinas utilizadas para fabricar semiconductores, en un guiño al gigante de Taiwan Semiconductor Manufacturing Co.
Esta medida supone una nueva cesión de la Administración Trump a las empresas estadounidenses, que han vivido momentos con caídas generalizadas en todos los sectores, pero con especial incidencia en las tecnológicas. Las siete magníficas (Apple, Microsoft, Tesla, Nvidia, Alphabet, Meta y Amazon) en un momento vieron evaporados más de 5,3 billones de dólares al verse afectados su cadena de suministros, muy ligada a la producción de componentes en China, por los aranceles.
Es significativo el caso de Apple. La tecnológica, con sede en Cupertino, California, tiene en su producto estrella, el iPhone, el perfecto ejemplo de las dificultades que generan los nuevos aranceles para las interconexiones económicas de Silicon Valley. Así, manteniendo los márgenes con los que opera la empresa dirigida por Tim Cook, sus productos pasarían a valer más 2.200 dólares, como exploraba Michael Mcloughlin hace escasos días en El Confidencial.
Por su parte, Tesla ha visto como su acción pasaba de cotizarse a cerca de 283 dólares el pasado 2 de abril, el 'día de la Liberación' en el que Trump presentó sus disruptivas medidas, a hacer suelo en los 221 dólares. Todo en mitad de un enfrentamiento de Elon Musk, vinculado al presidente pero sin un puesto oficial en la Administración, con el consejero de Comercio de la Casa Blanca, Peter Navarro, a cuenta de los aranceles. "Navarro es más tonto que un saco de ladrillos", le espetó en X (antes Twitter) el magnate sudafricano.
Navarro is truly a moron. What he says here is demonstrably false.
— Elon Musk (@elonmusk) April 8, 2025
¿Primer paso a la desescalada?
De esta forma, la comunicación del estamento aduanero ahonda más en el recule realizado por la Casa Blanca en su hasta ahora fallida estrategia arancelaria. Sobre todo porque China, pese a la exponencial alza de los aranceles de estos días entre Pekín y Washington, queda también bajo el paragüas de esta exención.
Porque en la balanza comercial entre ambas potencias, el peso del sector tecnológico es vital. Según los datos de 2024, Estados Unidos compró bienes chinos por valor de 438.000 millones de dólares. Sin embargo, en sentido inverso solo fluyeron bienes por valor de 143.500 millones de dólares. Un desajuste comercial que roza los 300.000 millones de dólares y que está en el centro del segundo mandato de Trump desde su vuelta al poder.
El Gobierno estadounidense ha anunciado una serie de exenciones arancelarias para teléfonos móviles, ordenadores, microprocesadores y otros productos electrónicos que se aplicarán a los gravámenes ordenados el pasado 2 de abril por el presidente Donald Trump.