Estudian un embalse en Huelva y descubren cómo obtener fácilmente un auténtico 'tesoro' mineral

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Un equipo científico ha identificado en Nerva un yacimiento natural de cobre y zinc que se genera anualmente sobre antiguos residuos mineros. El fenómeno permite recuperar metales clave sin perforaciones ni grandes costes operativos.

Durante los meses secos, una extensa capa de cristales aparece sobre el suelo de un embalse abandonado en el municipio de Nerva, dentro de la Faja Pirítica Ibérica. Lo que a simple vista parece una formación sin valor, esconde un recurso geológico con alto potencial económico y estratégico.

Investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) han confirmado que estas sales sulfatadas eflorescentes contienen concentraciones destacables de cobre, zinc, arsénico, cobalto y níquel. Estos elementos están disueltos en las aguas ácidas que, al evaporarse por efecto del calor, dejan tras de sí depósitos fácilmente recolectables.

Una estrategia de bajo impacto para recuperar materias primas

El autor principal del estudio, Julio César Arranz-González, explicó en una entrevista en Radio Huelva (Cadena SER) que “el sol hace el trabajo de concentración y la recolección sería tan sencilla como cosechar sal en una salina”. La propuesta, según el equipo, permitiría una extracción anual de hasta 422 kilogramos por hectárea de cobre y una cantidad más o menos equivalente de zinc.

La superficie actualmente aprovechable es de 2,5 hectáreas, aunque los investigadores consideran factible extenderla hasta 4 hectáreas con obras menores. La actividad se centraría en el raspado superficial de las sales y su posterior disolución para separar los metales mediante técnicas hidrometalúrgicas.

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Este procedimiento, descrito en la revista científica Minerals Engineering, ofrece una forma de recuperación que evita el impacto ambiental asociado a las explotaciones tradicionales. Se trataría de un proceso que podría repetirse cada verano y que encaja con los principios de economía circular defendidos por la Unión Europea.

“Es una especie de minería renovable”, señaló Arranz-González. La posibilidad de obtener materias primas estratégicas como el cobre, el cobalto o el níquel sin recurrir a nuevas perforaciones otorga a esta iniciativa una dimensión geopolítica adicional, en plena transición energética.

Una oportunidad para revalorizar residuos mineros

El área de estudio se encuentra próxima a la antigua planta de procesamiento mineral de La Naya, y conserva materiales erosionados, escombros y lixiviados que generan estas formaciones cristalinas de forma natural. El equipo ha recogido muestras de aguas y sólidos para su análisis mineralógico y geoquímico.

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Los datos preliminares apuntan a una viabilidad prometedora. Sin necesidad de grandes inversiones, el aprovechamiento de este fenómeno podría convertir pasivos contaminantes en fuentes secundarias de recursos minerales, alineadas con los objetivos medioambientales del continente.