En Guadalcanal comenzó todo. El arma que cambió la guerra en realidad nunca fue un arma
Esa campaña marcó el primer gran contraataque de los Aliados contra el Imperio japonés y representó un punto de inflexión crítico en la guerra. Desde entonces, el radar adquirió una importancia cada vez mayor
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Tras las batallas del Mar del Coral y Midway, la Campaña de Guadalcanal, librada entre el 7 de agosto de 1942 y el 9 de febrero de 1943, marcó el primer gran contraataque de los Aliados contra el Imperio Japonés y representó un punto de inflexión crítico en la guerra. La campaña comenzó como parte de los esfuerzos aliados por frenar la expansión japonesa en el Pacífico Sur y proteger las rutas de suministro entre Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Guadalcanal, en las Islas Salomón, se convirtió en un objetivo clave debido a la construcción de un aeródromo japonés en la isla, que amenazaba las líneas de comunicación y suministro aliadas.
El descubrimiento, el 4 de julio de 1942, de que Japón estaba construyendo ese aeródromo encendió todas las alarmas en los mandos estadounidenses y les dio la excusa necesaria para tomar la iniciativa para frenar las obras de ese aeródromo, antes de que estuviera operativo. Esto desencadenó la conocida como Campaña de Guadalcanal, que se prolongó por espacio de medio año.
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Para cuando se resolvió la cuestión, se habían librado cinco grandes combates de superficie y dos batallas de portaaviones en las que los hombres de los buques de superficie nunca vieron a sus adversarios. Entre una acción y otra hubo combates casi diarios entre barcos y barcos, barcos y baterías costeras y barcos y aviones. Una parte del océano al norte de Guadalcanal fue bautizado como Iron bottom Sound (estrecho del fondo de hierro) por los supervivientes, debido a las docenas de barcos y aviones que se hundieron allí durante las acciones navales que comprendieron esta campaña. El radar adquirió una importancia cada vez mayor, convirtiéndose a finales de 1942 en un arma decisiva.
Los primeros equipos de radar naval de EEUU en 1942
A principios de 1942, la Marina estadounidense sólo disponía de radares CXAM, que he descrito en otro artículo, en algunos buques de guerra. A medida que avanzaba el año, se empezaron a instalar en portaaviones, acorazados y cruceros equipos FC, posteriormente Mark 3, para la guía de las baterías antiaéreas.
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En marzo, los equipos FD, más tarde Mark 4, empezaron a instalarse en todos los buques principales, con algunos destructores equipados hacia finales de año. Estos radares funcionaban a 750 MHz, fueron diseñados en los Bell Labs, y se convirtieron en los primeros equipos estadounidenses desplegados utilizando el magnetrón de cavidades resonantes. El diseño básico del FD fue el radar de dirección de tiro para la artillería antiaérea de la Armada hasta el final de la guerra, con una versión de seguimiento automático de 910 MHz, el Mark 12, introducida a finales de 1943.
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El FD tenía un haz de búsqueda muy estrecho, lo que era poco adecuado para el seguimiento de aviones que volaban muy bajo, algo que los aviadores japoneses detectaron enseguida. Para los blancos de superficie, los FC y FD eran menos adecuados, debido a que las interferencias provocadas por las olas de la superficie del mar creaban numerosos errores de interpretación de los ecos recibidos, pero suministraban datos fiables cuando se disparaba contra objetivos aislados.
Las limitaciones de los equipos FC y FD llevaron a los laboratorios Bell a fabricar el radar de control de tiro Mark 8 −aquí se puede consultar el manual de uso de este equipo−, que sería el estándar, junto con el director de cañones Mark 34, en la segunda parte de la guerra. Casi al mismo tiempo que se instalaban los FC y FD, los cruceros y destructores empezaron a recibir el radar de alerta temprana SC, un equipo de 200 MHz similar al CXAM pero con una antena más pequeña.
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El radar naval de microondas SG
Más importante que cualquiera de los anteriores fue el SG, el equipo de 3 GHz resultante de los primeros experimentos con el magnetrón de cavidades resonantes llevados a cabo en el Radiation Laboratory. El prototipo se envió rápidamente al Laboratorio de Investigación Naval para que lo modificaran y lo adaptaran a las duras condiciones de un buque de guerra y poco después, se entregó a la Raytheon Corporation para su producción. En el verano de 1942, cuando empezaron los combates en las aguas de las Islas Salomon, el SG era el único radar que diferenciaba claramente un barco de los ecos provocados por la línea de costa y por esta y otras razones, se convirtió en el radar de ayuda a la navegación esencial. A principios de 1943 los cruceros y destructores empezaron a llevar de forma rutinaria un SG para búsqueda en superficie, un SC para alerta aérea temprana y uno o más FD para control de tiro de los cañones antiaéreos. El SG fue el equipo de radar básico durante el resto de la guerra. Los portaaviones, además de estos, llevaban el más pesado CXAM de alerta temprana y su evolución posterior, el SK.
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La comprensión por parte del almirante de Nimitz de cuáles eran los puntos fuertes y las limitaciones del radar fue muy beneficiosa para la Marina estadounidense. Apoyó activamente el establecimiento en Pearl Harbor de un centro de entrenamiento para operadores de radar, compuesto por escuelas de mantenimiento, operación, dirección de cazas y tácticas. La última, la Escuela Táctica de Radar, impartía instrucción a los oficiales de mando, que permitió superar dos ideas erróneas establecidas entre los marinos: (1) el radar no se utilizó en la batalla de Jutlandia −al no existir entonces− y, por tanto, carecía de importancia y (2) el radar era una caja mágica en la que bastaba con apretar el botón y la batalla estaba ganada. Ambas actitudes todavía eren dominantes durante 1942.
El radar en las operaciones terrestres
Los marines estadounidenses desembarcaron en Guadalcanal el 7 de agosto de 1942 y allí descubrieron dos radares. Durante los primeros meses de la Guerra del Pacífico no se pensó en la posibilidad de que Japón dispusiera de esta técnica, por lo que no se disponía de receptores adecuados para buscar las emisiones que habrían revelado la existencia de un radar. Los aparatos japoneses descubiertos eran para alerta aérea. Uno de ellos fue puesto de nuevo en servicio poco después de su llegada al Laboratorio de Investigación Naval para su estudio. Tenía una potencia máxima de 5 kW y un alcance de unos 150 km.
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Desde el momento de los desembarcos estadounidenses hasta que el último japonés se retiró de Guadalcanal el 8 de febrero de 1943 se sucedieron combates casi continuos por tierra, mar y aire. El objetivo de los contendientes era bastante simple: el control del aeródromo construido en la isla por los japoneses, Henderson Field. Una vez tomado por los estadounidenses, se organizó una defensa contra la aviación japonesa basada en equipos SCR-270, llegado a Guadalcanal en septiembre y SCR-268, que detectaban a los atacantes, dependiendo de la altitud, a distancias de hasta 200 km. Los aviones japoneses procedían de Rabaul, en Nueva Bretaña, y de Buka y Buin, en Bougainville. Los operadores llegaron a ser expertos en determinar tanto el número como el tipo de los aviones atacantes. El tiempo de alerta así recibido bastó para que los cazas defensores sobrevolaran directamente Henderson Field a una altitud que les daba ventaja. Un aspecto extremadamente valioso del aviso por radar fue que no se necesitaron patrullas aéreas, lo que permitió ahorrar combustible, aviones y pilotos, todos ellos escasos y al límite.
La evolución posterior de la guerra durante 1943
A finales de 1943 se habían desarrollado dos direcciones estratégicas. MacArthur debía despejar las Salomón y parte del archipiélago Bismarck para avanzar por el norte de Nueva Guinea hasta Filipinas. Nimitz debía atravesar los cinturones defensivos de bases isleñas desplegadas por todo el Pacífico para unirse a MacArthur en la ofensiva final en un lugar aún por decidir. En la expansión inicial, Japón había acuartelado muchos lugares por todo el Pacífico y confiaba en que cada uno de ellos exigiera un precio caro por cada insignificante atolón. Pero una vez que estas bases perdieron sus aviones y no pudieron recibir reabastecimiento, se convirtieron en campos de prisioneros administrados por Japón. Entonces quedó claro que sólo era necesario tomar las que ofrecían puerto y campos de aviación para el siguiente paso a través de las inmensas distancias del Pacífico.
En las sucesivas operaciones de desembarco que se fueron sucediendo durante 1943 y el principio de 1944, el radar LW/AW −Light Weight /Air Warning− australiano fue el primer equipo en llegar a las playas, reforzado a principios de 1944 por el SCR-602, con objeto de proporcionar alerta aérea frente a las incursiones japonesas.
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Una vez aseguradas las islas, la defensa aérea local dependía de una combinación de equipos pesados de gran alcance SCR-270 y SCR-268; junto con el SCR-602 y especialmente el LW/AW, que se situaba con más facilidad sobre el terreno que los primeros. Este fue el desempeño, cada vez más importante, del radar aliado, tanto terrestre como sobre todo naval.
Ignacio Mártil es Catedrático de Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid, miembro de la Real Sociedad Española de Física y autor del libro 'Microelectrónica. La historia de la mayor revolución silenciosa del siglo XX'.
Tras las batallas del Mar del Coral y Midway, la Campaña de Guadalcanal, librada entre el 7 de agosto de 1942 y el 9 de febrero de 1943, marcó el primer gran contraataque de los Aliados contra el Imperio Japonés y representó un punto de inflexión crítico en la guerra. La campaña comenzó como parte de los esfuerzos aliados por frenar la expansión japonesa en el Pacífico Sur y proteger las rutas de suministro entre Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Guadalcanal, en las Islas Salomón, se convirtió en un objetivo clave debido a la construcción de un aeródromo japonés en la isla, que amenazaba las líneas de comunicación y suministro aliadas.