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"Europa necesita un DOGE". Por qué las operadoras están hartas y piden copiar a EEUU
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EL GRAN TEMA EUROPEO DEL MWC

"Europa necesita un DOGE". Por qué las operadoras están hartas y piden copiar a EEUU

El gremio de las operadoras ha sido uno de las grandes protagonistas del Mobile World Congress. Piden a Bruselas que cambien las normas del juego para igualar a China y EEUU en 5G y mantener el pulso tecnológico

Foto: Un visitante pasea por el MWC. (Reuters/Albert Gea)
Un visitante pasea por el MWC. (Reuters/Albert Gea)

El Mobile World Congress, que este jueves cierra sus puertas, ha sido el retrato perfecto del papel que cada potencia está jugando en la industria tecnológica. Por una parte, Estados Unidos, mostrándose fuerte en todo lo que se refiere a la inteligencia artificial, la nube y los semiconductores. Por otra parte, China, dominando con fuerza todo lo relacionado con la electrónica de consumo y los coches eléctricos e inteligentes. Y en medio, Europa, con prácticamente ningún representante en estas ligas y con las operadoras llevando la voz cantante y alertando de cómo la Unión Europea se juega caer en la irrelevancia tecnológica en los dos próximos años si no toma medidas al respecto.

Todo el sector ha aprovechado la cita, una vez más, para pedir a Bruselas que mueva ficha y deshaga la maraña regulatoria en la que ha convertido un sector clave para avanzar en áreas tan importantes como la inteligencia artificial, la conducción autónoma y otros campos de la economía digital. No es ni mucho menos la primera vez que denuncian que las actuales reglas del juego han empujado a las operadoras a un laberinto que les impide dar pasos en firme en cuestiones como el despliegue del 5G. “Ya se empezó a ver un cambio después de la pandemia con el frente de las grandes tecnológicas y la necesidad de que aportasen al desarrollo de las redes”, comentan fuentes del sector.

Foto: Una visitante, en las inmediaciones del recinto del MWC. (EFE/E. Fontcubert)
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“Pero ahora es diferente. La llegada de Trump ha cambiado la visión por completo y ha reforzado mucho el mensaje de que la clave es la autonomía estratégica. Se ha visto en materia de defensa, pero se va a extender a muchos otros ámbitos”, apuntan estas mismas voces, que insisten en que, aunque Europa va rezagada en la carrera del 5G, existen oportunidades para recuperar terreno en los dos o tres próximos años.

Es probable que el común de los mortales se vea perdido en esta materia que afecta a las cañerías de internet y las comunicaciones en el Viejo Continente. También es probable que le asalten decenas de preguntas sobre el asunto. ¿Cómo que vamos retrasados con el 5G si llevo dos años con esta conexión? ¿Cuáles son estas condiciones tan leoninas? ¿Realmente hay tantos operadores en Europa? Aquí hay cinco datos que ayudan a entender las claves de esta batalla y por qué los operadores han lanzado una bengala de auxilio.

Casi una operadora… por cada millón de europeos

La Unión Europea creó en su momento una hoja de ruta que ha convertido el mercado único en lo que se puede definir como un enjambre de telecos. En lugar de fomentar unos pocos jugadores fuertes, lo que se perseguía era que cada país tuviera un puñado de actores.

¿Para qué? Bruselas buscaba garantizar precios y servicios asequibles, teniendo al menos cuatro operadores en cada mercado. También consideraba que diversificar las redes de comunicación entre varias empresas las haría, sobre el papel, más resistentes a ataques o amenazas externas. Además, obligó a las compañías con red propia a ‘alquilar’ su red a operadores virtuales (OMV) para que la infraestructura no fuese una barrera de entrada al negocio.

placeholder El presidente de Telefónica, Marc Murtra. (EFE/A. García)
El presidente de Telefónica, Marc Murtra. (EFE/A. García)

¿En qué ha derivado esto? En un escenario donde hay casi una operadora (0,85) por cada millón de ciudadanos europeos. En Estados Unidos esta cifra cae hasta 0,28 y en China a 0,014. El problema también reside en las cuotas de mercado. Por ejemplo, en la UE, las cinco mayores operadoras suman menos del 60% de cuota, según datos de Analysis Mason. Esa es la misma cifra que atesora China Mobile, la mayor telco de la potencia asiática. En territorio americano, el 98% se lo reparten entre tres actores.

Esta situación, explican las empresas del sector, ha impedido crear supercampeones europeos de las telecomunicaciones lo suficientemente acaudalados para afrontar las inversiones que requiere el desarrollo de redes como el 5G, que obliga a construir la infraestructura desde cero.

El 85% de las redes las pagan las telecos

La GSMA, la patronal de operadores que organiza este encuentro, liberó esta semana un informe en el que analizaba quién paga la infraestructura de internet. El documento, realizado por la consultora internacional Kearney, estimaba que cada año se invierten en las infraestructuras de red un total de 127.000 millones de euros. De esa cantidad, 109.000 millones salen de las arcas de las operadoras. El texto incluía una llamada a la “acción política” para facilitar el retorno de esta inversión clave para la economía digital.

Datos como este son los que suelen abanderar estas compañías, que han puesto en su punto de mira a las grandes tecnológicas, empresas que generan ingentes cantidades de dinero gracias a las autopistas que ellas levantan y mantienen. Un informe de Sandvine publicado hace dos años afirma que el 60% del ancho de banda mundial está ocupado por Netflix, Microsoft, Google, Meta, Apple y Amazon. Seis empresas, todas ellas estadounidenses. No hay datos actualizados, pero es más que probable que OpenAI haya entrado con fuerza desde el lanzamiento de ChatGPT en estos ránquines.

El pulso es antiguo. Las operadoras reclaman que estas compañías contribuyan y las tecnológicas responden que no, argumentando que sus negocios permiten a las telecos vender planes y tarifas más completas. El pulso es antiguo. Las operadoras reclaman que contribuyan y las tecnológicas dicen que no, que sus negocios les ayudan a vender planes y tarifas más completas y que pueden cobrar más por ellas. La UE exploró la posibilidad de un sistema de retribución pero no se llegó a poner en marcha con el cambio de Comisión y es una tarea que sigue sobre la mesa.

Un 2% de 5G 'pata negra'

La CEO de Vodafone Europa, Margherita Della Valle, daba en este MWC un dato preocupante. “Apenas el 2% de los europeos tiene acceso al 5G SA”, aseguraba la principal directiva de la compañía de origen británico.Estamos celebrando este congreso en Barcelona porque en la era del 2G (cuando se trasladó aquí), Europa estaba liderando. En la era del 5G no”.

placeholder Margherita Della Valle. (Reuters/Albert Gea)
Margherita Della Valle. (Reuters/Albert Gea)

Es probable que muchos de los que leen estas líneas piensen que este dato está mal, porque ellos llevan viendo el icono del 5G en sus teléfonos desde hace tiempo. Por eso es importante diferenciar entre 5G non-standalone y 5G standalone.

El primero es una solución que la industria se sacó de la manga para dar el salto a la nueva generación de internet. Utilizando la red 4G existente y haciendo ciertas modificaciones y actualizaciones, se conseguía ofrecer mayor velocidad de bajada y de subida. Sin embargo, para tener todas las ventajas del 5G había que desarrollar una nueva red. Una vez conseguida, se accede a más velocidad, menor latencia y otras ventajas como mayor flexibilidad, escalabilidad y menos riesgo de congestión. Además, lograr desarrollar una red 5G SA es un paso imprescindible para el 6G.

¿Un 2% es poco? Depende del reflejo en el que uno se mire. Si Europa lo hace en el espejo de países como China o la India, la fotografía es peligrosa. Un informe de Ookla, una empresa especializada en análisis de redes móviles y banda ancha, metía el dedo en la llaga. Utilizando la herramienta Speedtest, tomó muestras de varios países con unos resultados bastante clarificadores.

Foto: Peggy Johnson, CEO de Agilitic Robotics. Foto: Mike Blake (Reuters)

En China, 8 de cada 10 muestras se habían hecho con una conexión 5G SA. En India, prácticamente 6 de cada 10. En tercer lugar, más distanciada, estaba Estados Unidos, con una de cada cuatro. ¿Y la UE? Solo una de cada 100 muestras. Es cierto que no se puede hacer una equivalencia exacta, pero este estudio es una interesante muestra del atraso que lleva esta parte del mundo.

Della Valle aseguró que hay que trabajar en dos frentes: flexibilizar “el músculo innovador” y “ser capaces de escalar la innovación”, así como “las inversiones”. Aun así, la ejecutiva recordó que, al contrario de lo que ocurre en otras áreas, “las teleoperadoras de la región” están bien posicionadas en lo que se refiere al conocimiento y el “know-how” del negocio.

“Hay varios factores en juego para explicar el lento despliegue”, explica Luke Kehoe, analista de Ookla, en conversación con este periódico. Explica que los operadores europeos “han estado muy limitados” en términos de inversión, con unos ingresos “estancados o en declive”. Además, señala que muchos de los casos de uso y de negocio que se prometieron cuando se empezó a desplegar el 5G no se materializaron, algo que supuso un desincentivo y “un freno a la inversión”. Este analista cree también que los tipos de interés altos han dificultado la obtención de financiación para las nuevas infraestructuras.

270 reguladores diferentes a los que dar explicaciones

Una de las cosas más señaladas por las telecos fue la política bruselense hacia el sector de las telecomunicaciones y el sector tecnológico. Marc Murtra, nuevo presidente de Telefónica, se estrenó en el Mobile con un discurso inaugural en el que pedía cambios normativos que allanasen la concentración del mercado. “El exceso de regulación en el sector tecnológico y la insuficiente rentabilidad del sector han lastrado a Europa, que se ha quedado rezagada”, decía el principal directivo de la operadora española.

Pero si alguien fue contundente en este punto fue Tim Höttges, consejero delegado de Deutsche Telekom, que estalló en una mesa redonda con varios de sus homólogos continentales. “Europa necesita un DOGE”, afirmó. Por ese nombre se conoce, por cierto, al departamento de eficiencia gubernamental que Musk dirige a petición de Trump. “Tengo que dar explicaciones a 270 reguladores. De privacidad, de seguridad, nacionales, locales… Eso no se puede llamar mercado único”. El teutón no dudó en establecer su receta para solucionar esto: “Copiar lo que hacen en Estados Unidos”. Un mercado que conoce bien porque su empresa cuenta con T-Mobile, una de las principales operadoras de EEUU, como subsidiaria.

Si hubo una cita en la que se manifestaron los abismales enfoques de regulación en este aspecto fue en un cara a cara que mantuvieron Brendan Carr, el elegido de Trump para la Comisión Federal de Comunicaciones, y Henna Virkkunen, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica. Carr definió como “desesperante” el marco regulatorio a este lado del Atlántico frente a las “facilidades que se ofrecen en EEUU” para crecer a escala. Recordó que en su caso, la consolidación permitió aumentar las inversiones y crecer en escala. “Era tan simple como desregular”, remató.

placeholder El CEO de Deustche Telekom, Tim Höttges. (EFE/A. Garcia)
El CEO de Deustche Telekom, Tim Höttges. (EFE/A. Garcia)

Virkkunen mantuvo un tono mucho más sosegado y reconoció que “hay tiempos de cambio que exigen actuar” para asegurar que la UE mantiene el ritmo de la innovación. “Nuestro objetivo es la simplificación”, fue lo único que se limitó a decir la representante del ejecutivo comunitario.

14,7 euros por cliente móvil

Otro de los datos que suele salir a colación en citas como esta es lo que en el mundillo económico se conoce como ARPU o ingreso promedio por usuario. En el caso de Europa, el ARPU medio por cliente móvil es de 14,7 euros y por cliente de banda ancha fija de 21,8. En Estados Unidos es de 37,37 euros en el primer caso y de 50,8 en el segundo.

La pregunta que todo el mundo se hace en este punto, cuando los operadores piden una concentración y menos jugadores en el terreno, es si esto impactará en el coste de las tarifas. “Existe un vínculo estadístico claro entre precios más altos y mercados más concentrados”, afirma en este punto Luke Kehoe. “Es decir, los mercados con tres operadores suelen tener tarifas más elevadas para los consumidores en comparación con los mercados con cuatro operadores, donde el coste por gigabyte es menor”.

Aquí entra en juego lo que definan las autoridades y los reguladores. Por ejemplo, si dan luz verde a ciertas fusiones, podrían establecer letra pequeña para mantener ciertos servicios a un coste asequible. En este punto, Kehoe también dice que los operadores tienen margen para utilizar fórmulas mixtas como la de suministrar 5G standalone a los clientes que realmente lo necesiten y estén dispuestos a pagar un sobreprecio por ello. Explica que en mercados como Tailandia o Alemania, los operadores han creado tarifas específicas para streaming o gaming, garantizando cosas como mejor latencia a cambio de suscripciones más altas y más rentables para ellos. “En general, los operadores buscan desarrollar este tipo de soluciones para aumentar sus ingresos y mejorar la rentabilidad, pero todavía estamos en una fase inicial y queda mucho trabajo por hacer”.

El Mobile World Congress, que este jueves cierra sus puertas, ha sido el retrato perfecto del papel que cada potencia está jugando en la industria tecnológica. Por una parte, Estados Unidos, mostrándose fuerte en todo lo que se refiere a la inteligencia artificial, la nube y los semiconductores. Por otra parte, China, dominando con fuerza todo lo relacionado con la electrónica de consumo y los coches eléctricos e inteligentes. Y en medio, Europa, con prácticamente ningún representante en estas ligas y con las operadoras llevando la voz cantante y alertando de cómo la Unión Europea se juega caer en la irrelevancia tecnológica en los dos próximos años si no toma medidas al respecto.

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