El asalto de Elon Musk a la Agencia Tributaria de EEUU que amenaza con contagiar a España
Cada vez más voces en nuestro país piden crear una unidad de eficiencia gubernamental (DOGE) como la liderada por Musk en EEUU. Una iniciativa así, sin embargo, no solo sería ilegal, también pondría en peligro la legitimidad del Estado
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"DOGE se está convirtiendo en un movimiento global. Lo necesitamos en España". "Las cosas que están encontrando sobre la ineficiencia del gobierno de EEUU son impresionantes. No quiero ni pensar lo que vamos a encontrar cuando hagamos el DOGE de España". "La motosierra para España". La lista de empresarios, inversores, economistas y políticos en España fascinados por las medidas de Elon Musk para erradicar lo que él califica de "fraude masivo" en el gasto público de EEUU no para de crecer. Su polémico Departamento de Eficiencia Gubernamental, DOGE, no solo ha despedido ya a decenas de miles de empleados públicos y cancelado programas como el USAID, también ha accedido al sistema de pagos del Gobierno y, ahora, a la Agencia Tributaria del país, la IRS. Dicho de otra forma: los datos más sagrados y privados de los ciudadanos (salario, patrimonio, impuestos...) están ya en manos del hombre más rico del planeta. "Es la mayor brecha de información de la historia de EEUU".
Quien firma esta última frase no es ningún congresista de la bancada demócrata, sino Bruce Schneier, criptógrafo, profesor en Harvard y uno de los mayores expertos en ciberseguridad a nivel mundial. Hace seis años lo vaticinó en una entrevista con El Confidencial: "O los gobiernos regulan Silicon Valley o pronto lo lamentaremos". Todo indica que, en efecto, ha llegado el momento de las lamentaciones. Igual que Schneier, múltiples juristas, especialistas en seguridad nacional y en ciberseguridad avisan que el acceso de Musk y su equipo a algunos de los sistemas más sensibles de EEUU, con la excusa de recortar el gasto, supone una temeridad que pone en riesgo al país y que, además, puede tener un peligroso efecto contagio en otras geografías.
"Los enemigos extranjeros suelen pasar años intentando penetrar sistemas gubernamentales como estos. Es probable que servicios de inteligencia hostiles ya estén trabajando para identificar qué miembros del equipo de Musk podrían ser descuidados con sus dispositivos o vulnerables a trampas y coerción", explicaba Schneier hace unos días a The New York Times.
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Las primeras alarmas saltaron a comienzos de este mes, cuando Musk y su equipo recibieron luz verde para entrar en los sistemas del Tesoro de EEUU. De un plumazo, un grupo de "empleados especiales" del DOGE podían saber quiénes eran los destinatarios de los pagos del Gobierno de EEUU. Se trata de billones de dólares en transacciones confidenciales que solo pueden conocer funcionarios de carrera con credenciales especiales y bajo estrictos protocolos de acceso y confidencialidad. El secretario del Tesoro, el inversor y millonario Scott Bessent, nombrado por Trump en noviembre, afirmó que Musk y su equipo solo podían leer los datos, pero varias investigaciones y testimonios de empleados federales, además de las palabras del propio Musk, señalando que revocaría pagos de forma unilateral, confirmaron que el acceso era completo. David Lebryk, alto funcionario del Tesoro durante 36 años, y exjefe del departamento, dimitió de inmediato tras conocerse la intromisión.
El Departamento de Optimizacion del Gobierno de España: DOGE, espera tus propuestas para terminar con el despilfarro socialista y bajar impuestos. https://t.co/b8xH60ZtFc pic.twitter.com/n0v3AYwoKp
— Martin Varsavsky (@martinvars) February 8, 2025
El Tesoro de EEUU no ha sido el único organismo en el que se ha colado el DOGE. En apenas un par de semanas, Musk ha tenido acceso a los datos de empleados federales de la Oficina de Gestión de Personal (OPM, en sus siglas en inglés), a archivos de beneficiarios de ayudas del Departamento de Educación, a información de víctimas y ayudas otorgadas por la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) y a casi la totalidad de los sistemas del Departamento de Trabajo, Energía y Salud. Trump solo habla de los supuestos beneficios de esta maniobra, un ahorro potencial de 1.000 millones de dólares, pero la situación es igual de preocupante en todos estos casos: nadie sabe quién custodia los datos, dónde se han podido almacenar, qué se está haciendo con ellos y qué medidas de seguridad se han puesto en marcha para evitar filtraciones o ciberataques.
Necesitamos un DOGE en España ya. https://t.co/AuqSlvVe6S
— Cris Carrascosa ⚡️ (@CarrascosaCris_) February 5, 2025
A día de hoy se han presentado más de una docena de demandas contra Elon Musk para intentar frenar la apisonadora DOGE, alegando que su acceso a sistemas gubernamentales viola la Ley de Privacidad de 1974. "Están permitiendo que Musk y su círculo de incondicionales traídos de empresas privadas accedan a información personal de millones de americanos, violando todos los requerimientos legales", señala uno de los documentos judiciales.
Entre esos incondicionales está Marko Elez, un ingeniero de 25 años, exempleado de SpaceX y de X, sin experiencia previa en asuntos gubernamentales y forzado a dimitir días después de salir a la luz sus mensajes racistas publicados en redes sociales; también está Tom Krause, director ejecutivo de la empresa Cloud Software Group, con sede en Palo Alto (California), que recientemente firmó un acuerdo de ocho años con Microsoft para comercializar IA generativa. La revista Wired identificó también como empleados de DOGE a, entre otros, Akash Bobba, inversor y exbecario de Meta y Palantir; Edward Coristine, un estudiante que pasó tres meses en Neuralink, la empresa de Musk; y Luke Farritor, exbecario en SpaceX y ganador de una de las ayudas de 100.000 dólares que otorga Peter Thiel por dejar la universidad y montar una startup.
Se trata del arranque de una batalla legal que se extenderá durante meses (si no años) y que, mientras tanto, permitirá a Musk continuar su asalto al activo más preciado de cualquier gobierno en el mundo: sus datos.
Hace dos semanas, una juez federal prohibió de forma temporal a Musk y sus colaboradores acceder a los sistemas gubernamentales mientras revisaba la demanda presentada por los fiscales generales demócratas de 19 Estados por supuesta violación de las leyes federales. Esta semana llegó la primera victoria de Musk: la juez consintió que siguiera accediendo al no ver probado que los estados demandantes pudieran sufrir un daño "inminente e irreparable". La misma juez concedió en su escrito, sin embargo, que el caso de los 19 Estados contra Musk y el DOGE es "fuerte", aunque necesita tener pruebas más sólidas. Tras la resolución, Musk publicó en X una foto suya con los puños en alto como si fuera un gladiador.
"Un atropello a los derechos de los ciudadanos"
Si el acceso a las tripas del Tesoro de EEUU ha generado una encendida polémica, lo que ha ocurrido esta semana ha terminado de elevar el nivel de alerta: el siguiente objetivo del DOGE es la Agencia Tributaria del país, el Internal Revenue Service (IRS). Empleados del organismo han confirmado a medios estadounidenses cómo varios miembros del equipo de Musk trabajan ya en las oficinas centrales del IRS para obtener acceso sin restricciones a los sistemas con el fin de analizar datos de contribuyentes en busca de despilfarro y fraude. Poco después de conocerse la noticia, Michelle King, la directora de la Seguridad Social estadounidense (SSA, en sus siglas en inglés), un organismo que colabora de forma estrecha con la Agencia Tributaria, dimitió tras negarse a colaborar con los empleados del DOGE. Llevaba 30 años trabajando en la Seguridad Social.
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El asalto de Musk a los datos fiscales supone un nuevo nivel de amenaza a la privacidad de los ciudadanos y la seguridad nacional por el aumento del riesgo de ciberataques. Altos funcionarios en España consultados confiesan inquietud por lo que está ocurriendo en EEUU. "Es un atropello a los derechos de los ciudadanos", dice un funcionario con décadas de carrera en la Agencia Tributaria que pide mantener su anonimato. Esta fuente señala a la operativa de Hacienda en España como una prueba del nivel de atropello que está llevando a cabo Elon Musk y el DOGE. "En nuestro país, algo así sería inviable legalmente. Primero, necesitarías modificar el artículo 95 de la Ley General Tributaria, que señala que los archivos de la Agencia Tributaria solo se pueden usar para los fines de la propia agencia y prohíbe su cesión a terceros, salvo en situaciones muy tasadas. Segundo, estarías incumpliendo el Reglamento General de Protección de Datos europeo", explica.
En España, las voces que ahora claman por establecer un organismo similar al DOGE o por aplicar la 'motosierra' de Milei, como el empresario Martín Varsavsky, el exdiputado por Ciudadanos y Policía Nacional Pablo Cambronero, o el economista Daniel Lacalle, entre muchos otros, caen, según especialistas consultados, en el mismo juego de la desinformación y las medias verdades al que están recurriendo Elon Musk y Donald Trump en EEUU.
"El porcentaje del déficit público que se podría reducir con estas medidas sería despreciable. No te sanea las finanzas"
"Me parece razonable que se quiera controlar el gasto público, pero, uno, esos controles ya se hacen, por organismos como la AIReF o la Intervención General del Estado y, dos, no se puede hacer demagogia y confundir a la gente con este tema. El porcentaje del déficit público que se podría acabar reduciendo con estas medidas sería despreciable. No soluciona a nivel macro los posibles desequilibrios, es decir, no te sanea las finanzas", explica a El Confidencial, Francisco de la Torre, inspector de Hacienda del Estado desde hace varias décadas. "Eso sin olvidar que España tiene un problema mucho menor que EEUU en déficit y deuda pública. Quienes proponen un DOGE en España están confundiendo eficiencia económica con ideología sobre en qué les gustaría a ellos gastar el dinero".
El funcionamiento de uno de los organismos en España encargado de supervisar el gasto público, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), explica por qué lo que está ocurriendo en EEUU es una temeridad técnica y por qué su traslado a España sería inviable. "Solo unos 15-20 analistas de un total de 60 tienen acceso a los datos de evaluación del gasto público. Y ni siquiera ellos pueden entrar en las plataformas. Actuamos bajo encargo de las Administraciones Públicas. Ellos nos piden un análisis, nos envían los datos y los evaluamos. Esta información está siempre anonimizada", explica a este diario un alto funcionario de la AIReF.
Este organismo cuenta con un sistema de 'sala segura' en el que sus analistas trabajan en terminales sin conexión a internet, para evitar filtraciones o manipulaciones. Cualquier acceso está monitorizado en tiempo real. "El debate en España sobre una posible unidad de eficiencia gubernamental con acceso a datos administrativos es muy sencillo: o cumples la ley, o no la cumples. Y de acuerdo con la normativa vigente, tanto a nivel nacional como europeo, no es viable que alguien de fuera acceda a información gubernamental que no sea pública".
Las croquetas de la discordia
Algunos expertos consultados alertan de la principal consecuencia que tendrá a medio plazo la unidad DOGE en EEUU y el ruido que generan en España los palmeros de Musk: una pérdida de confianza en las instituciones del Estado.
"Hay una razón principal por la cual los datos de la Agencia Tributaria en España están tan protegidos: para que los ciudadanos confíen en el Estado y los faciliten", explica de la Torre. "Si no se garantiza la máxima privacidad, hay un riesgo terrorífico de que la información se filtre y, sobre todo, de pérdida de confianza de la ciudadanía. En un par de años, cuando EEUU no consiga controlar el déficit, lo único que quedará será la decepción y la desconfianza de la gente que no querrá seguir aportando sus datos fiscales, o lo hará a medias".
La estrategia de Musk con el DOGE es una ejecución de manual de la visión que los 'tecnoligarcas' quieren imponer en EEUU con la administración Trump. "Esto tiene sus raíces en Peter Thiel. Todo el mundo piensa, oh, esta gente quiere reformar el Estado... No, no, no. Quieren arrasarlo, empezar de cero. Si pasas un tiempo leyendo a Peter Thiel, eso es lo que dice. La democracia no funciona, vamos a empezar de cero y construiremos el sistema y la civilización que nosotros queremos", explicaba hace poco en una entrevista la periodista estadounidense Kara Swisher (se puede ver al completo en el vídeo de arriba).
"Todo esto del DOGE y la fiscalización del gasto se está usando para enfrentar a la gente, para polarizarnos todavía más. Y lo están logrando"
En nuestro país, algunos economistas libertarios han aplaudido la acción de DOGE e impulsado la narrativa de Musk. Según el dueño de Tesla, la democracia no existe en EEUU porque está en manos del Estado, de los burócratas. Lo que hay es una "burocracia", decía recientemente, que impide cumplir el mandato de los votantes en las urnas. Su solución es entrar con un buldócer, arrasar con las instituciones del Estado y sus empleados y empezar de cero. Justo igual que hizo tras la compra de Twitter en 2022. Let that sink in.
Francisco de la Torre señala además un delicado frente que el propio Elon Musk ha rehusado concretar: el enorme conflicto de interés que genera su acceso a información gubernamental confidencial. "En esos datos está todo lo que necesita saber sobre su competencia o sobre cómo conseguir contratos públicos millonarios. ¿Quién controla esos conflictos?". Musk planea estrenar este año un servicio de pagos llamado XMoney. Conocer los datos de pagos del Tesoro de EEUU le pueden otorgar una enorme ventaja competitiva frente a rivales como Venmo (propiedad de PayPal), Zelle (propiedad de Bank of America y JP Morgan) o Cash APP, creada por Jack Dorsey, antiguo director ejecutivo de Twitter y fundador de Bluesky.
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Por si fuera poco, muchas de las agencias y organismos que Musk está desmantelando ahora con el DOGE investigaban a alguna de sus empresas. USAID, por ejemplo, llevaba meses detrás de Starlink por su movimientos en la guerra de Ucrania. El Departamento de Empleo y otras agencias investigaban a SpaceX y Tesla por infinidad de denuncias laborales.
El especialista en transparencia del sector público, Jaime Gómez-Obregón, habla de un nuevo tipo de desinformación en este terreno. "La contratación pública es muy compleja y es muy fácil descontextualizar los datos y confundir a la gente. Te doy un ejemplo: encontré un contrato de 100 euros para la compra de croquetas en una Diputación. Colgué el pantallazo en X casi como curiosidad. Pero comenzó a circular la interpretación interesada de que alguien había cargado gastos personales al erario y era corrupción. Cuentas influyentes y muy ideologizadas lo hicieron viral. Resulta que ese gasto era para una residencia de ancianos. Este nivel de transparencia es muy necesario, pero, como se suele decir, un gran poder conlleva una gran responsabilidad", explica Gómez-Obregón a este diario. "La fiscalización ciudadana del gasto público es muy necesaria, pero no puede convertirse en un nuevo macartismo para polarizarnos todavía más. Esto del DOGE tiene de ambas cosas".
"DOGE se está convirtiendo en un movimiento global. Lo necesitamos en España". "Las cosas que están encontrando sobre la ineficiencia del gobierno de EEUU son impresionantes. No quiero ni pensar lo que vamos a encontrar cuando hagamos el DOGE de España". "La motosierra para España". La lista de empresarios, inversores, economistas y políticos en España fascinados por las medidas de Elon Musk para erradicar lo que él califica de "fraude masivo" en el gasto público de EEUU no para de crecer. Su polémico Departamento de Eficiencia Gubernamental, DOGE, no solo ha despedido ya a decenas de miles de empleados públicos y cancelado programas como el USAID, también ha accedido al sistema de pagos del Gobierno y, ahora, a la Agencia Tributaria del país, la IRS. Dicho de otra forma: los datos más sagrados y privados de los ciudadanos (salario, patrimonio, impuestos...) están ya en manos del hombre más rico del planeta. "Es la mayor brecha de información de la historia de EEUU".