Es noticia
Compré una cafetera de cápsulas recargables para ahorrar café. Me quedo con la italiana
  1. Tecnología
El café en cápsulas recargables

Compré una cafetera de cápsulas recargables para ahorrar café. Me quedo con la italiana

Creía que una cafetera con cápsulas recargables iba a ayudarme a ahorrar café, pero no todo es tan barato como parece

Foto: Las cápsulas de café de la Keurig K-Mini Plus son demasiado grandes.
Las cápsulas de café de la Keurig K-Mini Plus son demasiado grandes.

Durante años, en mi casa hemos hecho el primer café del día con una cafetera italiana, pero la icónica machinetta patentada en los años 30 por Alfonso Bialetti tiene sus inconvenientes, así que las pasadas Navidades me puse creativo y decidí regalarme una cafetera con cápsulas reutilizables. Dos meses después, puedo afirmar con conocimiento de causa que las cafeteras con cápsulas de este tipo tienen tantos inconvenientes que la única razón para usarlas probablemente es la medioambiental. La cafetera italiana vuelve a humear todas las mañanas junto al resto de electrodomésticos, y se diría que mira de reojo a su moderna rival con una sonrisa sardónica de café pintada en su cuerpo de aluminio.

Pero empecemos por el principio. ¿Por qué demonios quería yo jubilar la cafetera italiana? Pues porque tenía la sensación de estar tirando el café, y no es un producto barato precisamente. Mi cafetera tradicional da para 12 tazas de las que especifican los fabricantes, que se diría que equivalen en tamaño a un dedal de costura. En el mundo real, esas 12 tazas equivalen a tres tazas normales tipo mug de las que gastamos los yonquis del café que nos levantamos con malas pulgas (todos en esta familia).

A primera hora de la mañana no hay problema porque todos tomamos café, así que el contenido de la cafetera se aprovecha en su totalidad. Sin embargo, cuando llega el segundo café del día estoy solo en casa. Si preparo otra cafetera, el café de dos de las tazas sobra, termina frío y se tira. La alternativa, por supuesto, es tomarme yo solo las tres tazas, pero puedo sentir en la nuca la mirada acusadora de mi cardiólogo a kilómetros de distancia.

Foto: Montaje: EC Diseño.

La opción evidente era hacerme con una cafetera de cápsulas, pero no es la primera vez que tengo esta idea. De hecho puedo sacar alguna de las que aún guardo en el trastero. Que recuerde, hay dos Nespresso, una Dolce Gusto, y una Senseo. Todas ellas han acabado almacenadas por las mismas dos razones: la primera es que las cápsulas desechables son una puñalada trapera al medio ambiente. No lo digo yo. Un estudio encargado hace unos años por la entidad financiera holandesa Rabobank reveló que cada año van a la basura más de 7.000 millones de cápsulas de café desechables. Eso equivale a 13.500 cápsulas por minuto. Para más Inri, la mayor parte de las cápsulas están hechas de plástico o aluminio, y no se reciclan por los canales tradicionales. Hay compañías como Nespresso que tienen sus propios programas de reciclaje (con más de 7.000 puntos de recogida en España), pero me sigue dando la sensación de que es mejor no manchar que tener que limpiar.

Cuestión de coste

La preocupación medioambiental puede aliviarse con un poco de reciclaje, pero hay otra razón por la que las cafeteras de cápsulas cada día me gustan menos, y es que las cápsulas con café son carísimas comparadas con el café tradicional. Poder usar el café molido que yo quiera en una cápsula recargable, y poder hacer un solo café para no desperdiciar fue precisamente lo que me impulsó a comprar la Keurig K-Mini Plus.

Un diseño icónico de 1933
placeholder
La cafetera italiana original
Compra en Amazon
DESCUENTO 10%

No todo es malo en la K-Mini Plus. Es una máquina pequeña y apenas ocupa 10 cm de lado en el siempre demandado espacio de la encimera. También es bastante silenciosa y muy sencilla de usar. Las cápsulas recargables compatibles con la cafetera son de plástico con paredes de malla, y cuentan con un pequeño anillo de silicona para mantener el café molido dentro y no en la taza. Tras casi dos meses de uso puedo atestiguar que son resistentes y que llenarlas y limpiarlas, aunque tedioso, no es especialmente difícil. Eso sí, el depósito de agua de la K-Mini es muy pequeño. Lleno al máximo da como para una taza americana tipo mug llena. Si quieres más agua para no tener que recargar con cada taza tienes otros modelos de Keurig y de otras marcas con mucha más capacidad.

Con todo, lo que más me irrita del depósito no es su volumen, sino que además tiene el fondo plano, lo que obliga a hacer equilibrios con él para que el agua no se derrame cuando lo estamos rellenando e instalando. Teniendo en cuenta que cada taza requiere de llenar nuevamente el depósito, es demasiado equilibrismo al día.

placeholder La cafetera tradicional italiana hace más café con menos molienda.
La cafetera tradicional italiana hace más café con menos molienda.

Con todo, la razón por la que he decidido volver a la cafetera italiana no es otra que el tamaño de las cápsulas. Para que un café quede aceptable hay que rellenar la cápsula hasta arriba, y además prensar el café. He pesado el café necesario para esa operación y me salen 20 gramos por cápsula. Para llenar el depósito de mi cafetera italiana solo necesito 45 gramos y con ella salen tres tazas. Hay otros fabricantes de cafeteras bastante más comedidos a la hora de diseñar sus cápsulas, con capacidades que rondan los 10 gramos en cada dosis. Las cápsulas Nespresso originales apenas necesitan 5 o 6 gramos de café. La primera moraleja de esta historia es que no seas como yo. Cuando compres cafetera mira bien la capacidad de las cápsulas.

Quince gramos menos para hacer la misma cantidad de café no me importarían tanto si no fuera por la calidad. Las Keurig hacen un café muy aguado, tipo americano (no en vano es una marca estadounidense). El sabor del café en la cafetera italiana, en cambio, es mucho más intenso.

El sabor del café en las Keurig es tan liviano que casi parece provenir de una cafetera de goteo y la razón de ello es doble: tiempo y temperatura. Las Keurig hacen pasar el agua caliente por la cápsula, pero esta apenas pasa tres minutos en contacto con el café. Si nos atenemos a lo que dicen los expertos de la Asociación Americana del Café (NCA), para que el café se infusione bien en una cafetera de goteo son necesarios al menos 5 minutos. En lo referente a la temperatura, las Keurig operan a una temperatura un poco menor a la recomendada por la NCA para hacer un buen café (entre 90 y 95 grados Celsius). De nuevo, dos datos a comprobar cuando compres cafetera nueva.

Sobre cafeteras y sus cápsulas

La Keurig K-Mini Plus ha sido un poco decepcionante, pero eso no significa que todas las cafeteras con cápsulas sean malas, ni que las cápsulas recargables sean malas de por sí. De hecho, ni siquiera se puede hablar con propiedad de cafeteras con cápsulas recargables, porque estos consumibles existen para multitud de cafeteras que también tienen cápsulas propietarias. Un buen ejemplo es la Nespresso Vertuo Next, que tiene cápsulas recargables de diferentes marcas y materiales. Las Sesama, por ejemplo, están hechas en acero inoxidable.

Una cafetera versátil
placeholder
Ideal para capsulas reusables
Compra en Amazon
PRECIO MÍNIMO
La versión simple de Vertuo
placeholder
Opciones básicas a buen precio
Compra en Amazon
DESCUENTO 37%
Para la familia Nespresso Vertuo
placeholder
Cápsulas reusabes en acero
Compra en Amazon
PRECIO MÍNIMO
Con tapa de silicona
placeholder
Cápsulas reusables de plástico
Compra en Amazon
PRECIO MÍNIMO

Es importante distinguir entre cápsulas recargables y desechables. Las segundas son de un solo uso y suelen venir en paquetes de muchas unidades. Su sentido es poder usar en nuestra cafetera el café que nos de la gana, pero la idea de comprar una cápsula desechable vacía para llenarla me parece juntar lo peor de ambos mundos. Pierdes la conveniencia de las cápsulas originales, y encima contaminan igual.

Foto: Las mejores cafeteras express para preparar el café perfecto (Freepik)

Para disfrutar de las cápsulas recargables sin remordimientos medioambientales tan solo hay que tomar en cuenta algunas consideraciones. La primera es aceptar que, casi con toda seguridad, el café que salga de ellas tendrá un sabor más suave y menos cuerpo que el de las originales. Incluso si damos con el grosor de molienda perfecto que usa cada máquina, la presión a la que opera una cápsula original sellada no es la misma que la de una que puede abrirse y cerrarse con una tapita. Este problema afecta especialmente a las cafeteras que hacen café tipo expresso mediante cápsulas. Otras cafeteras menos prolijas en espuma como las Senseo admiten cápsulas reutilizables con resultados mucho más parecidos a los de los discos originales. Una posible alternativa son las cápsulas de acero que vienen con tapas de aluminio desechables. Es el caso de estas cápsulas para las Nespresso originales. El problema es que, cuando se agotan las tapas, es preciso comprar más, lo que las convierte en desechables a la postre.

Una Senseo para todo
placeholder
Cápsulas y goteo todo en uno
Compra en Amazon
PRECIO MÍNIMO
Discos de alta resistencia
placeholder
Acero para la Senseo
Compra en Amazon
PRECIO MÍNIMO

El material de la cápsula también es importante. Las de acero son más duraderas que las de plástico y también cierran mejor y soportan más presión y desgaste. Si eres de los que recela de los plásticos por la posible liberación de microplásticos en el organismo, el acero es la elección perfecta. Cualquier sello de silicona y pieza móvil también es un punto débil a tener en cuenta. Dicho todo esto, lo mejor es consultar qué cápsulas recargables hay disponibles para nuestro modelo de cafetera y probarlas. En la mayor parte de casos no perderemos mucho dinero si no nos gustan

___________________

El Confidencial elabora estas reviews, comparativas y guías siguiendo un criterio estrictamente editorial. El equipo detrás de ¿Me Lo Compro?, tiene en cuenta tendencias, actualidad del sector, interés de la audiencia, así como criterios de calidad y precio para la elección de los productos y servicios que analiza. Las muestras han sido facilitadas por las compañías de manera temporal, sin ningún tipo de contrapartida, compromiso de publicación o beneficio de cualquier otra naturaleza. El texto incluye una selección de botones/enlaces para comprar el producto al menor precio posible. El Confidencial puede generar ingresos por las ventas de estos productos, pero la inclusión de estos enlaces cumple una mera función de servicio al lector dentro de un contenido periodístico. El sistema de afiliación y la publicidad programática son las únicas vías de monetización de la sección ¿Me Lo Compro?, además de las suscripciones al periódico que generan estos contenidos. En ningún caso se publican contenidos o análisis patrocinados.

Durante años, en mi casa hemos hecho el primer café del día con una cafetera italiana, pero la icónica machinetta patentada en los años 30 por Alfonso Bialetti tiene sus inconvenientes, así que las pasadas Navidades me puse creativo y decidí regalarme una cafetera con cápsulas reutilizables. Dos meses después, puedo afirmar con conocimiento de causa que las cafeteras con cápsulas de este tipo tienen tantos inconvenientes que la única razón para usarlas probablemente es la medioambiental. La cafetera italiana vuelve a humear todas las mañanas junto al resto de electrodomésticos, y se diría que mira de reojo a su moderna rival con una sonrisa sardónica de café pintada en su cuerpo de aluminio.

Tecnología