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Mientras el USS JFK termina su singladura, Teherán estrena portadrones 'de juguete'
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Mientras el USS JFK termina su singladura, Teherán estrena portadrones 'de juguete'

Después de la Segunda Guerra Mundial, los portaaviones se convirtieron en objeto de deseo de la mayoría de las grandes marinas. Sin embargo, tan sólo unas

Foto: El primer portadrones de Irán. (IRGC)
El primer portadrones de Irán. (IRGC)
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Tras su papel crucial durante la Segunda Guerra Mundial, los portaaviones se convirtieron en objeto de deseo de las grandes marinas. Sin embargo, tan solo un puñado cuenta con este tipo de buques, símbolo de la proyección estratégica por su capacidad de movilizar y desplegar un gran número de aeronaves.

En el mes de febrero, han tenido lugar dos acontecimientos interesantes. Por un lado, el portaaviones CV-67 USS John F. Kennedy arribó a su desguace, después de su baja en 2007. Y casi en paralelo, el brazo naval de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC-N en inglés) mostró su último desarrollo: un buque portacontenedores reconvertido a portadrones de circunstancia.

Porque, aunque prácticamente todas las marinas de guerra tienen interés en contar con un activo de este tipo en su flota, pocas se lo pueden permitir. Con la irrupción de los drones en los últimos años y su uso masivo y diverso en los teatros de operaciones de Ucrania y Oriente Medio, más países hacen de la necesidad virtud, como es el caso de Portugal, y se conforman con estos modelos de segunda categoría. Otros, como Irán, simplemente quieren producir algo con lo que sacar pecho.

A pesar de los intentos por convertirlo en museo, a mediados de enero, el portaaviones CV-67 comenzó en Filadelfia su última singladura en demanda de Brownsville (Tejas), donde será desguazado. Su diseño fue una variante de la clase Kitty Hawk, siendo el último portaaviones de propulsión convencional. Prestó servicio a la US Navy desde 1968 hasta 2007.

Durante este año 2025, deberá entrar en servicio su heredero, el CVN-79 USS John F. Kennedy. Así se mantendrá vivo el legado del carismático 35º presidente de Estados Unidos. Es conveniente citar que en España, por ley, la Armada debe tener siempre un buque que recuerde el nombre del granadero Martín Álvarez, el cual se distinguió por su valor durante el combate en la batalla naval del cabo de San Vicente.

Un portadrones de juguete

Con la popularización de los drones, varios países como Turquía, Portugal o China se han puesto a competir para ver quién consigue el primer buque portadrones (aunque Estados Unidos ya operó en 2021 el dron MQ-25 desde uno de sus portaaviones). También en España, Navantia y Airbus se han puesto a trabajar en la posible integración de drones Sirtap en el buque insignia de la Armada, el portaaeronaves LHD Juan Carlos I.

Foto: EC Diseño.
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El último en apuntarse a esta carrera ha sido Irán. Los Guardianes de la Revolución (IRGC) han presentado su último invento: un buque portadrones prácticamente de juguete. Para ello, los Pasdarán modificaron el buque portacontenedores Perarin, pintándolo de gris e incorporándole una cubierta inclinada, cuatro cables de frenado y un pequeño skijump. Recibió la numeral C110-4 y fue nombrado Shahid Bahman Bagheri. Guardando las distancias, los británicos hicieron algo similar en las Malvinas con el SS Atlantic Conveyor, un buque portacontenedores desde el que operaron helicópteros y aviones de despegue y aterrizaje vertical.

En los vídeos publicados se puede observar tanto el dron Qaem, una versión a escala del Qaher 313, como una variante navalizada con gancho para cable de frenado del popular Ababil 3 despegando y tomando en la cubierta de vuelo. También, se ven helicópteros Mil Mi-171 con lanzadores de cohetes y Bell 206 con misiles antibuque Nasr, así como drones Homa de despegue y aterrizaje vertical, y Mohajer-6 -usados en la Invasión de Ucrania por la Federación Rusa- dotados con armas anticarro Alma y sensores ópticos, y hasta un autogiro. Además, cuenta con un nicho para poder desplegar drones de superficie, lanchas rápidas de ataque y vehículos autónomos submarinos.

Entrando en detalle, la posición de la superestructura compromete claramente la seguridad de las operaciones aéreas. Por un lado, por los rebufos y turbulencias que se pueden generar, afectando a la sustentación en el momento previo a la toma, y, por otro, por la precisión requerida en la aproximación para no chocar contra la cara popel de dicha superestructura. Asimismo, han aprovechado el hueco que queda libre entre la superestructura y el espejo de popa para emplazar hasta 8 misiles antibuque Qader. En esa misma zona, se han colocado dos torretas con cañones de 30 mm y misiles antiaéreos Kowsar.

Foto: A bordo del LHD Juan Carlos I. (Juanjo Fernández)

Dado su origen, es probable que no cuente con los sistemas mínimos (desde un punto de vista occidental) para operar de manera segura aeronaves. Por ejemplo, zonas de la cubierta adecuadas para la expulsión rápida de municiones. Seguramente, tampoco disponga de mejoras estructurales para soportar el impacto de misiles o torpedos. Como curiosidad, incorpora un campo de fútbol sala y baloncesto para descanso de la dotación.

No es la primera vez que los Guardianes de la Revolución sorprenden con buques poco ortodoxos. Podemos recordar el Shahid Mahdavi -derivado del buque portacontenedores Savin- y el Shahid Roudaki -construido a partir del rolón Galaxy F-. Y la Marina civil iraní dispone del Makran -convertido a partir del petrolero Persian Gulf-. Aunque estos buques no dispongan de los sistemas defensivos para participar en una guerra abierta, sí pueden efectuar operaciones de guerra asimétrica o de recolección de información. Así, se especula que otro buque encubierto, el Behshad, ayudó a los juzíes a seleccionar objetivos en el mar Rojo.

Iconos del poder aeronaval

Con la apuesta iraní, queda patente que cualquier marina que se preste quiere contar con un portaaviones -ya sea con capacidad real o residual-. Al hablar de estos grandes navíos, el país de referencia es sin duda Estados Unidos. La nación norteamericana cuenta, actualmente, con la mayor flota de portaaviones del globo. En concreto, dispone de 10 portaaviones de la clase Nimitz y uno de la clase Gerald R. Ford.

Se espera que el segundo ejemplar de esta clase, el CVN-79 USS John F. Kennedy -heredero del CV-67 mencionado- entre en servicio a lo largo de este año con la US Navy. Además, se está construyendo un tercero y hay planes para producir una serie de hasta 10 unidades. Tanto estos, como sus predecesores, cuentan con propulsión nuclear y son capaces de generar más de 200 salidas diarias, algo que ninguna otra marina es capaz de hacer.

Seguidamente, es el turno de Francia, una nación que cuenta con un único portaaviones, pero de propulsión nuclear, el R-91 FS Charles de Gaulle. Al igual que los estadounidenses son de tipo CATOBAR, esto es, los aviones se lanzan mediante catapulta y se recuperan a través de cables de frenado. En la actualidad se está trabajando en su sustituto, denominado portaaviones de nueva generación (PA-NG en francés).

Foto: L61 Juan Carlos I. (Daniel Capilla)

El resto de usuarios de portaviones los tienen de propulsión convencional. Destaca la República Popular de China, con dos portaaviones en servicio -CV-16 Liaoning y CV-17 Shandong- y un tercero en pruebas de mar -CV-18 Fujian-. Este último se encuentra desde el pasado 22 de enero en dique seco. Se espera que sea entregado a lo largo de este año o principios del próximo a la Marina China. Aparte de estos tres, según el último informe publicado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, China estaría trabajando en el futuro Type 004 de propulsión nuclear.

El tercero de ellos, el Fujian, dispone también de catapultas y recuperación mediante cables de frenado -CATOBAR-, mientras que los dos primeros son de tipo STOBAR. Esto es, lanzamiento mediante despegue corto y recuperación con cables de frenado. Ambos disponen de un skijump para facilitar el lanzamiento del avión.

La Federación Rusa está modernizando el único portaaviones que tiene, el Almirante Kuznetsov. Sin embargo, el comienzo de sus pruebas de mar se ha ido posponiendo, por lo que se desconoce cuándo volverá a surcar la mar.

Continuando en Asia, destaca India, que cuenta con dos portaaviones, el INS Vikramaditya y el INS Vikrant. El primero de ellos, entró en servicio en 2014 con la Marina India, mientras que el segundo, producido localmente, lo hizo en 2022. Se espera construir un hermano del Vikrant para sustituir al Vikramaditya.

Foto: Concepto del buque portadrones D. João II. Nótese los drones y lanzadrones sobre la cubierta de vuelo, así como el spot de popa para helicóptero. (Damen)

Hay que mencionar que el INS Vikramaditya es un caso particular, ya que fue vendido por la Federación Rusa a India en 2004. Inicialmente, era conocido como Baku, el cuarto y último buque de la clase Kiev. Se trataba de barcos un tanto particulares, algo a medio camino entre un crucero y un portaaviones. Fueron clasificados en la URSS como ‘crucero pesado de aviación’. Esto les permitía ‘saltarse’ la Convención de Montreux y poder transitar los estrechos turcos -los portaaviones ‘puros’ están limitados a 15000 toneladas de desplazamiento-. Su ala aérea embarcada se componía de aviones Yak-38 STOVL -despegue corto y aterrizaje vertical- y helicópteros Ka-25 o Ka-27.

Solución estadounidense al problema europeo

Regresando a Europa, y a pesar de estar plagados de problemas -como casi todo lo que rodea a la Royal Navy en los últimos años-, Reino Unido dispone de dos portaaviones de la clase Queen Elizabeth. El primero de ellos entró en servicio en 2017, mientras que el segundo lo hizo en 2019.

Estos portaaviones operan aeronaves F-35B, esto es, de despegue corto y aterrizaje vertical, pudiendo efectuar aterrizajes rodados, lo que permite que el avión pueda tomar con mayor peso. A diferencia de los anteriores, no cuentan con cables de frenado para la recuperación de las aeronaves. Y, como detalle curioso, General Atomics ofrece una catapulta de tamaño reducido para el lanzamiento de drones que se podría emplear en estos buques.

Por último, al igual que Reino Unido, Italia cuenta con un portaaviones STOVL, el C-550 ITS Cavour. Mientras que, Japón está transformando sus ‘destructores portahelicópteros’ de la clase Izumo para que puedan operar aviones F-35B.

Sin duda, los portaaviones siguen gozando de buena vida y, a pesar de los misiles y torpedos cada vez más capaces, continúan siendo objeto de deseo de todas las marinas de gran porte. En este mes de febrero, se ha despedido el último portaaviones de propulsión convencional estadounidense e Irán, deseosa de su minuto de gloria, ha presentado su nuevo portadrones. ¿Cuánto durará?

Tras su papel crucial durante la Segunda Guerra Mundial, los portaaviones se convirtieron en objeto de deseo de las grandes marinas. Sin embargo, tan solo un puñado cuenta con este tipo de buques, símbolo de la proyección estratégica por su capacidad de movilizar y desplegar un gran número de aeronaves.

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