¿Qué harías por 740 millones de euros? Este hombre está dispuesto a comprar un vertedero

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James Howells lleva más de una década intentando recuperar un disco duro con una fortuna en bitcoins que arrojó a la basura por error en 2013. Desde entonces, ha librado una batalla contra el Ayuntamiento de Newport, Gales, para obtener permiso y excavar en el vertedero donde cree que se encuentra su dispositivo. Ahora, tras la negativa de las autoridades y el anuncio del cierre del lugar, ha propuesto una nueva estrategia: comprar el terreno con apoyo de inversores.

Según informa la BBC, la posible clausura del vertedero se debe a los planes del consistorio para transformarlo en una granja solar. Este cambio inesperado ha reactivado las esperanzas del británico, quien asegura que la compra es una "opción realista" y que ha mantenido conversaciones con posibles socios financieros. Según su estimación, el disco duro sigue en algún punto del vertedero, aunque tras más de diez años bajo toneladas de residuos, su estado es incierto.

Un largo litigio con las autoridades

Desde que descubrió el error, Howells ha intentado por todos los medios acceder al vertedero. Propuso financiar la búsqueda con patrocinadores y prometió compartir parte de sus 7.500 bitcoins con el ayuntamiento cuando los recuperase. Sin embargo, las autoridades rechazaron todas sus peticiones, alegando el alto impacto ambiental y las dificultades logísticas de excavar en el sitio.

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En 2023, el británico llevó su caso ante el Tribunal Superior, demandando al ayuntamiento por negarle el acceso. La sentencia no le fue favorable, ya que el juez desestimó su solicitud al considerar que no tenía "perspectivas realistas de éxito". Ante este revés, parecía que se quedaba sin opciones, pero el anuncio del cierre del vertedero ha abierto una nueva posibilidad.

Si consigue adquirir el terreno, Howells podrá iniciar la excavación sin restricciones. Sin embargo, el estado del dispositivo es un gran interrogante. Expertos han señalado que, tras más de una década enterrado, la probabilidad de que los datos sean recuperables es baja. Aun así, el británico confía en las soluciones tecnológicas disponibles para intentar restaurar la información.