Funda una empresa, la vende por 1.000M y lo que sucede revela el gran problema de las 'startups'
Su nombre es Adena Hefets y ha anunciado recientemente la venta millonaria del negocio inmobiliario que creó. Sin embargo, nadie está contento, a pesar de la espectacularidad de la cifra
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Divvy Homes, una de las startups más prometedoras del sector inmobiliario, acaba de venderse por 1.000 millones de dólares. Sin embargo, su cofundadora y CEO, Adena Hefets, ha reconocido que el resultado financiero de la operación no le ha dado ninguna alegría. Y es que, a pesar de la impresionante cifra de venta, ni los accionistas comunes ni algunos preferentes han recibido beneficio económico alguno. Un hecho que evidencia un problema cada vez más habitual entre las empresas emergentes.
La compañía alcanzó una valoración superior a los 2.000 millones de dólares en su mejor momento, pero finalmente fue vendida por la mitad. Pero ¿cómo es posible que una operación valorada en 1.000 millones de dólares no genere satisfacción a ninguna de las partes implicadas? Hay una razón de peso que lo explica: la enorme deuda acumulada durante su fase de crecimiento.
This startup is selling for $1B, so why is its founder not proud of the outcome? https://t.co/uCU51YYUj0
— TechCrunch (@TechCrunch) January 28, 2025
En 2021, la empresa obtuvo una ronda de financiación de 735 millones de dólares, la cual terminó absorbiendo la mayor parte del dinero obtenido en la transacción. A esto hay que añadir la subida de los tipos de interés que se produjo en 2022 para combatir la inflación, así como ciertos problemas operativos que agravaron aún más la situación económica de una startup cuyo modelo de negocio estaba convirtiéndose en un éxito.
Un problema estructural de las startups
La empresa recibió críticas por la gestión de sus propiedades, el cobro de rentas por encima del mercado y la ejecución de desalojos, lo que generó una percepción negativa en el sector. Esta combinación de factores dejó a Divvy Homes en una posición complicada, donde la venta parecía la mejor salida, aunque sin grandes ganancias para su equipo fundador.
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En una carta enviada a los accionistas, Hefets admitió que la operación no había salido como ella esperaba: "No estoy orgullosa del resultado financiero de la transacción". Sus palabras reflejan una realidad que afecta a numerosas startups, donde el acceso a capital inicial facilita el crecimiento, pero a costa de asumir compromisos financieros que pueden limitar las ganancias en el momento de proceder a su venta.
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Divvy Homes, una de las startups más prometedoras del sector inmobiliario, acaba de venderse por 1.000 millones de dólares. Sin embargo, su cofundadora y CEO, Adena Hefets, ha reconocido que el resultado financiero de la operación no le ha dado ninguna alegría. Y es que, a pesar de la impresionante cifra de venta, ni los accionistas comunes ni algunos preferentes han recibido beneficio económico alguno. Un hecho que evidencia un problema cada vez más habitual entre las empresas emergentes.