Los jóvenes "prodigio" chinos que hacen temblar a EEUU: quién hay detrás de DeepSeek
China está plantando cara a EEUU en la carrera de la IA, y todo gracias al grupo de jóvenes al frente de DeepSeek. Con métodos poco ortodoxos y un talento desbordante, está 'startup' está poniendo en jaque a la industria 'tech'
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El cerebro detrás de DeepSeek, Liang Wenfeng, está lejos del estereotipo del emprendedor de la inteligencia artificial que Hollywood o Silicon Valley han grabado en el imaginario colectivo. No es un millonario enfundado en jersey negro estilo Steve Jobs, ni un CEO ambicioso como Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI. “Cuando lo conocimos, parecía un nerd despeinado, obsesionado con la idea de construir un clúster de 10.000 chips para entrenar sus propios modelos de IA. No lo tomamos en serio. Apenas podía explicar su visión más allá de decir: "Voy a construir esto, y va a cambiar las reglas del juego", contaba de Wenfeng un socio comercial.
Sin embargo, ese joven desaliñado ha sacudido el tablero tecnológico al presentar un modelo de IA llamado R1, capaz de superar en razonamiento a todos los productos de las empresas más valiosas y punteras del mundo, desafiado la idea de que solo los dinosaurios de la industria pueden permitirse fabricar los sistemas más potentes. Y lo ha hecho gastando lo que para los estándares de Silicon Valley sería el equivalente a calderilla. La hazaña no solo ha colocado a su modelo como la app más descargada en Estados Unidos, sino que también ha sembrado el pánico entre los inversores, enviando a pique a las Bolsas de medio mundo. La pregunta ahora es, ¿quién está detrás de todo esto?
No esperes ningún peso pesado de la industria, ningún magnate respaldado por gigantes chinos como Alibaba o Tencent, y mucho menos a un equipo de funcionarios financiado por el Partido Comunista. DeepSeek es una anomalía en ese sentido, una startup liderada por jóvenes talentos que han encontrado la fórmula para competir con las empresas estadounidenses utilizando recursos mínimos. Liang Wenfeng, el creador del proyecto, es un exalumno de la Universidad de Zhejiang especializado en ingeniería electrónica. Según él, la clave de su éxito no es el dinero, sino la “obsesión por la investigación y la ingeniería pura”.
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Durante los estudios, Liang fue descubriendo su pasión por la inteligencia artificial y, junto a otros dos compañeros, no eran pocos los días en los que se encerraban en salas comunitarias para devorar papers y estudios científicos, explorando cómo usar la IA para automatizar algo tan complejo como las inversiones en bolsa. Lo que nació como una idea universitaria pronto se convirtió en algo mucho más grande. Los tres fundaron High-Flyer Quant, un fondo que, según su página web, “aprovecha las matemáticas y la IA para la inversión cuantitativa”. La fórmula fue un éxito: multiplicó por diez sus activos en solo cuatro años, alcanzando el millón de euros en 2019, según datos del South China Morning Post.
No pasó demasiado tiempo hasta que Liang dejó High-Flyer para fundar DeepSeek y se propuso el reto de ser el primero en desarrollar la inteligencia artificial general (AGI), una herramienta que pueda igualar o incluso superar a los humanos en diferentes tareas. La empresa llevaba ya tiempo comprando miles de procesadores Nvidia, un movimiento que parecía un simple capricho geek para quienes conocían a Liang. Pero cuando la administración Biden empezó a restringir las exportaciones de chips avanzados a China, esa colección de hardware se convirtió en un tesoro estratégico. En una entrevista de 2024, Liang explicaba la filosofía detrás de su empresa: “Durante años, las empresas chinas han sido expertas en coger tecnología innovadora de otros países y monetizarla rápidamente. Pero eso no es sostenible. Esta vez, queremos liderar nosotros el avance tecnológico”.
Liang tomó una decisión radical. En lugar de buscar ingenieros con experiencia para desarrollar un producto de consumo, optó por reclutar estudiantes de doctorado de las mejores universidades chinas. Gente brillante, con ideas frescas, pero sin ataduras a las formas tradicionales de hacer las cosas. “Cuando eres joven, puedes entregarte por completo a una misión, sin pensar en los beneficios inmediatos. Buscábamos gente que quisiera resolver los problemas más complejos del mundo”, explicó Liang en una entrevista con el medio 36Kr.
Entre los demás talentos clave de DeepSeek se encuentran Guo Daya, recién doctorada en la Universidad Sun Yat-sen, Zhu Qihao y Dai Damai, ambos también salidos de los programas de doctorado de la Universidad de Pekín. Y la que más ha dado de que hablar, Luo Fuli, la jefa de investigación, a quien muchos expertos del sector llaman “la joven prodigio”. Fuli acaparó titulares hace unos años cuando el fundador de Xiaomi, Lei Jun, supuestamente le ofreció un salario anual de 1,4 millones de dólares y no aceptó la oferta. Su apodo no es casual, ya que es conocida en el sector por su habilidad técnica y su capacidad para resolver problemas complejos con una facilidad desconcertante.
🇨🇳Ella es Luo Fuli, Investigadora Principal en DeepSeek.
— Ma Wukong 马悟空 (@Ma_WuKong) January 27, 2025
Se le considera una niña prodigio, es alumna de la Universidad de Beijing y llevaba años publicando importantes papers de investigación en IA.
Xiaomi intentó ficharla con una oferta millonaria, pero apostó por DeepSeek. pic.twitter.com/l1wxWZ8KDd
La estructura empresarial de DeepSeek es igual de poco convencional. Liang describe a su equipo como un organismo vivo, donde los roles y jerarquías son flexibles. Las ideas fluyen desde abajo, fomentando la creatividad, y si alguna propuesta muestra potencial, los recursos se asignan desde arriba para ejecutarla. “Queremos que las grandes ideas nazcan de conversaciones espontáneas, de esas conexiones inesperadas entre colegas”, ha contado en más de una entrevista. Según uno de los empleados, Liang suele lanzar ideas al equipo en forma de sugerencias sutiles, no órdenes. “A veces probábamos lo que decía por curiosidad, y para nuestra sorpresa, funcionaba”, explicaba un empleado.
La estrategia también se centra en la idea de compartir. DeepSeek publica sus investigaciones y utiliza código abierto a disposición de todos, algo que otros gigantes tecnológicos ven como una locura. Para Liang, el código abierto no es solo una cuestión práctica, sino cultural. “Devolver a la comunidad es un honor. Y, además, atrae talento. La verdadera ventaja está en cómo crece nuestro equipo, en la acumulación de conocimiento y en mantener viva una cultura de innovación”.
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El impacto de DeepSeek va mucho más allá de sus modelos de IA. Su éxito no tardó mucho en acaparar la atención no solo de inversores y empresarios ‘tech’, sino también del Gobierno chino. Recientemente, el CEO fue invitado a un simposio con el primer ministro, Li Qiang, en Pekín. En el evento, que reunió a expertos de campos como la tecnología, la educación, la ciencia y la cultura, Liang fue el único representante del sector de la IA. Su participación subraya de alguna manera el interés estratégico del régimen en DeepSeek como clave en el futuro tecnológico del país. “China no puede quedarse siempre a la zaga en IA. La brecha real no es de uno o dos años, es entre originalidad e imitación. Si no solucionamos esto, siempre iremos por detrás”, les dijo el ingeniero a los funcionarios.
Sin embargo, DeepSeek tiene muchas barreras por delante. Y precisamente uno de los temas más espinosos es la censura en los modelos de IA en China, algo que quedó claro con la normativa de 2023 que exige que los servicios de IA respeten "los valores socialistas fundamentales". Esto significa que temas políticamente sensibles, como las protestas de la plaza de Tiananmén o la cuestión de Taiwán, están totalmente suprimidos. Al ser preguntada sobre estos asuntos, el chatbot de DeepSeek responde que no puede comentar y redirige al usuario a otras preguntas. Es el lastre que se encuentran todos los proyectos de innovación en el país. La pregunta es si eso les condicionará en la carrera global de la IA, donde China ya no solo participa, sino que está poniendo todo en el asador para liderarla.
El cerebro detrás de DeepSeek, Liang Wenfeng, está lejos del estereotipo del emprendedor de la inteligencia artificial que Hollywood o Silicon Valley han grabado en el imaginario colectivo. No es un millonario enfundado en jersey negro estilo Steve Jobs, ni un CEO ambicioso como Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI. “Cuando lo conocimos, parecía un nerd despeinado, obsesionado con la idea de construir un clúster de 10.000 chips para entrenar sus propios modelos de IA. No lo tomamos en serio. Apenas podía explicar su visión más allá de decir: "Voy a construir esto, y va a cambiar las reglas del juego", contaba de Wenfeng un socio comercial.