La mayor inversión de la historia en IA: qué hay detrás del megaplan 'Stargate' de Trump
Donald Trump acaba de anunciar una inversión sin precedentes en inteligencia artificial, de la mano de OpenAI, Oracle y Softbank. El proyecto supone el inicio de la completa desregulación de la IA en EEUU
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"El mayor proyecto de infraestructura de IA de la historia". Así anunció Donald Trump solo 24 horas después de tomar posesión como presidente de EEUU el que está llamado a ser uno de los planes más ambiciosos de toda su legislatura. Flanqueado en la sala Roosevelt de la Casa Blanca por los consejeros delegados de OpenAI (Sam Altman), Oracle (Larry Ellison) y Softbank (el japonés Masayoshi Son), Trump anunció la inversión de 500.000 millones de dólares en proyectos de infraestructura de IA, entre ellos un nuevo centro de datos masivo en Texas, y la creación de más de 100.000 empleos "de forma casi inmediata". "Es una misión monumental", aseguró Trump.
La inversión, planificada para los próximos cuatro años, con 100.000 millones de dólares que se invertirán "de forma inmediata", según el anuncio, es, en efecto, la mayor hasta ahora a nivel mundial impulsada por un Gobierno, aunque se desconoce de momento cuánto aportará cada miembro de la alianza.
Basta alguna comparación para entender el alcance del anuncio: los 500.000 millones de dólares suponen casi el 75% de la cotización total del Ibex-35 al completo y superan al valor total de las exportaciones de bienes y servicios de España durante todo el 2024. La cifra es tan astronómica que hace palidecer incluso los datos de inversión de uno de los Gobiernos que más capital había volcado en IA a nivel mundial, Arabia Saudí. Su fondo soberano, el PIF (Public Investment Fund), está destinando 'solo' 140.000 millones de dólares a esta tecnología hasta 2030.
Stargate, además del nombre del proyecto, es una nueva compañía cuyos socios financieros iniciales son la japonesa SoftBank, OpenAI, Oracle y el fondo de inversión gubernamental de Abu Dabi MGX. Softbank será el responsable financiero último de Stargate, mientras que OpenAI estará al frente de las operaciones. El CEO de Softbank, Masayoshi Son (accionista de referencia en una larga lista de tecnológicas en todo el mundo, Tesla, Amazon, Netflix, Uber, T-Mobile, Didi...), presidirá la joint venture. Hay más participantes. Microsoft, Nvidia y ARM (propiedad también de Softbank) serán los socios tecnológicos. Las acciones de casi todas estas empresas se dispararon tras el anuncio: Softbank escaló casi un 11%, Oracle un 7% y Nvidia casi un 3%.
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El primer gran proyecto de Stargate con los 100.000 millones de dólares iniciales será construir un enorme centro de datos en Abilene, Texas, diseñado para desarrollar y entrenar modelos de IA. El rápido avance de esta tecnología durante los dos últimos años había creado un preocupante cuello de botella en EEUU: para ganarle a China la batalla de la IA, se necesitan ingentes cantidades de poder de computación. Eso implica disponibilidad de recursos energéticos casi ilimitados (un problema que ni Trump ni sus amigos tecnológicos han querido abordar) y la necesidad de invertir miles de millones de dólares en la construcción de centros de datos.
Sam Altman ha sido uno de los que más ha advertido durante el último año sobre la urgencia de levantar esta infraestructura de IA para conseguir que EEUU continúe a la vanguardia de la IA. "Lo que comparto profundamente con el presidente es que es increíble lo difícil que se ha vuelto construir cosas en Estados Unidos: plantas de energía, centros de datos, cualquier cosa de ese tipo", dijo recientemente en una entrevista con Bloomberg.
A finales de 2024, Altman arrancó una polémica gira por Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí en busca de los miles de millones de dólares que necesitaba para construir estos centros de datos. El regreso de Trump a la presidencia ha supuesto un vuelco de planes: Altman ya no necesita pedir dinero a otras potencias. Trump sabe que el liderazgo global de EEUU (y el éxito político de su legislatura) pasa en buena parte por la IA y por conservar el apoyo de las 'big tech', así que ha puesto toda la carne en el asador.
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En el centro de este nuevo anuncio no solo está el dinero, también la regulación sobre la IA, que Trump promete prácticamente eliminar, justo como le venían pidiendo los 'tecnoligarcas' de Silicon Valley a cambio de ofrecerle su apoyo. Una de sus primeras medidas ayer fue revocar la orden ejecutiva firmada por Joe Biden en 2023 destinada a regular y mitigar los riesgos que la IA supone para los consumidores, los trabajadores y la seguridad nacional del Gobierno. Esta orden ejecutiva de Biden, entre otras cosas, obligaba a las tecnológicas a compartir con el Gobierno sus tests de seguridad de IA para asegurarse de que no había ningún riesgo en el uso y despliegue de la tecnología. Para Silicon Valley era solo una traba más que Trump acaba de eliminar de un plumazo.
"En 2023, la inversión de EEUU en IA rondó los 60.000 millones de dólares anuales. En 2024, se acercó a los 100.000 millones. Este anuncio de 500.000 millones durante cuatro años no se aleja mucho de la tendencia que habíamos visto hasta ahora. Para mí, lo que está en juego con este nuevo proyecto es que en los próximos cuatro años habrá una desregulación absoluta de la IA en EEUU", explica a este diario Carles Sierra, director del Instituto de Investigación en IA del CSIC.
"Esto va a enfrentar aún más a EEUU con Europa. Aquí tenemos una regulación clara, centrada en la defensa de los valores sociales, y eso supone limitar lo que son capaces de hacer estos sistemas. En EEUU, estas limitaciones, que ya eran muy tímidas, se van a eliminar por completo. Además, el uso de recursos naturales, de energía y agua, que requieren estos centros de datos masivos, tampoco está en la agenda, al contrario de lo que sucede en Europa. Creo que es una preocupante declaración de principios", señala.
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De momento, el que parece más preocupado por este acuerdo es Elon Musk. La mano derecha de Trump ha publicado varios mensajes criticando el proyecto estrella de su jefe. "En realidad no tienen el dinero", publicó en X. Eso generó la respuesta casi inmediata de Sam Altman. "Sinceramente respeto tus logros y creo que eres el empresario más inspirador de nuestro tiempo". La frase, mitad cumplido, mitad sarcasmo, no surtió efecto. Al cabo de un rato, Musk volvió a tuitear: "Softbank tiene mucho menos de 10.000 millones asegurados. Lo sé por una buena fuente". Y Altman volvió a la carga, ahora sin cumplidos. "Está equivocado, como seguramente sabes. ¿Quieres venir a visitar el primer centro de datos que ya está en marcha? Esto es genial para el país. Entiendo que lo que es bueno para el país no siempre es lo óptimo para tus empresas, pero en tu nuevo rol espero que pongas a EEUU primero en la mayoría de los casos".
SoftBank has well under $10B secured. I have that on good authority.
— Elon Musk (@elonmusk) January 22, 2025
Más allá de las peleas de Altman y Musk y el frente regulatorio, el nacimiento de Stargate provocará a buen seguro también cambios tectónicos entre las grandes tecnológicas. Muchos inversores se sorprendían ayer al ver a Larry Ellison (80 años), creador y CEO de Oracle, acaparando el foco del anuncio y las palabras de Trump. "Es el CEO de todo. Es una persona increíble", dijo el presidente. Oracle, sin embargo, ni está (ni se le esperaba) en el negocio de la IA. Su capitalización de mercado (480.000 millones) es 'diminuta' comparada con la de Amazon, Google, Microsoft o Meta (juntas suman casi 10 billones de capitalización). Su cuota de mercado en el negocio de la nube es de apenas un 3%, según la consultora Synergy Research Group y The Information, comparado con el 32% de Amazon, el 23% de Microsoft o el 12% de Google.
El primer cambio de fuerzas, de hecho, se acaba de producir. En un comunicado hoy, Microsoft ha confirmado que ya no será el proveedor en exclusiva de servidores de OpenAI, tras cerrarse el acuerdo con Oracle y Sofbank anunciado por Trump. Se trata de un giro de calado. Microsoft había logrado colarse en la IA de forma rápida y con autoridad gracias a su alianza con OpenAI. Ahora esto ha cambiado por completo. El año pasado, algunos de los socios de Microsoft, entre ellos OpenAI, se habían quejado de que la compañía no estaba actuando lo suficientemente rápido para construir nuevos centros de datos. Esto llevó a Sam Altman a cerrar un acuerdo con Oracle, según confirmó The Information. Ahora, acabamos de asistir al segundo asalto de esa nueva alianza, con Trump de maestro de ceremonias. El gran ganador, de forma inesperada, es Oracle y Larry Ellison.
Mientras las acciones de Microsoft caían un 3% tras el anuncio de Stargate, con los inversores confundidos al ver a Oracle de la mano de Trump acaparando el foco y a Microsoft relegado a un segundo plano (o con Google y Amazon sin ninguna presencia), la fortuna de Ellison se disparaba en el sentido contrario. Ellison, por supuesto, llevaba apoyando a su amigo Trump desde el primer mandato, no solo con discursos y declaraciones públicas, también con donaciones millonarias. El momento de devolver los favores ha llegado.
"El mayor proyecto de infraestructura de IA de la historia". Así anunció Donald Trump solo 24 horas después de tomar posesión como presidente de EEUU el que está llamado a ser uno de los planes más ambiciosos de toda su legislatura. Flanqueado en la sala Roosevelt de la Casa Blanca por los consejeros delegados de OpenAI (Sam Altman), Oracle (Larry Ellison) y Softbank (el japonés Masayoshi Son), Trump anunció la inversión de 500.000 millones de dólares en proyectos de infraestructura de IA, entre ellos un nuevo centro de datos masivo en Texas, y la creación de más de 100.000 empleos "de forma casi inmediata". "Es una misión monumental", aseguró Trump.