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China está construyendo una nueva familia de barcazas: ¿Taiwán a la vista?
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China está construyendo una nueva familia de barcazas: ¿Taiwán a la vista?

Con capacidad para operar en playas sin puertos, las nuevas naves chinas apuntan a reforzar su logística marítima, algo clave para en una eventual operación sobre la isla

Foto: Análisis de la imagen de satélite de las supuestas barcazas. (AllSourceA en X)
Análisis de la imagen de satélite de las supuestas barcazas. (AllSourceA en X)

China está construyendo una serie de barcazas que podrían acabar siendo empleadas en un futurible desembarco en la isla de Taiwán. Aunque sigue siendo una apuesta muy arriesgada, esto puede ser un paso importante en su preparación. Este tipo de infraestructuras, como las que está fabricando China, se emplean cuando los buques no pueden utilizar los puertos y tampoco disponen de las herramientas para desembarcar su carga directamente en las playas, ya que no disponen de rampas o elementos similares. Sobre todo, están pensadas para el suministro de refuerzos y víveres una vez se ha tomado la cabeza de playa.

Uno de los casos más conocidos en los que se han empleado fue en el marco de la Operación Overlord, o desembarco de Normandía. En ella, dichas barcazas se utilizaron para construir puertos artificiales —conocidos como Mulberry, debido a su similitud con una mata de moras—, permitiendo a los buques logísticos descargar la mercancía hacia la playa a través de ellos. Esto fue imprescindible, ya que durante los primeros compases no se controlaban los puertos y, además, la infraestructura de los mismos no estaba en las mejores condiciones por los sabotajes.

Muelles artificiales, imprescindibles

Como se ha comentado en las líneas anteriores, se trata de 'conectores' que pueden disponer de rampas extensibles con el objetivo de enlazar directamente la popa del buque a una carretera en el litoral o a un muelle flotante —si el buque está muy lejos o bien porque no cuente con rampa extensible— que facilite el tránsito de unidades motorizadas o mecanizadas hacia la playa.

Además, pueden incluir 'gatos' —en inglés, jack-up legs—. Se trata de unos soportes que permiten apoyar la barcaza sobre el lecho marino, mejorando su estabilidad durante episodios de mal tiempo. Por ejemplo, Estados Unidos instaló en Gaza un muelle flotante, conocido como Improved Navy Lighterage System (INLS), sin este sistema. Al cabo de un par de semanas de funcionamiento, sufrió el paso de un temporal que lo dejó fuera de servicio durante más de una semana.

Así, estas barcazas serán necesarias en el caso de que China opte por un desembarco a gran escala contra la isla de Formosa. Estos elementos permitirán mantener el esfuerzo bélico mediante el paso de la carga rodante desde los buques hasta las playas, principalmente si no pueden hacerse con los puertos.

Foto: Boeing P-8A Poseidón de la US Navy aterrizando con el radar AN/APS-154 situado en la parte inferior del fuselaje. Nótese en la parte trasera las dos superficies hipersustentadoras. (Wikimedia)

La construcción de estas barcazas se está llevando a cabo en el astillero Guangzhou Shipyard International (GSI), situado en la isla de Longxue y perteneciente al conglomerado China State Shipbuilding Corporation (CSSC), en la provincia de Cantón, al sur de China. Este astillero ya salió a la palestra con la construcción de un gran vehículo de superficie (USV) y de un portadrones para ensayos.

En concreto, en las imágenes de satélite se han visto hasta seis barcazas en construcción, cuya longitud oscila entre los 100 y los 180 m. También se ha podido observar que algunas de ellas están dotadas con los mencionados ‘gatos’ —cuatro, seis y hasta ocho— para mejorar su estabilidad y con rampas extensibles de unos 130 m, lo que indicaría que no necesitarían un muelle flotante, dependiendo de la distancia a salvar desde el buque hasta la arena.

placeholder Ilustración de la barcaza desplegando la pasarela en una playa. (Naval News)
Ilustración de la barcaza desplegando la pasarela en una playa. (Naval News)

Además, en los últimos días también surgieron varias fotografías en redes sociales chinas en las que se puede observar un buque civil de carga rodada —también conocidos como Ro-Ro o Roll-on Roll-off— operando con una barcaza similar, enlazada a un muelle flotante que conecta al buque con la playa. China, aparte de ser uno de los pocos países que cuenta con milicia marítima, también dispone de una flota civil de buques de carga rodada que participa en ejercicios militares. De hecho, el analista J. Michael Dahm, perteneciente al Mitchell Institute for Aerospace Studies, cifra en 39 los buques civiles chinos participando en ejercicios militares durante 2023.

Con respecto a los buques Ro-Ro, la mayoría de ellos pertenecen a las empresas Bohai Ferry Group y COSCO Shipping. Aunque inicialmente este tipo de buques no estaban pensados para operar con material militar ni en entornos militares, el Ejército Popular de Liberación ha trabajado en estrecha colaboración con los astilleros para incorporar requisitos militares en los nuevos diseños, como helipuntos, equipamiento médico, mejores comunicaciones, etcétera.

¿Invasión en el futuro?

No son pocos los analistas que hablan de 2027 como horizonte temporal de una posible invasión. Sin embargo, se trata más de un hito, marcado en la Quinta Sesión Plenaria del 19.º Comité Central, para que el Ejército Popular de Liberación acelere su modernización. Algo que seguramente se esté viendo empañado con los continuos casos de corrupción en su cúpula.

Regresando a la estructura naval, ni el uso de barcazas ni el de buques Ro-Ro civiles en ejercicios anfibios es algo nuevo. Ya hace una década se efectuó un despliegue de vehículos de combate de infantería y carros de combate Type 96A en la Región Militar de Guangzhou. Nótese que esto se produjo antes de la reorganización efectuada en 2016 del Ejército Popular de Liberación en los actuales Mandos de Teatro.

No obstante, aunque parezca algo rocambolesco, puede que estas barcazas sean para un uso civil y no militar. Evidentemente, para ello será necesario esperar a ver qué es lo que hacen. De igual modo, toca aguardar para comprobar sus capacidades en caso de que su función sea militar. Incluso, se podría contemplar un fin militar, pero sin que tenga que ver con Taiwán, pues es probable que la República Popular de China libre batallas con Estados Unidos en otras zonas del Pacífico carentes de puertos o de instalaciones adecuadas que permitan el desembarco de vehículos pesados.

Foto: Nueva arma hipersónica. (NKCA)

Además, el número de barcazas que se están construyendo —seis— tampoco constituye un claro indicador de una operación anfibia inminente, pues tal y como se ha mencionado, son objetivos que se pueden batir con relativa facilidad, por lo que si se opta por la vía expedicionaria, se precisarían muchas más. Sobre todo si no se consiguen tomar los puertos taiwaneses con sus instalaciones en buenas condiciones. Por ello, lo más sensato es que sean para sustituir o complementar a las actuales E Shan y San Hang Gong 8 que han apoyado al Marine Corps chino en más de un ejercicio anfibio.

Por otro lado, este tipo de estructuras son particularmente vulnerables en los escenarios que se plantean aplicando conceptos como A2/AD y similares, donde los sistemas defensivos serían capaces de batir con relativa facilidad elementos fijos y buques civiles. Igualmente, se detectarían de manera sencilla mediante imágenes de satélite, como se puede comprobar a través de este artículo, lo que alertaría rápidamente a las fuerzas enemigas.

A pesar de que la posibilidad de un desembarco siempre debe tomarse en cuenta, es quizá la menos probable, dado que implicaría un esfuerzo militar a gran escala, requiriéndose no solo una gran fuerza naval, sino también el apoyo de la fuerza aérea (PLAAF) y del Ejército (PLA Army).

placeholder Ejercicios de la Armada taiwanesa en enero de 2025. (R. B. Tongo/EFE)
Ejercicios de la Armada taiwanesa en enero de 2025. (R. B. Tongo/EFE)

Así, la fuerza naval tendría que ocuparse de una parte de la guerra aérea y de la guerra antisubmarina, guerra de minas y guerra anfibia en su totalidad. Esta última comprende el traslado de sus infantes de marina y sus unidades en los poco conocidos buques de desembarco Type 072III, los aerodeslizadores Type 726, los enormes Type 075 y los Type 071, sin contar los mencionados Ro-Ro. Todo esto para tomar por la fuerza una isla a 180 km de distancia y sin mencionar el aspecto climático.

De esta manera, lo más lógico sería pensar que el gobierno chino recurriría a otras estrategias, como pueden ser un bloqueo naval u otras opciones que no impliquen un elevado coste humano. Incluso, en caso de guerra, se podrían desplegar varios buques anfibios sin que lleguen a desembarcar, pues la disuasión que ejercen este tipo de unidades es muy importante, pudiendo anclar fuerzas enemigas en el terreno e impidiendo que participen en otros frentes.

Esta semana se ha dado a conocer al mundo que China está construyendo al menos seis barcazas que podrían utilizarse para un potencial desembarco contra Taiwán. Lógicamente, la cantidad es pequeña, por lo que habrá que seguir atentos a futuros desarrollos.

China está construyendo una serie de barcazas que podrían acabar siendo empleadas en un futurible desembarco en la isla de Taiwán. Aunque sigue siendo una apuesta muy arriesgada, esto puede ser un paso importante en su preparación. Este tipo de infraestructuras, como las que está fabricando China, se emplean cuando los buques no pueden utilizar los puertos y tampoco disponen de las herramientas para desembarcar su carga directamente en las playas, ya que no disponen de rampas o elementos similares. Sobre todo, están pensadas para el suministro de refuerzos y víveres una vez se ha tomado la cabeza de playa.

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