Se han hecho muchas cosas inútiles con las pantallas plegables. Esta es otra cosa
Lenovo trae al CES un portátil con pantalla extensible. No se trata de un prototipo y saldrá al mercado este año. Lo he probado y ha superado mis expectativas
Desde hace años, en ferias como el Consumer Electronics Show o el Mobile World Congress, es habitual encontrarse con alguien vendiendo las virtudes y lo revolucionarias que iban a ser para nuestra vida cosas como las pantallas plegables o flexibles. Hablamos de móviles que podían convertirse en una pulsera o portátiles capaces de doblarse sobre sí mismos como un periódico. Muchos de estos inventos, una gran mayoría me atrevería a decir, no han pasado de ser prototipos muy vistosos. De los que han llegado a ser productos comerciales, muchos han acabado siendo descatalogados al cabo de uno o dos ejercicios porque han cosechado más pena que gloria. Incluso los que parecen superar ese primer corte y se consolidan en el mercado sufren lo indecible para convertirse en un producto masivo, como se ha visto con los móviles plegables, por mucho que las marcas estén apostando por esta categoría. Uno de los motivos, el más evidente, es el precio.
En el CES, que estos días se está celebrando en Las Vegas, hemos vuelto a ver un nuevo dispositivo de esta categoría. Viene firmado por un sospechoso habitual: Lenovo, el mayor vendedor y fabricante de PCs del mundo, que lleva tiempo experimentando con nuevos formatos y tratando de abrir el camino hacia el futuro de los portátiles. En esta ocasión, lo que tanto está dando que hablar no es una pantalla plegable, sino una enrollable. Esa es la principal característica del ThinkPlus Generación 6. Al leer "pantalla enrollable", uno puede pensar que se trata de un experimento con gaseosa. Pero nada de eso: es un producto listo para llegar a las tiendas a lo largo de este año y, además, tras probarlo en primera persona, creo que podría acabar siendo bastante útil para muchos tipos de usuarios.
Una de las cosas que llama la atención de este equipo es lo normal que parece a primera vista. Quizá, para quienes estén acostumbrados a vivir con un equipo ultraligero, pueda resultar algo grueso y pesado (algo más de un kilo y medio), pero, teniendo en cuenta lo que ofrece y el público al que se dirige —entusiastas tecnológicos, principalmente—, creo que estarían dispuestos a pagar ese peaje y llevar la mochila un poco más cargada.
Cuando se abre, como se puede observar en la primera foto, todo parece extremadamente normal. Si está acostumbrado a trabajar en un formato 16:9, notará que la pantalla es más cuadrada y no tan rectangular. La pantalla también parece convencional: una OLED con resolución Full HD, hasta 400 nits de brillo, una tasa de refresco estándar y una diagonal de 14 pulgadas.
La magia empieza cuando se presiona un botón de nueva creación situado en la fila superior. Al activarlo, una animación indica que la pantalla comienza a estirarse. La animación muestra el progreso del proceso y se acompaña de una melodía, que el usuario puede desactivar si prefiere no escucharla cada vez que utiliza este control.
Este ThinkPad tarda apenas unos segundos en añadir a las 14 pulgadas de pantalla otras 2,7, alcanzando un total de 16,7 pulgadas. Aunque sobre el papel la ganancia no parezca excesiva, en la práctica se obtiene un espacio considerable. Lo suficiente como para dividir la pantalla en dos o incluso en tres, permitiendo tener un documento abierto en la parte inferior, el correo en la superior y, quizá, Twitter o una videoconferencia al lado.
La multitarea ha popularizado el uso de monitores externos o pantallas más amplias que permitan gestionar varios programas o documentos al mismo tiempo. Sin embargo, la tendencia dominante ha sido apostar por más espacio en horizontal. Aunque existen pantallas verticales y monitores externos que siguen este patrón, su adopción es limitada y suelen quedar relegados como herramientas de nicho para ciertos profesionales.
Sin embargo, ¿qué puede aportar una pantalla vertical en un portátil, más allá de ofrecer otra forma de organizar la multitarea? Particularmente, creo que puede ser muy útil para personas a las que se les queda corta la pantalla de su ordenador al trabajar con hojas de Excel extensas, documentos muy largos o para programadores que escriben código y necesitan visualizar más contenido de un solo vistazo.
El sistema se siente fluido y suficientemente robusto, aunque requiere algo de cuidado. Por ejemplo, se bloqueará si el ángulo es menor a 90 grados cuando está estirado, y no bajará por mucho que se presione el botón. Si no quieres estar constantemente subiéndola y bajándola, es importante saber que la pantalla puede cerrarse mientras está estirada. En ese caso, una parte de la pantalla sobresale por debajo, lo cual no está pensado para transportarla de un lugar a otro, sino más bien para situaciones puntuales, como tomar un descanso y bajar a tomar un café en la oficina, sin dejar el panel a la vista de todos ni tener que retraerlo completamente para cerrar el portátil.
Por cierto, el mecanismo también se puede activar con un gesto de la mano frente a la cámara web.
Como hemos mencionado, el dispositivo llegará al mercado este año. Lo hará a un precio elevado, partiendo de 3.500 dólares, lo que complica no solo que se convierta en un producto de masas, sino también que alcance una audiencia significativa.
En cuanto a otras especificaciones, cuenta con un procesador Intel Ultra y gráfica integrada del mismo fabricante, además de altavoces Harman Kardon, dos puertos USB tipo C y conectividad Wi-Fi 7.
La buena noticia de este lanzamiento es que estas tecnologías de pantalla ya no se presentan como simples prototipos, sino como productos comerciales con cierta solidez. Esto abre la puerta a pensar que, en unos años, estas innovaciones podrían abaratarse y estar al alcance de más bolsillos.
Desde hace años, en ferias como el Consumer Electronics Show o el Mobile World Congress, es habitual encontrarse con alguien vendiendo las virtudes y lo revolucionarias que iban a ser para nuestra vida cosas como las pantallas plegables o flexibles. Hablamos de móviles que podían convertirse en una pulsera o portátiles capaces de doblarse sobre sí mismos como un periódico. Muchos de estos inventos, una gran mayoría me atrevería a decir, no han pasado de ser prototipos muy vistosos. De los que han llegado a ser productos comerciales, muchos han acabado siendo descatalogados al cabo de uno o dos ejercicios porque han cosechado más pena que gloria. Incluso los que parecen superar ese primer corte y se consolidan en el mercado sufren lo indecible para convertirse en un producto masivo, como se ha visto con los móviles plegables, por mucho que las marcas estén apostando por esta categoría. Uno de los motivos, el más evidente, es el precio.
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