¿El médico te ha prohibido la sal? Esta cuchara representa la esperanza de millones de hipertensos
Ni un procesador ni un coche ni un ordenador. Lo que más ha llamado la atención hasta ahora en el CES es un cubierto que sala la comida sin usar sal, sino estímulos eléctricos
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Uno de los eventos que más atención congrega en el Consumer Electronics Show de Las Vegas es la inauguración oficial de la feria. Los organizadores montan un sarao llamado CES Unveiled en el que un puñado de empresas de todo el mundo presentan sus dispositivos o proyectos tecnológicos. Paseando por los pasillos de esta cita, uno se puede encontrar con una empresa que utiliza mejillones conectados para medir la contaminación del agua, una cuna inteligente que cada mañana te da los parámetros de salud de tu bebé, una heladera de cápsulas o un lavavajillas para pisos pequeños que solo necesita un vaso de agua para completar el trabajo.
La variedad de propuestas es una constante en el CES, pero este año hay una idea que ha levantado mucha expectación: una cuchara inteligente. ¿Para qué diantres queremos tecnologizar una cosa así? Para añadir sal a las comidas que no la tienen… sin utilizar sal. El invento viene directo de Japón, donde en 2024 la empresa Kirin comercializó una tirada de cientos de unidades a un precio superior a los 100 euros.
Se trata de una compañía que pertenece al conglomerado Mitsubishi y que se dedica principalmente al negocio cervecero, aunque también distribuye refrescos y otros preparados. El objetivo, explicaron sus creadores, era ayudar a la gente a consumir menos sal en sus comidas. Este es un problema bastante notable en el país asiático, donde las estadísticas muestran que una gran parte de la sociedad, independientemente de su edad, excede los niveles de sodio recomendados en su dieta habitual.
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La magia se produce gracias a una pequeña descarga eléctrica en la lengua que es la que genera el gusto salado. La idea no es nueva, sino que está basada en un estudio publicado en 2011 por dos investigadores nipones, Homei Miyashita y Hiromi Nakamura. Estos científicos se dedicaron a estudiar cómo, al incorporar electricidad a utensilios como pajitas, se puede alterar el gusto.
Su trabajo fue tomado a chufla en algunas ocasiones. Por ejemplo, en 2023 recibieron un IG Nobel, un galardón que premia los papers y trabajos de investigación más excéntricos. Además de las pajitas, han creado prototipos con palillos o tenedores.
Al igual que otros asistentes al CES, hemos tenido la oportunidad de probarla. Y se puede decir que funciona. Para el test, lo que hizo Kirin fue preparar una sopa de miso a la que, efectivamente, le faltaba sal. Al probarla, parecía que lo que teníamos en el cuenco era un caldito del menú del hospital. Tras ese sorbo inicial, se nos proporcionó la cuchara: una cuchara desmontable que destacaba por ser bastante gruesa. No sé si algún día se popularizará un invento así, pero seguro que, de ocurrir, el factor de forma será completamente diferente, porque no es muy cómodo comer un puré de esta manera.
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Hay un botón que nos permite escoger entre cuatro grados de salinidad. El azafato de Kirin nos recomendó utilizar el grado tres o el cuatro. Cuando la cuchara está en la boca, es importante que el dedo esté en contacto con una franja metálica que está en el dorso del mango. También es importante comer con calma, porque la cuchara debe estar un par de segundos en contacto con nuestra lengua para que la magia ocurra. Y realmente ocurrió: ese caldo soso pasó a tener un regustillo que se podría definir como salado.
La compañía dice que pretende seguir vendiéndola en Japón, pero que espera poder llevarla a otros mercados pronto. Quién sabe si esto va a ser otra idea excéntrica y rara que se quede en un cajón (sospecho que ese es el destino de la heladera de cápsulas) o si realmente es el primer paso hacia una cubertería inteligente que ayude a miles de personas en todo el mundo a comer de manera más sana y consumir menos sal. Seguro que más de un hipertenso, tras conocer su existencia, alberga esa esperanza.
Uno de los eventos que más atención congrega en el Consumer Electronics Show de Las Vegas es la inauguración oficial de la feria. Los organizadores montan un sarao llamado CES Unveiled en el que un puñado de empresas de todo el mundo presentan sus dispositivos o proyectos tecnológicos. Paseando por los pasillos de esta cita, uno se puede encontrar con una empresa que utiliza mejillones conectados para medir la contaminación del agua, una cuna inteligente que cada mañana te da los parámetros de salud de tu bebé, una heladera de cápsulas o un lavavajillas para pisos pequeños que solo necesita un vaso de agua para completar el trabajo.